¡SE COGIERON ESOS REALES!
por: José Domingo Blanco (Mingo)
Mientras la señora Nancy perdía la
batalla contra el Guillain Barré por falta de tratamiento y sus familiares la
lloraban con la impotencia de quien no se resigna ante la pérdida que pudo ser
evitada; en algunos de los paraísos fiscales -de esos que alcahuetean a los
corruptos inescrupulosos de turno- un funcionario del gobierno venezolano chequeaba
que sus milloncitos de dólares estuviesen a buen resguardo y engordando ceros a
la derecha…
Mientras miles de venezolanos hacen cola para tratar de comprar un
pote de leche, un jabón de baño o un paquete de arroz, en plena 5ª Avenida de
New York, cargado de bolsas y derrochando lujos, otro “digno” representante de
esta “revolución” se divierte haciendo compras y mofándose de la gentuza que no
supo aprovechar, como él, las ventajas del carnet del PSUV, el cargo en el
ministerio, las licitaciones que lo favorecieron con comisiones sabrosas y los
proyectos aprobados –que nunca se hicieron- pero que recibieron cuantiosas partidas
en dólares a Bs. 6,30 que él sí supo cómo embolsillarse…
Mientras en la
Maternidad Concepción Palacios los médicos hacen maromas para atender a las embarazadas
afectadas por el Zika, y ruegan en silencio para que sus bebés no nazcan con
microcefalia; en Francia, la concubina de otro “líder” de este Socialismo del
Siglo XXI, hace las compras previas de la lingerie
que le lucirá a “su papi” luego del retoque de glúteos, cara y tetas que se
hará en el Spa Suizo…
Mientras en el Hospital Oncológico Luis Razetti se
quedaron sin equipos para hacer las radioterapias; el “maraco” consentido y bueno
para nada, llega al despacho de su mamá –decorado hasta el techo con afiches
alusivos a los 13 motores de la revolución- para buscar las llaves de su nueva
camionetota que, sólo con lo invertido en periquitos, podría pagar el
tratamiento de 10 niños con leucemia.
Esta es la Venezuela luego de 17 años
de revolución. Llena de contrastes que asquean, provocados por un régimen cuyo
único logro es haber saqueado al país. Diecisiete años viendo como los mismos
mediocres de siempre, que llegaron al poder sin un centavo en la cartera, hoy no
pueden esconder las riquezas súbitas que disfrutan y derrochan.
Son 17 años de
una corrupción desmedida, de robar y robar, con la impunidad de quien sabe que,
con un chequecito, un testaferro o un soborno, jamás tendrá que justificar el
origen de los bienes o cumplir una condena por corrupción. Son más de tres
lustros viendo cómo se anuncian obras, se entregan los reales –¡se cogen los
reales! - y luego todo desaparece.
Las cifras de lo que se ha perdido o
hurtado es astronómica. Los invito a que agarremos la calculadora y comencemos
a sumar, para que tengamos un aproximado de los montos a los que estoy refiriéndome.
¡Sólo de casos conocidos! porque, me atrevo a asegurar, que me voy a quedar
corto:
Dos exministros de este régimen hablan
hoy del desfalco de 200 millardos de dólares a través de asignaciones de
Cadivi. Hasta el momento, ninguna instancia le ha parado a su denuncia. Y
supongo que ese monto que mencionan es sólo una minucia.
La represa de Yacambú en Lara, un
proyecto de vieja data que arrancó en el año 72 y avanzó un 60% durante la
Cuarta, recibió entre 2001-2011 un millardo de dólares. La obra, a la fecha,
sigue estancada.
Para el saneamiento del Guaire,
proyecto comandado por la entonces titular del despacho Jacqueline Farías, en
la primera fase se asignaron Bs. 653 millardos. Para la segunda fase, 600
millones de dólares. El monto total invertido para el saneamiento fue de 14 mil
millones de dólares. Hoy, el Guaire sigue putrefacto y están solicitando otros
700 millones de dólares más porque ¡ahora sí! van a cumplir con la promesa del
Difunto de que podríamos bañarnos en él.
A estas perlitas, súmenle esta lista
que un distinguido amigo se dio a la tarea de recopilar:
40 mil
millones de bolívares asignados para la remodelación del Hospital Luis Razetti
de Barinas. El dinero se perdió y la remodelación nunca se ejecutó.
Cinco mil
millones de dólares para construir una planta procesadora de leche en Falcón.
En el terreno donde debería estar la planta solo hay escombros. ¿Y los dólares?
Bien, gracias. Seiscientos millones de dólares aprobados para desarrollar en Barquisimeto
un terminal que sería la envidia de cualquier país desarrollado. Para la fecha,
no hay terminal y los reales se esfumaron. 850 millones de dólares para una empresa
socialista revolucionaria de papel que se llamaría “Pulpaca”. Los dólares fueron
aprobados, desaparecieron y no existe Pulpaca. 5.996 millones de dólares
aprobados y asignados para construir la gran central hidroeléctrica “Manuel
Piar”, ofrecida para 2010. ¿Qué pasó? La respuesta la sabemos todos.
Tres mil
quinientos millones de dólares destinados para el saneamiento del Lago de
Maracaibo. Los zulianos pueden dar fe de que el lago sigue contaminado. 2.500
millones de dólares para la construcción del tercer puente sobre el Orinoco.
7.000 millones de dólares que fueron destinados para el tramo ferroviario de
Puerto Cabello-Valencia, la obra no se ha terminado pero el dinero se entregó en
su totalidad. ¡Si hasta Danny Glover recibió su tajada cuando le dieron 18
millones de dólares para que filmara una película sobre el Difunto! Todavía no
hemos visto ni el tráiler del culebrón; mucho menos al Glover reembolsando el
dinerito.
¿Cuánto
les da la cifra? ¡Un monto grosero, verdad! Y lo que falta por ventilar. Porque
ese dinero que durante estos 17 años se cogieron, en cualquier otro país
gobernado por funcionarios con escrúpulos, y no por rateros, se invertiría en obras,
en salud, en seguridad, en educación, en calidad de vida y progreso para toda
la población. Lo triste de todo esto es que, mientras estos desfalcadores de
oficio nos sigan gobernando, difícilmente se hará justicia y mucho menos
lograremos repatriar esa millonada de dólares –que en este momento hacen tanta
falta- a nuestra nación.
@mingo_1
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