COMUNICADO
LA SALUD HOY EN EL MARCO DE LA JORNADA
MUNDIAL DEL ENFERMO
"La Iglesia ha hecho una opción por
la vida" (Doc. Aparecida 417).
1. La Comisión de Justicia y Paz de la
Conferencia Episcopal Venezolana y la Pastoral de la Salud en el marco de la
Jornada del enfermo, queremos expresar la preocupación que nuestra Iglesia,
experta en humanidad, manifiesta por el mundo de la salud, en medio de la
amenaza permanente de una "cultura de muerte”.
2. En un mundo deshumanizado, donde se han
puesto las cosas creadas (política, economía, cultura) por encima de su creador
y de la persona humana, todavía hay instituciones que apuestan por la vida
desde su nacimiento hasta la muerte natural: la Iglesia católica es una de ellas.
3. Anualmente el 11 de Febrero, la Iglesia a
través del Papa Francisco extiende un mensaje en la Jornada Mundial del
Enfermo; este año celebramos la XXIV Jornada con el tema “Confiar en Jesús
misericordioso como María: `Hagan lo que Él les diga´ (Jn 2,5)”. Este tema
engrana en el año Jubilar de la misericordia, donde el Papa nos pide activar
las obras de misericordias corporales y espirituales, entre las que se encuentra
la atención a los enfermos, visitarlos con esperanza, atenderlos con alegría.
4. Este mandato sigue en pie a pesar del profundo deterioro que sufre
el pueblo venezolano en materia de salud, no solamente por la falta de atención médica en los
hospitales públicos ante la carencia de médicos, de insumos médicos elementales
y no se hable de los más complejos, donde las familias pobres hacen lo
imposible para obtenerlos para sus familiares enfermos; todo esto como
consecuencia de las limitaciones en la asignación de recursos económicos,
humanos y materiales o el manejo inadecuado de los mismos.
5. En los últimos meses se ha recrudecido sistemáticamente la
falta de medicamentos para todo
tipo de enfermedades, pero especialmente para enfermedades de diabetes,
tensión, epilepsia, VIH, cardiovasculares, que ya han cobrado la vida de
numerosas personas, sin verse solución por parte de los organismos
gubernamentales. Esta ha sido una situación denunciada desde hace bastante
tiempo por gremios médicos y farmacéuticos, a los cuales el Estado no les
prestó ni les ha prestado atención, por no ser una prioridad política.
6. Junto con esta grave crisis observamos la
falta de prevención, vigilancia y control sanitario, lo cual ha permitido la
reaparición de enfermedades infectocontagiosas transmitidas por vectores como
la malaria (136.402
casos) y el dengue (54.152 casos). La incapacidad para atender oportunamente
nuevas amenazas a la salud a través de enfermedades emergentes como la chikungunya (16.293), el zika (estimado
412.962 casos hasta el 23 de enero de 2016). La ausencia de estas atenciones en
la salud, ocasionan el resurgimiento de enfermedades endémicas tales como: Mal
de Chagas, Sífilis y la Gonorrea.
7. Es notable el colapso total de los
servicios asistenciales que prestan la red pública de establecimientos
compuesta por centros de salud, ambulatorios y hospitales, que son hoy día,
incapaces de satisfacer las necesidades y demandas de la población en
condiciones normales, por el deterioro de las infraestructuras, insatisfacción del
recurso humano a todos los niveles y lo más importante déficit de materiales y equipos
para el adecuado y oportuno desempeño de las Instituciones. Este colapso afecta la operatividad del
sector privado que no es suficiente para dar toda la cobertura.
8. Al mismo tiempo la crisis del desabastecimiento de los
alimentos, plantea
otra amenaza a la salud del venezolano entre las cuales mencionamos:
desnutrición por falta de consumo de nutrientes y vitaminas, falta de aplicación de los controles
sanitarios necesarios, descontrol de los índices glucémicos por no mantener un régimen
alimenticio adecuado y la alteración del estado psíquico y social generando
angustia, miedo y ansiedad.
9. Estamos casi en una situación de “sálvese
el que pueda”; si esto es
así entonces es necesario apostar por la vida, trabajar para que se de en todo
el contexto de la nación la opción por una vida digna, no como nos encontramos
actualmente. Por lo tanto la Iglesia exige al Estado y a sus diferentes
instituciones avocarse a dar respuesta oportuna a tan trágica situación
10. Solicitamos a los organismos gubernamentales,
particularmente los que tienen la responsabilidad de atender la salud del
pueblo, a no ocultar los indicadores más recientes, los mismos servirán para la
planificación de una estrategia nacional en la atención sanitaria.
11. Demandamos definir los productos farmacéuticos
(productos acabados o materia prima) a importar como medicamentos de servicio por un lapso
a establecer de acuerdo con el estudio de necesidades y tiempo para poder
recuperar la producción normal y los procedimientos de importación en
condiciones normales.
12. Requerimos activar y agilizar mecanismos que faciliten
la cooperación nacional e internacional
que se impulsan por medio de organizaciones no gubernamentales (ONG), alianzas
municipales, consorcios privados o comerciales y organizaciones sociales
diversas.
13. Exigimos a los responsables gubernamentales y al
Estado en general, las garantías necesarias para el buen funcionamiento de las
instituciones de salud, la provisión de medicamentos e insumos necesarios para
la atención de los pacientes, especialmente a las madres, niños y ancianos, la
profesionalización y el mejoramiento laboral del personal que atiende a los
enfermos, y proponemos priorizar el tema de los medicamentos y de los alimentos
en la agenda gubernamental, política y financiera del País para que “aparezcan” y se puedan solventar
enfermedades que hasta hace poco tiempo estaban controladas.
14. Solicitamos a la Red Caritas, a la Pastoral de la
Salud, a las organizaciones sociales a promover campañas de información pública
sobre medidas básicas de higiene para evitar el contagio y la propagación de
enfermedades virales, a servir de puente para gestionar ayudas y cooperación
solidaria y a sentir con los otros acompañándolos para apalancar soluciones.
15. En síntesis, la salud es un derecho humano y no puede
estar por debajo de los intereses ideológicos de grupos, instituciones o
gobiernos. Esta situación de crisis profunda en salud que experimentamos todos,
nos debe sensibilizar ante el sufrimiento llamado hasta ahora “ajeno”, pero que
en circunstancias como la que vivimos se hace “propio”. El Papa Francisco nos
ha invitado a tocar el sufrimiento del otro, y sabemos que actualmente en Venezuela hay mucho
sufrimiento en los centros de salud como en nuestras familias. Pero no debemos
desesperanzarnos, sino activarnos como pueblo para exigir nuestros derechos
cumpliendo nuestros deberes, particularmente el derecho a la salud y a la vida,
el derecho a sanarnos y vivir armónicamente con nuestros semejantes y con la
naturaleza.
16. Que María, Madre de la Misericordia, quien mandó a los
servidores de la fiesta de la Boda de Caná, a hacer lo que Jesús les dijera (cf
Jn 2,5), nos ayude a seguir trabajando por una Venezuela sana, libre de
enfermedades que hacen sufrir, con la confianza que cada día nos abrimos a tiempos de esperanza para evitar que,
tanto hoy como en el futuro, mueran personas por falta de medicinas, alimentos o de atención médica.
Caracas, 11 de febrero de 2016
+ Mons. Roberto Lückert León
Presidente
Comisión de Justicia y Paz de la CEV
En nombre de
los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, me permito
enviarle el Comunicado sobre la Salud hoy en el marco de la
Jornada del Enfermo.
Le agradezco
por favor difundir entre sus contactos
Atentamente,
--
Soc. Janeth Marquez
Directora Ejecutiva Nacional
Conferencia Episcopal Venezolana
Pastoral Social Cáritas de Venezuela
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COMUNICADO LA SALUD EN EL MARCO DE LA
JORNADA DEL ENFERMO 2016.docx
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