Picapedrero
La militarización de la política
por Jorge Ramos Guerra
Unión cívico-militar. Venezuela nació bajo el régimen militar español, inmediatamente luego de la conquista y si hurgáramos en conocer, ¿cuándo fue la primera Unión cívico militar? sin duda que, con el magnicidio al Libertador, bajo el mando del coronel Pedro Carujo, en complicidad con civiles.
Después vendría la componenda cívico-militar para la separación de Venezuela de Colombia y la Revolución de las Reformas en 1835, contra el General José Antonio Páez. Si vamos a ver, la fundamentación de aquella, tuvo ideales, como la eliminación del voto censitario, abolir privilegios, abolir la esclavitud y otros de exigencias populares.
Se querían ver los resultados de la Independencia. A partir de allí, habría acomodos, entre civiles y militares, que por encima de todo, se consideraban causahabientes de la gesta heroica y calificada por el historiador Augusto Mijares, como “Gobierno Deliberativo”, hasta la llegada al poder, de los generales José Tadeo y José Gregorio Monagas, toda una década de corrupciones y nepotismo dejando de ser cívico militar por dictadura a secas, que nos conduciría a la Revolución Federal -- el fraude militar más grande de nuestra historia, hasta la Revolución Bolivariana –
Con el triunfo de la primera, vendría la autocracia de Guzmán Blanco, 15 años, donde se consolidaría hasta nuestros días, lo que la historiadora Dluca llama, una “articulación de la economía y la política” para enriquecimientos ilícitos y desde el caudillismo militarista de Guzmán, su liquidación por parte de Juan Vicente Gómez con su dictadura de 27 años.
Del interregno de 1945-1947, serian civiles, quienes se aprovecharían de descontento militar a niveles medios y sus resultados demostraron, el reconocimiento del Poder Civil sobre el militar. De los 10 de Pérez Jiménez y los 16 del chavismo, corroborarían esa articulación, en menor grado dentro de la democracia 1959-1999) que se ha perfeccionado en el chavismo, con el agravante, que por lo general, son los últimos de sus promociones, régimen solamente mantenido a base de interpretaciones constitucionales y de lo más corrupto de la mal llamada Cuarta República (1959-1999) ¿que no les decía a los militares corruptos de entonces José Vicente Rangel y hoy no dice nada por cómplice?
Para enarbolar ideales, que entusiasmaron al pueblo, al considerarse “herederos del Ejercito Libertador”, e interpretar entre otras cosas: …”La imposibilidad que tiene la gran mayoría de los venezolanos para satisfacer sus necesidades básicas”…La ineficacia del sistema y de todos los servicios públicos…”El inmenso grado de corrupción que plaga todas las esferas de nuestro país”…para el cuartelazo del 4 de febrero de 1992, y terminar haciéndolo peor, en toda la historia republicana, sobre la hipótesis de que ejército puede actuar como agente del cambio social.
Posteriormente sería el sociólogo nazista argentino Norberto Ceresole, quien materializaría su tesis “Caudillo, ejercito y pueblo” en Hugo Chávez, quien se creyó superior al Libertador y conocedor de las debilidades éticas del venezolano, comenzaría a militarizar la política, imponiéndoles en gobernaciones, diputaciones y ministerios, activos o retirados hasta corromper con el famoso “Plan Bolívar 2000” a oficiales y tropas, siendo el primer caso de corrupción investigado y mejor protegido a extremos, de constituirse una empresa para la distribución de alimentos adscrita y financiada por “Petróleos de Venezuela” e identificada como PDVAL y por el pueblo como “PUDREVAL” al mando de militares, visto el desastre dejado ¡ojo! pero esa es una sola una de las empresas asaltadas por militares chavistas, porque el acceso a dólares preferenciales es su máxima expresión en la llamada CADIVI.
Anzuelado el militarismo, el lema “Patria, socialismo o muerte” sería vociferado por los Alto Mando y ¡ay! de quien no lo hiciera. Hubo competencia, por quien le agregara algo más, para alimentar el narcisismo de Chávez. El daño a la Fuerza Armada estaba hecho y la incorporación de militares cubanos a manera de espías, coordinadores de acciones y una milicia pagada, cual típicos mercenarios lo que complementarían la desviación constitucional de la Institución armada, hoy al servicio de una élite corrompida y narcotraficante, con saldos de muertes no investigadas de ex oficiales de altos y menores rangos, denunciados en instancias internacionales difícil de escaparse, según confesiones de un cívico-militar, Walid Makled.
Unión Militar-cívico. Es la que predomina ahora, una vez delatada la corrupción y el narcotráfico en la Fuerza Armada, que dada sus proposiciones y magnitudes es todo un sistema de complicidades, con el agravante de entregarles PDVSA, donde el silencio denuncia, en medio que hoy, 29 de febrero de 2016 pueda saberse mucho más, de un fulano “Cartel de Soles” bajo voluntaria confesión en la audiencia de un tribunal en Nueva York, donde sobrinos de la esposa de Nicolás Maduro, deberán responder de las acusaciones de narcotraficantes que pesan sobre ellos, según la justicia del Imperio al que tanto aborrecen, anhelando sus lechugados dólares. -- Al pueblo no le interesa esa vaina y el tema es muy delicado -- Nos respondió, no hace mucho, el doctor Eduardo Fernández, lo cual no nos ha desilusionado, sino advertido, de que esa respuesta es de una evasiva complicidad frente a la mayoría de oficiales, sub oficiales y tropa honestas, que quieren estar al servicio de la patria y no de parcialidad política y menos, devaluadas judicial y administrativamente.
No se puede por lo tanto, reconstruir la democracia venezolana y eso lo saben en la MUD, con ese karma, que arrastra la república con la militarización de la política y como tal, invitamos a debatirle, por aquello de que “La verdad: “Victoriosa o vencida”
Jorge Ramos Guerra
@pikpedrero
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