DESDE EL PUENTE
REFLEXIONES PARA LA ACCIÓN
por: Oswaldo Älvarez Paz
Se fue el carnaval. Triste. Sin
mayores celebraciones, inconcebibles para un pueblo sumido en la mayor de las
tragedias sufridas a lo largo de la historia contemporánea. No me refiero sólo
a lo institucional, sino y fundamentalmente, a la situación de las personas
naturales y jurídicas, a las familias y a las dificultades para poder conseguir
o mantener un trabajo estable y más o menos bien remunerado. Palabras y más
palabras. Estupideces y necedades al por mayor por parte de un régimen agotado,
en terapia intensiva. Trata de eludir su enorme responsabilidad señalando a
otros, a quienes podrían tener en sus manos la respuesta eficiente e inmediata
para las necesidades básicas del país.
Me refiero a la oposición mayoritaria
en la Asamblea Nacional, poder básico del estado para controlar, fiscalizar y
legislar de manera correcta y oportuna. Pero más que a ellos que están
cumpliendo bien a un mes del inicio de sus funciones, quiero invitar a la acción
directa a todos los demás sectores de la vida pública y privada de la Nación.
A
los empresarios de la ciudad y del campo y a sus órganos de representación. A
los colegios profesionales y a sus miembros, a todas las universidades del
país, a las Iglesias y en especial a la Conferencia Episcopal Venezolana, a las
Organizaciones No Gubernamentales conocidas como ONG´s que con su constante
accionar han ayudado a mantener viva la esperanza de la gente en un futuro
mejor. En este inicio de la Cuaresma, también enviamos unas palabras llenas de
comprensión y ánimo a los millones de decepcionados que encandilados por el
estilo de Chávez sienten ahora la decepción provocada por la probada
incapacidad y el estilo de la dupla Maduro-Cabello que dirige al alto gobierno.
La invitación es para que trabajemos todos juntos por el cambio que Venezuela
necesita sin demora. Las soluciones a los problemas existen. También los
hombres y mujeres capaces de hacerlas realidad a corto y mediano plazo. Lo
imperdonable sería perder este tiempo valioso e irrepetible.
A todos debemos recordar que lo
electoral es importante en el sistema democrático, pero no es lo único y ni
siquiera lo más importante. Se trata de la existencia misma de la República, de
principios y valores que estamos obligados a sostener y defender frente a la
arremetida de los bárbaros más caros del mundo. Ya están sin dinero, sin
prestigio y cuestionados hasta por muchos de sus seguidores más cercanos. Es la hora.
@osalpaz
Lunes, 8 de febrero de 2016
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