Un
Buñuelo de derecha
Por: Juan
Claudio Lechín
La policía venezolana atrapó al Buñuelo quién
lanzó granadas, mató a un sargento, se atrincheró en su casa y amenazó con
ejecutar a su mujer e hija de 11 años. Fue capturado portando un fusil FAL.
Llevaba 30 asesinatos y un rosario de secuestros, entre otros delitos. A
Sherlock Holmes, las armas de guerra lo hubieran llevado hacia los “colectivos”
paramilitares del chavismo (La piedrita, Alexis Vive, Tupamaro, etc.),
preparados y dotados “para defender la revolución”.
De día son sabuesos del gobierno —en moto—, de noche
usan las armas o las alquilan a hampones amigos. Estos ejércitos de
lumpen-militancia son una política de Estado y el 2015 han causado 27 mil
muertos por violencia callejera.
El ministro del interior, Gustavo González, sin
embargo, aseguró que El Buñuelo es, en realidad, un paramilitar
de la derecha opositora. Ach so! En épocas antañas, al Fidel Castro
magnético se le creía que sus muertos y exilados eran gusanos, bandidos y contrarevolucionarios.
Pocos perversos fueron más brillantes para el engaño. Pero González no es
Castro, obvio, y además el mundo se ha des-idiologizado, y Venezuela
también.
Ya no hay
desesperación por adormecerse con el cuento de un milagro social y balar vivas
a un caudillo redentor. Solo España (una pena) —con Podemos y la vejez
argumental del PSOE—, persiste en la idiotez comunistoide que incluso América
Latina está superando. Aquí, el socialismo del siglo XXI, entró en decrepitud y
la decadencia agita como novedad sus discursos marchitos. La agonía de este
modelo se acortaría si cayeran los Castro, los titiriteros, (¿vieron el papelón
de Raúl Castro en Francia?) pero he ahí que Estados Unidos y la CEU les dan
oxígeno. ¿Por qué? Porque a ellos no les importa que nos terminen de carcomer
las sociedades. Y, por lo visto, a nosotros tampoco.
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Juan Claudio Lechin
150 E 57th St. Suite 21 D
New York NY 10022
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