GOBERNANDO POR DECRETO
por: José Domingo Blanco (Mingo)
La esperanza que tenían algunos de que
la cadena de Maduro tomara un giro inesperado –pero anhelado- y la única
novedad fuera anunciar su renuncia, se vio desvanecida. Y, en efecto, Nicolás
no sólo no renunció, sino que cumplió con lo que había amenazado: enumeró las
medidas económicas que adoptará para “sacar” al país a flote. Tardó cinco horas,
en las que intentó incluso hacerse el gracioso, concentrando lo verdaderamente
sustantivo en los 45 minutos finales de su alocución… ¡Qué empeño el de estos
mandatariuchos de hablar zoquetadas por horas, en vez de ir al grano!
El asunto es que, luego de aumentar la
gasolina, devaluar el bolívar y aumentar el sueldo mínimo –copiándose de la
idea de Rosales y su Tarjeta Mi Negra- (porque lo tributario lo dejó en manos
de un “corre, ve y dile”) mi primera reacción, luego de escuchar a Nicolás y
anotar los numeritos, fue pensar en los niveles astronómicos a los que llegará
la inflación este año. Me atrevo a pensar que, mi apreciado y respetado amigo
el doctor Francisco Faraco -quien siempre ha dicho que para 2016 la inflación
rondará el 600%- se va a quedar corto. Porque todas estas medidas, estos
“motores” con los que Maduro y sus secuaces pretenden hacer marchar a la
economía del país, están fundidos.
Coincido con quienes argumentan que el
aumento de la gasolina era una medida postergada que debió tomarse desde hace
tiempo. Por ende, el aumento pareciera justificado. Sin embargo, mi inquietud
surge de lo que pretende hacer Nicolás con el dinero que genere ese aumento. ¿A
dónde creen ustedes que van a ir a parar esos reales? Muchos sabemos la
respuesta. Ha transcurrido demasiado tiempo con la misma gente en posiciones de
poder descuartizando al país como para no conocerle la coartada al desgobierno.
Jamás veremos ese dinero invertido en lo que debería sino, por el contrario,
engordando aún más los bolsillos de quienes nos han saqueado. Insisto, aumentar
la gasolina era irremediable, pero debió hacerse de forma escalonada durante un
período y cuando el costo del barril de petróleo lo hacía viable. No
incrementarla de golpe y porrazo en mil y seis mil por ciento. Eso, donde lo
pongan, provocará mucha inflación.
Como lo apremiante era analizar las
implicaciones de los motores –fundidos- que puso en marcha Nicolás, invitamos
al programa al economista Maxim Ross, quien de entrada nos dijo que primero se
iba a referir al aspecto político del “Paquetazo”. Para Ross, todo obedece a
una jugada de Maduro para, astutamente, atornillarse en el poder. Y tiene
razón. A mi juicio, Nicolás, con una habilidad que huele a los Castro, adopta
unas medidas impopulares, asumiendo el riesgo de cargar con las consecuencias
que pudieran acarrear; pero, se blinda con los militares a los que coloca en
posiciones estratégicas, con la creación de la Compañía Anónima Militar de
Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas: mucho poder, control y recursos para
unos encachuchados que dudo sepan de petróleo. Maduro, se adelanta a los
descontentos, fracturas y exigencias de sus otrora camaradas de tolda y lucha,
quienes no lo ven con buenos ojos y comenzaban a idear cómo promover su
renuncia. Pues, lamento decirles que Maduro con estas medidas, lo logró: se
atornilló. Y de paso, inicia el proceso de desaparición de PDVSA… ¿Qué estará
tratando de tapar? ¿Las incuantificables irregularidades de Petróleo de
Venezuela y sus filiales?
Nada de lo que vimos el miércoles fue
improvisado. Este modelo socialista/comunista generará la inflación que el
Estado necesita para seguir gobernando. Para mantenernos ocupados sobreviviendo
en el temporal. Luego, imprimirán más billetes inorgánicos; al cabo de unos
meses le quitarán de nuevo ceros a nuestra moneda; quizá hasta se pongan
creativos e impriman un nuevo billete con la cara del Difunto Intergaláctico.
Un consecuente escucha del programa de radio nos escribió durante la
intervención de Maxim Ross para decir algo que es muy cierto: “el socialismo es
el sistema que te quiebra las rodillas para que después tengas que decirle
gracias por las muletas”.
Una jugada astuta de Nicolás para
mantenerse por un tiempito más en el poder. Y, por supuesto, que los Castro
puedan seguir controlando a Venezuela. Es verdad que teníamos la gasolina más
barata del mundo. Incluso, después del aumento lo seguirá siendo. Pero, el
desgobierno no aplicó las medidas que se necesitaban en el momento que se
requería. Tuvimos años de vacas gordas y las vacas desaparecieron, Ahora somos
los venezolanos los que, de nuevo, seguiremos pagando las consecuencias de
decisiones postergadas, despilfarro y pésima administración. Veamos con cautela
la reforma del control de cambio porque no hay dólares. Y, los baratos, los que
se otorgarán a Bs. 10, solo ellos, los que nos desgobiernan, usarán sus artimañas
para quedarse con los poquitos que quedan. El aumento del salario mínimo no
alcanzará para cubrir lo que viene y, los pequeños y medianos empresarios, no
sabrán de dónde sacar la plata para pagarlos. Es decir, mientras el gobierno se
la juega para hacernos cada vez más pobres, Nicolás hábilmente se la juega para
mantenerse en el poder -apalancado en la efervescencia de la rabia y el
salpullido social- para que, ocurriendo lo que nadie desea,
terminar gobernando por decreto.
@mingo_1
No hay comentarios:
Publicar un comentario