LECCIONES DE RÓMULO BETANCOURT
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 188)
por: Octavio Lepage
El momento que vivimos de crisis devastadora, con el país en ruinas, con amenaza de hambruna como en tiempos remotos de barbarie, es oportuno para recordar el ejemplo de Rómulo Betancourt, cuando conmemoramos un aniversario de su nacimiento el 22 de Febrero de 1908.
La primera gran lección es que el liderazgo político es para servir, no para mandar. A la muerte del tirano Gómez, Venezuela estaba hundida en la pobreza, azotada por el hambre y las enfermedades. El paludismo causaba estragos al igual que la tuberculosis. En aquel escenario tan impropicio, Rómulo Betancourt decidió entregarse al ejercicio de la política, y perseveró hasta su muerte sin hacerle concesiones al desaliento ni al derrotismo.
Otra lección fue honrar la lealtad, con fuerte rechazo a las trampas y zancadillas, vicio tradicional en la política venezolana. Su conducta política la ciñó a una inflexible línea recta. Uno de los primeros decretos de la Junta de Gobierno que siguió al derrocamiento de Medina Angarita, de la cual formaba parte, fue el que impedía a sus siete miembros ser candidatos a la elección presidencial que se realizó en 1947.
Tomando en cuenta su popularidad arrolladora, la habilidad y firmeza para manejarse en un terreno minado, consciente de que la inflexibilidad de Rómulo Gallegos operaba en su contra, en un escenario de tantas acechanzas, gente muy influyente, insospechable de arribismo, se acercó a Betancourt para plantearle que debía ser él, no Gallegos, el candidato presidencial. Rechazó de plano el planteamiento. Gallegos había aceptado ser candidato presidencial simbólico cuando compitió con el General Medina Angarita en 1941, cuyo triunfo estaba asegurado porque el Presidente de la República lo elegía el Congreso Nacional.
Un planteamiento reiterado de AD era el establecimiento del sufragio universal directo y secreto para la elección del Presidente de la República. Se consagró en la Constitución de 1947. Con este sistema se celebró la primera elección presidencial libre de Venezuela, en Diciembre de 1947, en la que triunfó Rómulo Gallegos abrumadoramente.
En el programa de AD figuró siempre que se establecería un sistema distinto para repartir los ingresos por la explotación del petróleo. Hasta entonces, las empresas petroleras, todas extranjeras, percibían casi la totalidad de esos ingresos, con participación muy reducida del Estado venezolano. Con audacia, sin temor a las reacciones imperiales, Betancourt estableció lo que se denominó “fifty-fifty”, es decir, el reparto por igual de esos ingresos entre empresa y Estado. También implantó el principio de “no más concesiones”.
Derrocado Gallegos, por el golpe militar del 24 de Noviembre de 1948, Betancourt volvió al exilio. Fueron 10 años de lucha intensa contra la dictadura. Es asombroso que a pesar de ese ajetreo intenso tuviera tiempo para escribir “Venezuela Política y Petróleo”, obra fundamental que debería ser estudiada por las nuevas generaciones venezolanas.
Derrocado Pérez Jiménez, Betancourt se presentó como candidato, y resultó electo Presidente, a pesar de que su contendor principal, el Vicealmirante Wolfang Larrazábal, gozaba de arrolladora popularidad. Su gobierno tuvo que hacer frente a la conspiración reaccionaria que organizó el atentado de la Avenida Los Próceres, donde estuvo a punto de perder la vida. Enfrentar también el terrorismo urbano y los frentes guerrilleros de los jóvenes dirigentes estudiantiles, que deslumbrados por Fidel Castro se empeñaron en tomar el poder por la fuerza. A pesar de enfrentarse simultáneamente a estos peligros tan serios hizo obra efectiva como gobernante. Mencionemos por el momento a la presa Guri, la tercera más grande del mundo.
Caracas, 25 de Febrero del 2016
La cifra de votos que obtuvo, 49.3% si mal no recuerdo, fue la mas alta de la democracia civil, hasta el triunfo de Lusinchi, con mayoría en ambas Cámaras. Rómulo solía decir riendo y refiriéndose al triunfo de CAP en 1973, quien obtuvo el 48.7 % : "...pero no me alcanzó".
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