EL AMERICANO FEO
Por:Alfredo Coronil Hartmann
El “ugly american”, la novella política de Eugene
Burdick y William
Lederer, fue publicada en 1958, yo había cumplido o estaba por cumplir 15 años,
pero, lector temprano y ávido, compaginaba mi curiosidad intelectual, mi pasión
política, con las inquietudes de mi edad ( “madurado con carburo” en el seno de una familia de resistentes,
perseguidos, presos y exiliados, contertulio de dirigentes políticos “enconchados”
en mi casa, como Alberto Carnevali y Alberto López Gallegos o visitantes
frecuentes en el exilio parisino o madrileño: Gonzalo Barrios, Carlos D´Ascoli,
Luis Augusto Dubuc, Luis Esteban Rey, Juan Liscano, Nicolás Guillén u Octavio Lepage) era un adolescente
definidamente atípico, con un encendido erotismo, perfectamente compatible con un afán de saber que todavía
me impele, pero buscando mucho más que las siempre hospitalarias formas de la
hijas de Eva…
En ese contexto The ugly american, no podía pasarme
inadvertido, lo leí con avidez en inglés y lo releí en español, después
supe que el libro que retrataba sin concesiones la indiferencia imperial de los
diplomáticos norteamericanos, frente a las disímiles culturas y problemáticas
de los países en los cuales estaban acreditados, después supe, que la obra había causado profunda impresión en el estamento político americano, al extremo de que John Fitzgerald Kennedy, estuvo tan impactado por el texto que envió un ejemplar a cada miembro del Senado. De hecho ha sido reeditado repetidamente y está considerado como “·una de las más influyentes novelas de la literatura norteamericana”. En 1963 fue llevada al cine, dirigida por
Debo señalar que no fue nuestro caso personal, muy por el contrario, el Cónsul de los Estados Unidos en Caracas, cuando mi madre –recluida en la Cárcel Modelo- fue enviada en febrero de 1953, a un exilio que no terminaría sino al caer la dictadura el 23 de enero de 1958, solicitó salir a USA, donde había cursado el Board en Psiquiatría Infantil y de Adolescentes en las universidades de Columbia, Michigan y Chicago, ante la negativa del gobierno venezolano, se ofreció a ir personalmente a la Cárcel y extenderle la visa.
Debo señalar que no fue nuestro caso personal, muy por el contrario, el Cónsul de los Estados Unidos en Caracas, cuando mi madre –recluida en la Cárcel Modelo- fue enviada en febrero de 1953, a un exilio que no terminaría sino al caer la dictadura el 23 de enero de 1958, solicitó salir a USA, donde había cursado el Board en Psiquiatría Infantil y de Adolescentes en las universidades de Columbia, Michigan y Chicago, ante la negativa del gobierno venezolano, se ofreció a ir personalmente a la Cárcel y extenderle la visa.
Pués bien, hábito mental arraigado, siempre traté de ponerle un rostro al "americano feo": Joe Maccarthy, Foster Dulles, Nixon, ocuparon alternativamente mi galería mental, hasta que apareció Donald Trump, entonces, asociado a la siempre "sospechosa" exhibición de bellas mujeres, pletórico de dolares y de mal gusto, echón y charro, el papel es suyo...
Siento un desagrado espontaneo, por la "café society", el "jet set" una serie de apelativos que señalan lo que los francese definen como "parvenues" , recién vestidos, nuevos o viejos ricos pero de mal gusto. Trump no es estrictamente un "nuevo rico" descendiente de inmigrantes Alemanes y escoseces, recibió de su padre un respetable patrimonio, pero es indiscutiblemente el ejemplo mas acabado del rastacuero, el echón, el petulante sin clase. Para mi este es el rostro perfecto del UGLY AMERICAN, escribo esta líneas al día siguiente de su victoria en New Hampshire, probablemente son imprudentes, pero no las pude reprimir.
Si este impresentable sujeto llegara a ganar unas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, mucho nos va a costar "venderlo" como algo positivo en el ámbito internacional, a aquellos que hemos sido y somos admiradores de esa gran nación, que pudo parir a Jefferson...
Me parece una excelente apreciación de este personaje reptiliano ávido de poder y que puede llevar a la nación norteamericana a extremos impredecible, es el típico "Americano Feo". Felicitaciones apreciado amigo.
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