DESDE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA
AL PUEBLO VENEZOLANO
LA TAREA, LA FUNDAMENTAL Y ÚNICA TAREA
DE LA OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA REPRESENTADA CABALMENTE EN LA MUD ES CONSTRUIR EN
LOS TIEMPOS PERENTORIOS DE LA CRISIS Y DENTRO DE LOS LIMITES DE LA CONSTITUCIÓN
NACIONAL, UNA TRANSICIÓN VIABLE ENTRE EL RÉGIMEN QUE FENECE Y LA REPÚBLICA QUE
RENACE.
El pasado 6-D dimos el mayor paso hacia el fin de una
etapa de oprobio que nada tiene que ver con el pueblo grande y sin odios que
somos. Esa gigantesca victoria, construida desde abajo, desde las entrañas del
pueblo, trajinando la calle, es la obra de la UNIDAD. Es su siembra, es su
fruto. Su creación. ES OBRA DE TODOS.
No se edificó en unos pocos días. Se labró en 17 años
de lucha. En ella están los esfuerzos de las madres que salieron a luchar
contra el decreto 1011 exclamando "con mis hijos no te metas" y de
los periodista y editores que madrugaron defendiendo la Libertad de Expresión,
y de los técnicos, marinos mercantes y obreros petroleros que arriesgaron y
perdieron sus carreras y prestaciones defendiendo unos valores esenciales, no
unos cargos.
LA UNIDAD DE TODOS
En esos 17 años está la lucha admirable de la sociedad
civil, desde la Coordinadora Democrática, cuando los partidos estaban
acorralados por el régimen . Está en la batalla del 2006 encabezada por Manuel
Rosales. Están los medios radioeléctricos, está RCTV y su sacrificio heroico y
está la respuesta popular y la formidable jornada de los hijos de la democracia
movilizados en el glorioso movimiento estudiantil del 2 de diciembre del 2007,
cuando derrotamos el ensayo de constitución autoritaria que el régimen
pretendió imponernos. Cuando la FANB actuó impecablemente apegada a la
Constitución Nacional.
En esa gloriosa lucha está la victoria construida
entre todos en las regionales del 2008 y la mayoría popular alcanzada en las
parlamentarias del 26-S del 2010 bajo la acertada coordinación de Ramón
Guillermo Aveledo.
En este triunfo esta la impronta del esfuerzo de las
primarias de la MUD y el testimonio posterior de Henrique Capriles
"dejando el pellejo" por la Patria en dos ocasiones, abanderado como
nuestro candidato presidencial.
Está el sacrificio que significó la inhabilitación
ilegal de valientes parlamentarios como la diputada María Corina Machado y esta
también el testimonio sublime de la cárcel y condena a 14 años a Leopoldo
López, su huelga de hambre al lado de decenas de estudiantes para forzar que se
definiera la fecha del desafió electoral. Están los alcaldes perseguidos como
Daniel Ceballos y Enzo Scarano.
Y están por sobre todo las decenas de venezolanos
asesinados en las protesta cívicas del 2014, los miles de estudiantes presos
por esas jornadas memorables. Y cómo olvidar a los agricultores asaltados, a
los miles de perseguidos y a los cientos de miles de exiliados.
En la victoria del 6-D esta también la impronta de la
solidaridad internacional de Presidentes como Mariano Rajoy y Mauricio Macri,
la inolvidable presencia de ex presidentes, alcaldes y parlamentarios del
mundo, quienes desde que el régimen asomara sus garras dictatoriales y sacudiera
la conciencia universal con la brutal represión del 2014, alzaron su voz de
protesta y procedieran a sitiar internacionalmente al régimen. Siguiendo la
noble enseñanza de Rómulo Betancourt, cuando exigiera "hacer política
internacional con ética".
Debemos honrar y ser fieles a la verdad. Es nuestro
imperativo moral: todos la conocemos. Y de ella se deriva una enseñanza
sacrosanta: esa VICTORIA la construimos entre todos. DURANTE 17 Años de LUCHA
CONTINUA. No la construyó una élite iluminada. Ni una cúpula abrillantada. Ni
un Líder esclarecido. La construimos todos los venezolanos unidos, contando con
el gran trabajo de articulación de Jesús "Chuo" Torrealba. No fue el
fruto de una estrategia superior inspirada en gurúes que asesoran con encuestas
de sabiduría bíblica. Fue la obra de un pueblo que ensaya, yerra, aprende
de sus derrotas y corrige porque sabe que la verdad es esquiva y que hay que
construirla o descubrirla en y desde el seno profundo del pueblo.
Ella fue, en suma, la VICTORIA de LA UNIDAD DEL
PUEBLO, desde Catia hasta Petare, desde el Zulia al Amazonas. Fue la proeza de
los testigos que trabajaron en las mesas electorales.
La Mesa de la Unidad Democrática fue su
instrumento. Su plataforma. Su estructura orgánica. ¡Cuidémosla!
LA UNIDAD ES EL VALOR SUPREMO.
La unidad es el bien construido entre todos los
venezolanos para frenar civil y constitucionalmente el intento totalitario más
perverso que la República haya enfrentado jamás. La MUD es su instrumento. Es
obra de todos. Con la Unidad y solo con ella, logramos la Victoria. Con la
Unidad y nunca sin la unidad podremos enfrentar los inmensos retos que tenemos
por delante.
Por eso, porque es de todos, nadie puede
pretender apropiárselo. Nadie en la oposición tiene derecho a agredirlo, a
maltratarlo, a mal ponerlo.
Porque el 6D constituye el primer paso de la tarea
compleja y exigente, que recién comienza, un salto gigantesco hacia el
porvenir. Pero sería no solo iluso sino tremendamente irresponsable pensar que
el trabajo está consumado. Ahora es que hay tarea por delante. El hecho de
contar con una mayoría calificada indica que también calificada debe ser
nuestra responsabilidad. Si no somos capaces de adaptarnos a estas lecciones,
¿cómo pedirle al pueblo que nos ha elegido que lo haga?
Ahora es que se requiere UNIDAD. Unidad superior.
Unidad política, que no meramente electoral. Unidad Patriótica. Que no
meramente política. Unidad de corazón que no meramente de razones y cálculos.
LA NUEVA ASAMBLEA
Pasado mañana se instala la Nueva Asamblea Nacional.
Es la expresión más cabal de la soberanía popular. Tiene una legitimidad nacida
de la expresión del pueblo con una potencia tan infinita como la fuerza misma
de la Voluntad Soberana del pueblo, solo limitada por la norma constitucional
que el pueblo también puede cambiar dentro de sus propias reglas.
La fuerza debe estar al servicio de los cambios.
Cambiar los malos hábitos, romper los moldes de los falsos mitos, hablarle
claramente a nuestra juventud diciéndole que es mentira que somos ricos porque
simplemente tenemos petróleo, que lo seremos cuando contemos con una educación
sin exclusiones y de calidad, cuando asignemos la tierra, el trabajo, y las
oportunidades a la gente siempre con justicia. Cuando dejemos de ser un país
rentista y pasemos a ser un país productivo.
Debemos demostrar que estamos preparados para
gobernar, para rescatar a Venezuela sin atarnos a dogmas, deteniendo esta
carrera alocada de endeudamiento que compromete nuestro futuro.
Esta Nueva Asamblea Nacional (sus 112 diputados
de la MUD y sus 112 suplentes y, porque no, los 55 diputados del PSUV y sus 55
suplentes) tienen el mandato del CAMBIO Político para superar la crisis más
severa que Venezuela jamás vivió en todo el siglo XX y lo que va del actual.
EL CAMBIO QUE VIENE
No nos equivoquemos. El voto abrumadoramente
mayoritario del pueblo venezolano fue por un cambio. PROFUNDO. RADICAL.
URGENTE. Y También PACIFICO. CIVICO. CONSITUCIONAL. UNITARIO. RECONCILIADOR. El
voto no fue nunca por la permanencia de lo que tenemos sino por su SALIDA. Pero
tampoco fue por la retaliación sino por la reconciliación.
El 5 se juramenta la Venezuela que será, la nueva
Venezuela. Cuyo pasado debemos conocer para no volver a caer en nuestros
pasados errores. Vamos a conquistar el futuro y debemos hacerlo juntos.
Mientras exigimos rendición de cuentas, alternabilidad en el poder y la
independencia de las instituciones fundamentales del Estado.
Nuestros diputados honraran la memoria de Fermín Toro
recordando e inspirados en su coraje "que los diputados que el pueblo se
dio no se prostituyen"
LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL
La misión de la Nueva Asamblea -centro desde este martes de la política
nacional- es abrir caminos a la superación de la crisis política terminal
que agobia al régimen y la crisis económico-social que golpea al pueblo. La
tarea, la fundamental y única tarea de la oposición democrática representada
cabalmente en la MUD es construir EN LOS TIEMPOS PERENTORIOS DE LA CRISIS y
DENTRO DE LOS LIMITES de la CN, una transición viable entre el régimen que
fenece y la República que renace.
Esa tarea, inmensa, ciclópea pero hermosa, exige
grandeza. Coraje. Amplitud, Humildad. Templanza. Perdón. Sabiduría.
Patriotismo. Valores supremos que no han de faltarles a los 224 diputados
principales y suplentes de la MUD (y porque no a los 110 del PSUV?). Nos lo
exige la Patria que tiene derecho a exigirnos todo.
UN CAMBIO EN PAZ, SIN SANGRE, SIN VIOLENCIA
Venezuela clama por el cambio democrático. Es una
exigencia que trasciende fronteras y diferencias políticas. La oposición se ha
unido en la Mesa de Unidad Democrática cristalizando de esa manera una
necesaria confluencia que finalmente le permitió participar con singular éxito
en elecciones, reiterando así, que defiende con firmeza el sufragio en el
esquema de la vía pacífica, constitucional, comicial y sin practicar la
violencia. La oposición nunca se apartó de esos postulados de principio porque
comprende que el uso de la violencia se reproduce de manera aterradora en un
ciclo de sangre y venganza.
Para nosotros no hay enemigos, sino a lo más,
compatriotas desunidos por diferencias totalmente comprensibles en la dinámica
pluralista de la democracia, pero que en aspectos fundamentales pueden
allanarse en buena medida mediante un diálogo fructífero y generoso. La
convivencia está en las entrañas de la cultura de Venezuela.
Hoy sabemos que podemos avanzar hacia la democracia en
paz y que la suma de voluntades y esfuerzos es capaz de lograr la recuperación
económica, política, moral y social que queremos.
El pueblo es el soberano, el gobernante debe estar
sometido al mandato popular y utilizar el poder que el pueblo le ha conferido
en la solución de los problemas y la satisfacción de las necesidades de todos
los venezolanos.
UNIDAD Y CONSENSO
Solo unidos lograremos esos objetivos. Las
diferencias, la competencia por el logro de aspiraciones personales o grupales,
naturales en cualquier sociedad democrática, constituyen en este momento la
peor amenaza que atentaría contra el triunfo final de las aspiraciones
populares. Si en el pasado hubo diferencias en cuanto al rumbo a seguir y las
estrategias correctas, colocarlas hoy en el escenario no puede traer otra
consecuencia que el fraccionamiento de las fuerzas opositoras y provocar
retrocesos injustificados. El pueblo venezolano está alerta y sabrá diferenciar
las conductas que promueven la unidad, de aquellas que conspiren contra
ella. Discutamos entre nosotros hasta lograr el consenso necesario para
las acciones que vienen, en el entendido de que consenso no significa
unanimidad. Significa, simplemente, que nadie se crea con el monopolio de la
verdad e intente imponerla al movimiento integrador.
Consenso significa capacidad y disposición para ceder
ante los criterios de la mayoría. No permitamos que esa unidad se quebrante por
ningún motivo, porque nada justifica que las aspiraciones personales o
grupales, por legítimas que sean, debiliten o fracturen ese bloque de
sentimientos, intereses y convicciones que asombró al mundo el 6 de diciembre.
La lucha por la libertad, el progreso, la seguridad y
la democracia apenas comienza. Esta primera victoria debe ser seguida por
muchas otras, hasta que estén dadas todas las condiciones para que los logros
alcanzados sean irreversibles. La confianza de Venezuela en la dirigencia
política tiene su fundamento en la inteligencia, el coraje y el desprendimiento
demostrado. La esperanza se alimenta y descansa en la seguridad de que esas
mismas virtudes continuarán guiando la empresa libertaria. No la defraudemos.
UNIDAD Y RECONCILIACIÓN
Todo ese temple patriótico y esa humildad
republicana nos obliga a tender puentes, a invocar y practicar el respeto
sagrado a la CN y a confiar que todos, el Pueblo, su liderazgo político y la
Fuerza Armada Nacional, estaremos a la altura, no solo de nuestra historia
gloriosa, si no mucho más, de nuestro futuro promisorio, siempre que seamos
capaces de reconstruir entre todos la UNIDAD Y RECONCILIACION NACIONAL. Mirar
al futuro conscientes que "necesitamos de fuerza para impulsar los
cambios., de tolerancia para respetar lo que no sea posible modificar y de
sabiduría para actuar con justicia y responsabilidad"
Mitzy Capriles de Ledezma con la voz y el corazón de
Antonio Ledezma.
Feliz año nuevo para toda Venezuela!
Juan Pablo Segundo nos dijo "No hay Paz sin
Justicia y no Hay Justicia sin Perdón" y Francisco nos dice "La
misericordia es el centro del Evangelio".
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