CARLOS BLANCO: EN BLANCO Y
NEGRO: ARISTÓBULO COMO PRESIDENTE
Por: Carlos Blanco.
Conocí a Aristóbulo Istúriz como
un hombre inteligente y grato. Hicimos el programa “Blanco & Negro” en
Globovisión, bajo el entusiasta impulso de Alberto Federico Ravell y fue una
buena época de debate. Tenía un espíritu abierto, lo que contribuyó a que nuestro
programa fuese diálogo creador. Ese espacio terminó porque Aristóbulo estaba
próximo a ser requerido por Chávez como Ministro de Educación y a mí se me abrió una inapreciable
oportunidad académica en el exterior. Después de esa época no nos vimos, aun
cuando conversamos unas pocas veces por teléfono.
Más adelante Aristóbulo se
sumergió en una radicalización política y verbal que no se compaginaba con el
talante que le había conocido. Sin embargo, en las recientes elecciones, como
resultado de la derrota colosal del régimen, tuvo un tono autocrítico y la
semana pasada volvió a hablar de las colas y la escasez como elementos del
desastre electoral rojo.
Él sabe que el volcán que se mueve
en las entrañas de la sociedad está a punto de explotar y cuando habla de
escasez se refiere al descomunal fracaso del régimen del cual ahora es la
segunda – ¿la tercera? – figura.
Sin embargo, el papel que creo que
le corresponderá pronto, es el de reemplazar a Maduro una vez que se produzca
lo que parece inevitable: su renuncia. En términos constitucionales, Aristóbulo
podría tener la misión de ser Presidente hasta las inmediatas elecciones
presidenciales de este año.
Si Aristóbulo asume la presidencia
de la República tiene tres caminos: intentar seguir por el precipicio de
Chávez-Maduro, lo que conduciría a catástrofes impensables; también podría
designar un Vicepresidente de consenso con la oposición, y luego renunciar para
que éste personaje conduzca la transición (desde luego no sería un “notable”;
todos ya muertos después de haber propiciado la devastación actual) o podría
constituir un Gabinete de emergencia y de consenso, cuya primera medida para
descomprimir el país, sería la liberación de los presos políticos y el retorno
de los exiliados, e implementar un plan masivo de suministro de alimentos y
medicinas al país. En cualquier caso, elecciones presidenciales ya.
Venezuela está en una situación
catastrófica. Para enfrentarla, variados actores pueden tener la palabra, pero
hay cuatro que serán claves: Henry Ramos Allup, representante de la legitimidad
popular indiscutible y reciente; Aristóbulo Istúriz, posible cabeza negociadora
del régimen que muere; Vladimir López Padrino, el que guarda las escopetas. Y
las masas a punto de rebelión generalizada.
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