El estado de emergencia económica de Venezuela culmina el fracaso del socialismo chavista en todos los órdenes de la vida.
El decreto declarando el estado de excepción económica durante 60 días,anunciado este viernes por el presidente Nicolás Maduro, conduce a un corralito bancario y faculta al Gobierno para expropiar empresas e intervenir en la producción de las fábricas.
El Banco de Venezuela acaba de reportar una inflación del 141% hasta septiembre de 2015, comparada con la de septiembre de 2014. La economía se contrajo un 7,1%, de julio a septiembre. Pero el sistema estadístico del país está tan desacreditado como el Gobierno, y el Fondo Monetario Internacional estima que los precios han subido un 160% ypueden elevarse un 500% a lo largo de 2016, la más alta del mundo. Escasean productos básicos, y los venezolanos se pasan media vida en las colas para conseguir los demás. El Gobierno habla de una “guerra económica” con fantasmales enemigos de la revolución chavista, o culpa de todo a la caída del precio del petróleo. Se trata de las viejas excusas de todos los demagogos. La catástrofe de Venezuela no obedece a conspiraciones externas ni admite chivos expiatorios. Es solo la consecuencia inevitable de haber administrado al país una poción letal de socialismo y corrupción durante los últimos dieciséis años.
Las medidas de emergencia anunciadas por el régimen chavista no sacarán a Venezuela del pozo, sino que, muy probablemente la encadenen aún más en el fondo. Pensar que Maduro puede sacar al país del atolladero es como creer que un pirómano puede ser un buen bombero. El final de la pesadilla solo puede empezar por una Asamblea Nacional fuerte que revoque el mandato del presidente y lleve adelante una transición democrática en Venezuela.
Uno de los mayores productores de petróleo del mundo, una potencia turística antes de la llegada de Chávez al poder en 1999, un país culto y creativo que es la patria de Andrés Bello y tuvo en Caracas, alrededor de su Universidad Central, de editoriales como Ayacucho o Monte Ávila, y de un periodismo vigoroso y cosmopolita, uno de los polos de la inteligencia de América durante el siglo XX, se encuentra al borde de una crisis humanitaria, como acaba de alertar la Conferencia Episcopal Venezolana. Aviso a los españoles: Venezuela es el espejo donde asomarse al porvenir del nuevo Frente Popular formado por PSOE y Podemos..– V. Gago
[Con información de Actuall; El País; InfoCatolica; La Patilla; El Nacional; El Universal]
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