Picapedrero
¿Mitares corruptos, narcos, crueles y sádicos?
El título de este Picapedrero, no generaliza a la Fuerza Armada de
Venezuela, porque suman más, la honorabilidades de sus integrantes, hombres y
mujeres, capaces y profesionalmente bien formados, sino de ciertas
individualidades que los mandaron a esa Institución por malcriados, pésimos
estudiantes de naturaleza vaga y con potencialidades delictuales, lo que nos
permite ubicarnos en el tiempo por ejemplo, con un general como Rafael
Urdaneta, quien moriría <<sin más riqueza que la honra>> y
ver como ahora, por la baranda del medio se adquieren estrellas y soles
en toda la jerarquía militar, los últimos de sus promociones,
enriquecidos y señalados por delitos de corrupción y narcotráfico como
nunca se había visto, al menos, en la democracia surgida el 23 de enero
de 1958. Para aquel tiempo y mucho después, el tema militar era considerado
“tabú” y cuando le plantee al doctor Eduardo Fernández en visita a
Barquisimeto, sobre como revisar constitucional, legal y éticamente a la Fuerza
Armada me respondió – eso es un tema delicado, que no le interesa al pueblo –
Allí me dijo todo, es la complicidad civil de unos, con militares execrables.
¡Claro! Fernández fue gobierno, cuando entonces José Vicente Rangel pedía
romper con aquel tabú, solo para incendiar cuarteles, porque luego, siendo
ministro de la Defensa, sellaría la disposición de Chávez, de corromper a la
Fuerza Armada para asegurar lealtades, garantizando la impunidad, pero no nos
desviemos y vallamos al grano de este Picapedrero, que estima como aún, con
aquella puntuales desviaciones, a sus implicados no les
interesaban las violaciones a elementales derechos humanos, a excepción de
sus intereses económicos o transacciones en las curvas de negociaciones,
que se inicia con el lema …”Si tu habla yo hablo”… o con extrañas muertes en
las del general Wilmer Moreno y el capitán Luis Alquilarte, echados al olvido,
salvo prueba en contrario.
El agravante, al deterioro de esa Fuerza Armada, sometida al
capricho de Chávez, hay que sumar, la crueldad como fueron tratados unos
soldados, en la 75 Brigada de Cazadores, en Maturín, estado Monagas, donde el
teniente Alessandro Sicat Torres, roció con “thiner” a tres de ellos el 30 de
enero de 2001. Luego se sabría lo ocurrido en el Fuerte Mara, con saldo de
muertes y daños morales, ocultados por órdenes superiores pero imposible de
ocultarse y nos referimos, a incendiar con gasolina una celda de castigos el
año 2004, donde se encontraban también, unos soldados, al parecer, por
haber firmado a favor del revocatorio al mandato del presidente Chávez Frías.
Sobre esos hechos, hubo tal cantidad de manejos mediáticos oficiales, y
negaciones a investigaciones, que a estas alturas hay derechos a todo tipo de
especulaciones pendientes, de investigaciones institucionales.
Pero la gota que rebasa el vaso de la dignidad humana, consagrada
en la muy Bolivariana Constitución de la República, es que un tal
coronel José Viloria Sosa, la tiene como papel tualé en su letrina, al
haber ultrajado a las ciudadanas Lilian Tintori y.Antonieta Mendoza de
López, esposa y madre del ciudadano Leopoldo López, preso del régimen
militar-civil, mas no, por corrupción o narcotráfico, durante una normal visita
carcelaria, ordenando revisar las tollas sanitarias que toda mujer usa,
para buscar un generalato que de otorgarse, deberá ser sometido a degradación,
pero leamos la versión de Tintori: …”El
día de ayer en Ramo Verde, después de esperar 2 horas para poder ver a
Leopoldo, me hicieron requisa, me desnudaron completamente, pidieron que
abriera las piernas varias veces y revisaron hasta el modes que tenía puesto”…
Es de pensar que el coronelillo en cuestión, tuvo un orgasmo
cerebral inoculado, desde sus tiempos asnales, no hay otra conclusión para
confirmar su indignidad humana de la que nos hablara Giovanni Pico Della
de la Mirándola en su discurso sobre la “Dignidad del Hombre” al
interpretar la voz de Dios a Adán:.. “te hice a mi imagen y semejanza”…
formando la “Cadena del ser” dice Pico de la Mirándola…”Te coloque en
medio del mundo para que pudieras contemplar mejor lo que el mundo contiene. No
te he hecho celeste, ni terrestre ni mortal, ni inmortal, a fin de que tú
mismo, libremente a la manera de un buen pintor o un hábil escultor remate tu
propia forma”...
En aquello consiste la dignidad de Leopoldo López, su madre y
esposa hoy ultrajadas por un perverso sádico, soldado del demonio.
Jorge Ramos Guerra
@pikpedrero
* Abogado, ex-Gobernador del Estado Lara, Diputado al Congreso Nacional, catedrático universitario.
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