"Sin título"
por: Oswaldo
Páez-Pumar
No
he podido encontrar título alguno para este artículo. Leo la información en la
prensa y sigo sin saber cuál es el mensaje que se nos pretende enviar. El
oficial de la guardia nacional advierte que el organismo al cual pertenece solo
tiene la vigilancia externa del penal de San Antonio, en Margarita, donde fue
despedido con fuego no artificial de su tránsito por esta vida, “el conejo”.
La
vigilancia interna corresponde a ese innombrable ministerio que preside Iris
Varela. Esa es la escueta información de la que deduzco que el oficial quiso
decirnos, que ni él ni el cuerpo al que pertenece tiene responsabilidad alguna
en la existencia dentro del penal de ese insólito parque, que se puso en
evidencia por el uso dado por los reclusos para despedir, con más salvas que
las que merece un general, o un jefe de estado, a un delincuente de alta
peligrosidad, así sea paradójicamente apodado “el conejo”, que es un animal de
alta mimosidad.
Desde
luego que lo primero que me viene a la mente es un desatino. ¿Tendrá CAVIM
dentro del penal una sucursal que ha fabricado todo ese armamento de cuya
existencia nos enteramos por la euforia de la despedida? Si bien admito que la
pregunta es desatinada, la formulo porque me siento obligado a hacerla ante el
insólito alegato para excluir la responsabilidad que encierra la frase “tenemos
solo la vigilancia externa del penal”. ¿Quiso decir el oficial que la entrada
es libre? ¿Qué a cargo de ellos, del cuerpo al que pertenece, está únicamente
impedir que los reclusos salgan?
Puede
el lector de estas reflexiones percibir por qué no he encontrado un título
adecuado para mis reflexiones sobre estos cuatro hechos insólitos. Toda la
población ha sido conmocionada por el despliegue de la capacidad de fuego que
tienen los reclusos. Primer hecho insólito. Toda la población percibe por el
mismo despliegue realizado la capacidad que tienen los reclusos para reponer el
parque de municiones, tan necesario para las actividades propias del oficio que
practican. Segundo hecho insólito.
Creo
que toda la población siente conmigo que
las declaraciones del oficial sobre la “vigilancia externa”, lo que significan
es “yo no fui, nosotros no tenemos la culpa”. Tercer hecho insólito. ¿Se agota
aquí nuestro insólito universo? No. Nosotros, usted lector que me lee y yo que
escribo, lo intuíamos, lo comentábamos, pero no lo sabíamos. El oficial y el
cuerpo al que pertenece lo sabían. ¿Serán capaces de decir que ellos tampoco
sabían?
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Excelente artículo del colega Oswaldo Páez-Pumar, quien con su fina pluma describe la perplejidad ambiente, ante los despropósitos de este tiempo de desencuentros...
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