28 de enero de 2016

"Sin título", por: Oswaldo Páez-Pumar , pararescatarelporvenir.blogspot.com 28 de enero de 2016



"Sin título"
                                                                       
por: Oswaldo Páez-Pumar

            No he podido encontrar título alguno para este artículo. Leo la información en la prensa y sigo sin saber cuál es el mensaje que se nos pretende enviar. El oficial de la guardia nacional advierte que el organismo al cual pertenece solo tiene la vigilancia externa del penal de San Antonio, en Margarita, donde fue despedido con fuego no artificial de su tránsito por esta vida, “el conejo”.
            La vigilancia interna corresponde a ese innombrable ministerio que preside Iris Varela. Esa es la escueta información de la que deduzco que el oficial quiso decirnos, que ni él ni el cuerpo al que pertenece tiene responsabilidad alguna en la existencia dentro del penal de ese insólito parque, que se puso en evidencia por el uso dado por los reclusos para despedir, con más salvas que las que merece un general, o un jefe de estado, a un delincuente de alta peligrosidad, así sea paradójicamente apodado “el conejo”, que es un animal de alta mimosidad.
            Desde luego que lo primero que me viene a la mente es un desatino. ¿Tendrá CAVIM dentro del penal una sucursal que ha fabricado todo ese armamento de cuya existencia nos enteramos por la euforia de la despedida? Si bien admito que la pregunta es desatinada, la formulo porque me siento obligado a hacerla ante el insólito alegato para excluir la responsabilidad que encierra la frase “tenemos solo la vigilancia externa del penal”. ¿Quiso decir el oficial que la entrada es libre? ¿Qué a cargo de ellos, del cuerpo al que pertenece, está únicamente impedir que los reclusos salgan?
            Puede el lector de estas reflexiones percibir por qué no he encontrado un título adecuado para mis reflexiones sobre estos cuatro hechos insólitos. Toda la población ha sido conmocionada por el despliegue de la capacidad de fuego que tienen los reclusos. Primer hecho insólito. Toda la población percibe por el mismo despliegue realizado la capacidad que tienen los reclusos para reponer el parque de municiones, tan necesario para las actividades propias del oficio que practican. Segundo hecho insólito.
            Creo que toda  la población siente conmigo que las declaraciones del oficial sobre la “vigilancia externa”, lo que significan es “yo no fui, nosotros no tenemos la culpa”. Tercer hecho insólito. ¿Se agota aquí nuestro insólito universo? No. Nosotros, usted lector que me lee y yo que escribo, lo intuíamos, lo comentábamos, pero no lo sabíamos. El oficial y el cuerpo al que pertenece lo sabían. ¿Serán capaces de decir que ellos tampoco sabían?
                                                                       Caracas, 28 de enero de 2016

            Oswaldo Páez Pumar 
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1 comentario:

  1. Excelente artículo del colega Oswaldo Páez-Pumar, quien con su fina pluma describe la perplejidad ambiente, ante los despropósitos de este tiempo de desencuentros...

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