EL FRACASO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
(I)
La destrucción de
Venezuela
internacional.elpais.com
El Gobierno de Maduro ha llevado a Venezuela a una situación
insoportable, tanto desde el punto de vista social y económico, como en
materia de seguridad ciudadana ...
|
El Gobierno de Nicolás Maduro torpedea a
la oposición, que logró la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional, mientras
se acentúa la crisis económica y social en el país
EL PAÍS, ESPAÑA
EL FRACASO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
(I)
La destrucción de
Venezuela
internacional.elpais.com
El Gobierno de Maduro ha llevado a Venezuela a una situación
insoportable, tanto desde el punto de vista social y económico, como en
materia de seguridad ciudadana ...
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El Gobierno de Nicolás Maduro torpedea a
la oposición, que logró la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional, mientras
se acentúa la crisis económica y social en el país
EL PAÍS, ESPAÑA
Agentes controlan la entrada de un
supermercado en San Cristóbal. / REUTERS
El Gobierno
de Maduro ha llevado a Venezuela a una situación insoportable, tanto desde el
punto de vista social y económico, como en materia de seguridad ciudadana, de
libertades democráticas o de corrupción generalizada.
Esto explica el hartazgo de los ciudadanos
que votaron el 6 de diciembre dándole a la oposición dos tercios de la
Asamblea. Pero Maduro mantiene el poder ejecutivo y maniobra toscamente para
impedir que haya un poder legislativo que represente la voluntad soberana de
los venezolanos.
Nada parece frenar el afán destructivo de
la pareja Maduro-Cabello. En lugar de reconocer la voluntad soberana del
pueblo, ponen por delante del bien común sus oscuros intereses. En vez de
iniciar un diálogo con la mayoría indiscutible de la Asamblea, amenazan con
profundizar en la vía de su fracasada revolución, manipula el nombramiento de
jueces de la Corte Suprema, recurre los resultados para impedir esa mayoría,
amenaza con vetar la amnistía para presos políticos y exiliados, o pone en
marcha Asambleas comunales.
Las cifras de
la economía son muy graves. A pesar de que el Gobierno, o el Banco Central, niegan
a los ciudadanos esas cifras, a lo que están obligados por sus propias leyes,
las tienen que dar a la SEC [Comisión de Valores] de EE UU, porque Venezuela
tiene bonos cotizados en Wall Street.
El PIB caerá en 2015 un 10% y la inflación
en los últimos seis meses indica un ritmo anual superior al 250%. Cuando esto
ha ocurrido históricamente en otros países de la región —Bolivia, Argentina o
Brasil—, se precipitaron rápidamente hacia inflaciones de entre el 1.000% y el
10.000%. En los casos de hiperinflación el producto bruto cayó en torno a un
20%.
El déficit público ronda el 20% del PIB.
Pero incluso cuando el petróleo estaba a 100 dólares por barril, el déficit
superaba los dos dígitos. Con los precios actuales en torno a 30 dólares, este
déficit seguirá creciendo de manera exponencial y lo están financiando dándole
a la maquinita de hacer bolívares (monetizándolo). Es un acelerador imparable
de la inflación.
Las expectativas de inflación alimentan un
tipo de cambio paralelo que ya supera los 900 bolívares por dólar. Más de 120
veces el cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar. Maduro ha devaluado tanto
la moneda como la figura del Libertador que le da su nombre.
A pesar de que las importaciones se han
desplomado en torno a un 30% sobre lo habitual, el colapso de las exportaciones
lleva a un déficit por cuenta corriente que supera los 2.000 millones de
dólares. A esto hay que añadir el servicio de la deuda pública y privada —de
unos 22.000 millones de dólares—, el saldo de los servicios y la salida de
capitales que sortean el control de cambios. Esto supone un agujero
externo superior a 25.000 millones de dólares.
Para evitar el default —o
la reestructuración de la deuda de PDVSA [Petróleos de Venezuela,SA]— Venezuela
tendría que reproducir en 2016 las fuentes de financiación que ha utilizado en
2015. Pero la operación se presenta cada vez más difícil:
—Tendrían que tirar de reservas, que han
pasado de 14.000 a 7.000 millones de dólares. Pero estas son muy poco líquidas,
porque ya Chávez las colocó en oro, justo en el momento en que este metal
empezó a caer.
—Tendrían que hacer uso de los activos
externos, que son otros 7.000 millones de dólares de Citgo [comercializadora de
combustibles en EE UU y filial de PDVSA] y vender activos líquidos, que en el
mejor de los casos ya no deben ser superiores a esos 7.000 millones.
—Tendrían que seguir vendiendo
Petrocaribe, aunque el margen de maniobra es casi cero, porque ya han vendido
la deuda que tenía mercado (Jamaica y República Dominicana) y solo les queda
Nicaragua, Surinam y Haití.
—También pueden intentar que los préstamos
de China les sigan dando oxígeno. Este año han conseguido 4.000 millones netos
de financiación. ¿Estarán dispuestos los chinos a reducir las compras
de petróleo ligadas a los créditos para que Venezuela pueda vender más
petróleo a EE UU?
Así que con las reservas por los suelos y
el tipo de cambio disparado, más el actual precio del petróleo, parece
inevitable el default o la reestructuración voluntaria de la
deuda en 2016. Dicho en otros términos, o default o rescate
chino.
El drama
social es lo más visible, lo que no pueden ocultar después de 15 años de experimento
revolucionario: Se han perdido todos los avances del chavismo en términos
de niveles de pobreza y, de paso, se han esfumado más de
800.000 millones de dólares de ingresos petroleros, en buena parte por la
corrupción rampante del régimen.
—El indicador de pobreza supera el 70% de
la población y la pobreza extrema alcanza al 50% de los venezolanos. O sea 25
millones de pobres, un 150% más que en 2013 cuando asumió Maduro.
—La cesta básica para una familia de cinco
miembros está por encima de los 80.000 bolívares al mes y el salario mínimo, si
trabajan dos de estos cinco miembros, no da para más que una semana al mes de
esta canasta básica.
—La escasez de alimentos o de medicamentos
y la ineficiencia llena de corruptelas en la distribución sitúan al pueblo de
Venezuela ante un escenario bastante peor que el que vivió Cuba en aquel periodo
especial de 1992 a 1995.
La oposición, que ha ganado ampliamente
las elecciones legislativas, sabe que el Ejecutivo es el que tiene que hacer el
ajuste y propone diálogo para enfrentar los desafíos. El Gobierno cree que la
victoria de la oposición es un error de los votantes y trata de responder
radicalizando la ya fallida revolución.
Venezuela
está ante una crisis humanitaria grave, que exigirá ayuda internacional rápida.
Se han vivido momentos dramáticos como este durante el caracazo,
pero el país producía más. Ahora el aparato productivo es tierra quemada y hay
que reconstruirlo. No queda tiempo para enfrentar esta emergencia.
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