EL MOMENTO DE LA VERDAD
por: Oswaldo Álvarez Paz
En este inicio de año sobran las
palabras. Todo está dicho. Desde las naturales felicitaciones y buenos deseos
para esta etapa hasta pronósticos que anuncian catastróficas confrontaciones.
Deben empezar ya. Venezuela entera sabe de qué se trata y vive una terrible mezcla
de esperanza con incertidumbre.
Para sobrellevar estos días
recomiendo a todos leer cuidadosamente la Constitución Nacional. Allí se
señalan detalladamente los alcances del poder de cada una de las ramas del
Estado. Lo permitido y lo prohibido están claramente establecidos. Vale la pena señalar que, a la inversa de lo
que sucede en el campo privado, en el sector público nadie puede ir más allá de
aquello para lo cual está expresamente autorizado.
Por eso la recomendación de
lectura, especialmente en lo relativo a la Asamblea Nacional o poder
legislativo, al poder ejecutivo, a la administración de justicia concentrada en
el Tribunal Supremo, al poder electoral o CNE y al mal llamado poder moral que
agrupa a la defensoría, a la contraloría y a la fiscalía general. Todo ello sin
olvidar que la Soberanía reside en el Pueblo y la ejerce básicamente mediante
el voto.
Por todo esto y mucho más, rechazamos
las viles maniobras de algunas ramas del poder público para impedir o retrasar
la instalación de la nueva Asamblea. Tratan por todos los medios ilegítimos que
se les ocurre, arrebatar la mayoría de dos terceras partes que el Soberano dio
a la alternativa democrática. Son 112 diputados que deben estar juramentados y
en funciones esta misma semana, a partir del martes 5 de enero. Esto sin hacer
mención de los delitos agravados en que están incurriendo las salientes
autoridades legislativas encabezadas por Diosdado Cabello y su pandilla de sirvientes de utilería.
Ceden espacios físicos del Palacio Federal, desmantelan instituciones al servicio de la Asamblea y ya se enterará
oportunamente la opinión pública de los enormes guisos internos existentes.
Pido a Dios por la cordura de las
partes y a nuestra dirigencia opositora toda la fortaleza y el coraje que la
hora reclama. No se trata de venganza. Tampoco de revancha. Se trata de cumplir
con el mandato recibido a favor de un cambio profundo y definitivo en la
conducción del país. Sé que lo hará, así tenga que superar las cobardes
maniobras de algunos que siguen sin entender que el tiempo se les acabó. Nada
es eterno. Mucho menos el poder mal empleado. Hay delitos que no prescriben.
@osalpaz
Lunes, 4 de enero de 2015
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