6 de febrero de 2016

EL CHAVISMO NOS EMPUJA HACIA UN FUTURO RETRÓGRADO, por: Alfredo Michelena, www.frentepatriótico.com / pararescatarelporvenir.blogspot.com



EL CHAVISMO NOS EMPUJA HACIA UN FUTURO RETRÓGRADO










por: Alfredo Michelena 


Alfredo MichelenaEs terríficamente impactante y decepcionante escuchar al Régimen diciendo que hay que “sustituir importaciones” e “independizarse” del petróleo. Lo primero fue la bandera del desarrollo de las décadas después de la II Guerra Mundial con la CEPAL de Raúl Prebich, a la cabeza. Lo segundo se sintetiza en aquello de “sembrar el petróleo”, que Arturo Uslar Pietri escribiera en un artículo publicado en 1936.
La política de “sustituir importaciones” tomó cuerpo con el vilipendiado  “Pacto de Punto Fijo” (1958), a través de su  programa mínimo común, la “Declaración de principios sobre política Industrial” y el decreto “Compre Venezolano”. Entonces todos los gobiernos se orientaron a proteger la industria nacional y facilitar su expansión con base a la renta petrolera. Ella sería el motor del desarrollo al demandar más insumos que se pudieran suplir en vez de importar y expandir el empleo.

Claro que no era un círculo virtuoso. Nunca pudimos zafarnos de la dependencia petrolera.  Pero se disminuyó. Para fines del siglo XX las exportaciones petroleras habían bajado del 80%. No habíamos sembrado mucho el petróleo, pero la industria nacional había crecido y exportado. En 1958 la industria fue el 11% del PIB y en 1997 alcanzaba un 23,7%. Pero no pudimos dar el salto de la sustitución de importaciones a la promoción de las exportaciones. Eso implicaba hacer competitiva internacionalmente la industria nacional y suponía, entre otras cosas, el corte de los subsidios a los empresarios.

 Ya sabemos que le pasó a Carlos Andrés Pérez cuando parcialmente intentó esto y como el concepto “neoliberalismo” se satanizó.

En estos 17 años, con el mayor ingreso petrolero de nuestra historia, la dependencia petrolera aumentó llegando a un 96% en 2014 y la industrialización se desplomó llegando a 13,7%.  Han desaparecido la mitad de las industrias que existían en 1959. 

No solo no se sembró el petróleo sino que devastó lo poco que se había sembrado.
El chavismo y su socialismo del siglo XXI nos han retrotraído más allá de la mitad del siglo XX. Quieren volver a empezar, pero ahora estamos en grave crisis, virtualmente sin renta ni libertades. Una receta para el desastre.

Pero no todo está perdido. La reciente experiencia de países similares como los de la Alianza Pacífico es un ejemplo a seguir. Habrá que amarrarse los pantalones y ponerle pecho al asunto. Quizás podamos propulsarnos de los obscuros confines del siglo XX al XXI.  Pero para ello debemos salir de Maduro y su modelo fracasado.


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