Venezuela: una victoria ciudadana
por: DIEGO ARRIA
Más de 200% de inflación, la más alta del mundo; 25.000 muertes violentas
al año; escasez crítica de medicinas y alimentos; inexistencia de Estado de
Derecho; presos políticos y persecución de disidentes; control casi absoluto de
la economía y de los medios; vinculación al narcotráfico, han sido sin duda los
factores que permitieron darle una soberana felpa a un régimen militarizado y
corrupto en el proceso electoral del domingo 6 de diciembre para elegir a los
miembros de la Asamblea Nacional.
La oposición ganó dos tercios al obtener 112 diputados (quedan aún 5 en
discusión) de un total de 167. En realidad, si el régimen no hubiese trampeado
el proceso para arbitrariamente darle más diputados en regiones donde era más
fuerte, la victoria habría sido aún superior.
¿Que significa esta victoria para los venezolanos? Primero, no era una
elección cualquiera. Segundo, estaríamos a las puertas de tener la oportunidad
de refundar una república independiente y democrática. Y tercero, rescatar los
poderes públicos desalojando del poder a los funcionarios venales y
prevaricadores, que vienen jugando un rol infame y determinante, conspirando
con el Ejecutivo para acabar con nuestros derechos y libertades, y que además
son los causantes de la ruina de Venezuela. Me refiero principalmente a los
miembros del Tribunal Supremo de Justicia; al Consejo Electoral Nacional, que
funciona como un ministerio de elecciones del régimen; de la Fiscal General,
que realmente es la Verdugo judicial; del Defensor del Pueblo y del Contralor
General. De hecho, sin un rescate de los poderes publicos para que ejerzan
independientemente sus funciones, no sería posible rescatar la libertad y los
derechos en el país.
La nueva Asamblea debe
revisar los convenios que han vendido a Venezuela a imperialismos groseros
Una asamblea independiente puede proceder a una revisión a fondo de todos
los convenios internacionales suscritos por un régimen entreguista, que ha
vendido y repartido a Venezuela a unos imperialismos groseros. Y muy en
especial, reincorporar a nuestro país al sistema de protección interamericano
de los derechos humanos, del cual por decisión de Chávez dejamos de formar
parte.
Por otra parte, un proceso donde participó el 75% del electorado es sin
duda un caso excepcional en cualquier pais del mundo, convirtiéndose en un
verdadero plebiscito, al obtener la unidad democrática una votación que supera
en casi dos millones de votos a la del régimen y que le permitiría contar con
una mayoría suficiente para introducir reformas indispensables.
Ganar en elecciones a un régimen dictatorial, militarizado corrupto y
entregado a Cuba no ha sido fácil. Han sido -como diría la Reina de Inglaterra-
"17 años horribilis" para los
venezolanos. A un régimen que controla absolutamente todos los poderes
publicos, incluyendo el electoral, y que gracias a los altos precios del
petróleo contó con el apoyo, acomodo y complicidad de casi todos los gobiernos
de América Latina y de algunos europeos que vieron a nuestro país como una fuente
de provechosos negocios. Hoy, con barril de petróleo a 34 dólares, el régimen
ha perdido muchas de estas solidaridades montadas sobre los negocios.
Los únicos derrotados en
estas elecciones son los que secuestaron el país para su beneficio personal
Venezuela, mi país, ha amanecido de fiesta. Su primera celebración política
y de Navidades en todos estos años. Es, después de todo, un triunfo ciudadano
que ha permitido a los candidatos de los partidos políticos imponerse con
contundencia. Los únicos derrotados en estas elecciones son los que
secuestraron el país para su beneficio personal, y nunca un pueblo que ha sido
engañado, humillado, traicionado una y otra vez, durante estos últimos años.
Esa realidad nos obliga a todos a la promoción de un proceso de
reunificación nacional sin el cual no podríamos tener la paz y la prosperidad
de una nación estable y confiable para todos. Objetivo indispensable pero que
no resulta fácil ante un régimen que ha perdido la Asamblea Nacional, pero que
antes de entregarla el 5 de enero de 2016 a sus nuevas autoridades es capaz de
adoptar medidas como seguir designando jueces y comprometiendo mas las
finanzas de la república. Y otras de distinto género que pueden llevarle
a imponer el estado comunal con una Asamblea Popular basado en la Ley Popular
Nacional impuesta por Hugo Chávez en diciembre de 2010.
No se puede olvidar que si la inspiración y motivación del pueblo que ayer
le dio la victoria al cambio era y es el rescate de la libertad, la del régimen
era la preservación del poder a cualquier costo, así que no puede esperarse que
simplemente acepten con tranquilidad el shock de un rechazo y condena recibido
del pueblo venezolano. Esto que asevero, es tan así que las primeras
palabras de Maduro fueron: "En Venezuela no ha triunfado la oposición sino
una contrarrevolución en puertas, y ya sabemos lo que es una contrarrevolución
enfrentada". Obviamente palabras peligrosas viniendo de quien vienen, que
ni aun desempeñándose como presidente de la república no logra controlar su
formación y vocación pandillera.
El optimismo tiene que
convivir con un régimen que aún no ha desaparecido y que hoy es más peligroso
El optimismo que hoy embarga a los venezolanos tendrá que adecuarse a la
realidad de que el régimen no ha desaparecido, que hoy es aún más peligroso,
pues la AN ha sido el instrumento para acabar con las libertades y el Estado de
Derecho. No tengo dudas de que esta victoria es apenas el paso inicial en un
proceso muy difícil, pues así como a nosotros nos animó rescatar la libertad, a
ellos los motiva preservar el poder... y, para muchos, librarse de la cárcel.
Seguro que Maduro se trasladará en los próximos dias a La Habana a dar
cuentas de cómo enterró el funesto legado de Chávez. Lo viene haciendo con toda
regularidad; después de todo, son sus tutores y contralores.
*** Diego Arria, economista, escritor y
diplomático, fue ministro de Venezuela y presidente del Consejo de Seguridad de
la ONU.
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