LA OPORTUNIDAD DE OBAMA EN AMÉRICA LATINA
ANDRÉS
OPPENHEIMER | diciembre 14, 2015
Argentina, Venezuela y Brasil están cambiando el mapa político regional. Obama cometió un error al enviar
una delegación de bajo nivel a la Argentina.
El presidente Obama nunca ha
estado muy interesado en América Latina, pero los nuevos vientos políticos que
soplan en Argentina, Venezuela y los últimos acontecimientos en Brasil le
ofrecen una gran oportunidad para mejorar las relaciones de Estados Unidos con
la región.
La inauguración del presidente
argentino Mauricio Macri la semana pasada después de 12 años de gobiernos
populistas antiestadounidenses, junto a la aplastante victoria de la oposición
en las elecciones legislativas venezolanas del 6 de diciembre, han cambiado el
mapa político de Sudamérica. De pronto, la “Revolución Bolivariana” de
Venezuela está a la defensiva, después de más de una década de dominar la
agenda política regional.
Y Brasil, que hasta ahora había
sido un aliado incondicional de Venezuela, está cambiando poco a poco su
política exterior bolivariana.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff,
se enfrenta a un juicio político en el Congreso, y necesita desesperadamente
los votos de legisladores que critican la represión a la oposición del
presidente venezolano Nicolás Maduro. Lo último que quiere Rousseff es
antagonizar aún más a los congresistas de cuyos votos depende la terminacion de
su mandato.
En este contexto, Obama debería
hacer un viaje a América Latina en la primera mitad de 2016, para ofrecer el
apoyo de Estados Unidos a Macri y varios otros presidentes, y de paso tratar de
contrarrestar la creciente influencia de China en la región.
Obama podría iniciar su viaje en
México, donde podría enviar un poderoso mensaje al mundo de que los inmigrantes
mexicanos han hecho un gran aporte a Estados Unidos.
El Presidente podría usar ese viaje
para llamar la atención sobre el hecho poco conocido de que China ha superado a
México como la principal fuente de inmigrantes a Estados Unidos, y que más
inmigrantes mexicanos están regresando a su país de origen que los que cruzan
la frontera hacia Estados Unidos. Y de paso, Obama estaría ayudando a su propio
Partido Demócrata a desacreditar el discurso xenófobo de Donald Trump, si es
que Trump todavía está en la contienda presidencial.
En México, Obama también podría
buscar formas de maximizar la integración de la Alianza del Pacífico –el bloque
comercial compuesto por México, Colombia, Perú y Chile– y el recientemente
firmado Acuerdo de Asociacion Transpacífico (TPP) que crea una zona de libre
comercio de 12 países asiáticos y americanos. Obama podría explorar maneras de
incorporar a Colombia, que ha quedado fuera del TPP, al acuerdo
asiático-americano.
El viaje de Obama a la Argentina
sería una fuerte señal de apoyo a Macri, que ha heredado un país quebrado y
necesita urgentemente restablecer la confianza internacional para conseguir
inversiones.
También sería una manera para que
Obama corrigiera su error de la semana pasada, cuando envió una delegación de
bajo nivel encabezada por el Secretario de Transportes de EEUU a la
inauguración de Macri. El enviado estadounidense pasó totalmente inadvertido
entre los ocho presidentes y varios vicepresidentes que asistieron a la
asunción de Macri.
OBAMA COMETERÍA UN GRAN ERROR SI
FUERA A CUBA SIN VISITAR A ARGENTINA, QUE ES UN PAÍS MUCHO MÁS GRANDE, CON UN
PRESIDENTE ELEGIDO DEMOCRÁTICAMENTE, Y QUE SE HA COMPROMETIDO A DEJAR ATRÁS LAS
BATALLAS IDEOLÓGICAS ESTÉRILES PARA CONCENTRARSE EN LA PROSPERIDAD DE SU PAIS.
Obama también podría parar en
Uruguay, donde el presidente Tabaré Vásquez es un colega más serio y potencialmente
amigable que su antecesor José Mujica. Y podría hacer una parada en el Caribe
de habla inglesa, para ofrecer ayuda a los países que están sufriendo recortes
en los subsidios petroleros de Venezuela.
Según funcionarios de Estados
Unidos, Obama quiere visitar Cuba el año próximo, probablemente para reforzar
su legado como el presidente que restableció relaciones diplomáticas con la
isla después de seis décadas de confrontación. Cuando les pregunté si Obama irá
a la Argentina, funcionarios estadounidenses me dijeron que no hay planes
concretos para ese viaje, aunque hay una probabilidad de un 50 por ciento de
que se haga.
Mi opinión: Obama cometería un
gran error si fuera a Cuba sin visitar a Argentina, que es un país mucho más
grande, con un presidente elegido democráticamente, y que se ha comprometido a
dejar atrás las batallas ideológicas estériles para concentrarse en la
prosperidad de su pais.
Esperemos que Obama no eche a
perder la oportunidad, como lo hizo la semana pasada al enviar una delegación a
la inauguración de Macri que no salió en la foto, y haga ese viaje para
impulsar una mayor atención de Estados Unidos a la región.
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