8 de enero de 2016

A la historia voy por: Jorge Ramos Guerra*, pararescatarelporvenir.blogspot.com 8 de enero de 2016



A la historia voy

por: Jorge Ramos Guerra*


Con la muerte del presidente Francisco Linares Alcántara, se convocó a una Asamblea Constituyente el año  1878 y entre cuyas primeras actividades estuvo, decretar el derrumbe de las estatuas al general Antonio Guzmán Blanco y la de su padre, Antonio Leocadio Guzmán. Del primero existieron dos, una frente al Capitolio, como se llamó a la sede donde funcionaba el antiguo Congreso de la República y hoy la Asamblea Nacional y del segundo una, en la plaza de San Jacinto. Para el tiempo, el periódico” Prensa libre” informó: ……”. La Asamblea Nacional Constituyente abrogó todos los privilegios, títulos y honores concedidos al dictador, ya que  “se oponen abiertamente al espíritu democrático y liberal de las instituciones patrias”, así como: “… (10 de julio de 1878)

 Después sería restituida y vueltas a tumbar por los estudiantes. 138 años después, el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Henry Ramos Allup, ordena  retirar de esa sede, fotos y afiche del  presidente Hugo Chávez Frías, a quien sus diputados rinden un culto cuasi religioso, a pesar que el difunto había emitido en vida, un decreto que prohíbe el uso de su imagen y publicado en gaceta Oficial N° 39.551 en …”generalidades de obras de infraestructura, construcciones, edificaciones, establecimientos, recintos, instituciones educativas y medico asistenciales de cualquier nivel, vías de comunicación, lugares públicos y cualquier tipo de inmueble de la administración pública…” 

Aquel decreto de Chávez, fue motivado, por el fracaso y corrupciones de sus gobernadores y alcaldes que se mostraban abrazados a él.
De manera que, el presidente de la Asamblea Nacional, no ha hecho otra cosa, no solo, que cumplir con un decreto vigente, sino con esa estúpida manera de honrar a los hombres. El parlamento, es una tribuna pública que representa la soberanía política de la nación, por lo tanto, no admite cultos a personalidades de ningún tipo.

En ese sentido, bien pudiera servir esta experiencia, para prohibir esa promoción personalista de gobernantes,  con dineros públicos y a la…”Historia voy” 


* Abogado, profesor universitario, ex-parlamentario

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