MARRUECOS: AIRES DE CONFLICTO.
Marruecos ha adquirido un submarino ruso de última generación que destinará a misiones de control en el Estrecho y la franja marítima entre el Sáhara y Canarias, según esta información servida por Meridian. La ruptura de Rabat con la Misión de Naciones Unidas para el antiguo Sáhara español se materializó este domingo con la expulsión de El Aiun de cerca de un centenar de diplomáticos de la ONU, una medida que aleja aún más, si cabe, la posibilidad de que Marruecos llegue a cumplir alguna vez con el referéndum de autodeterminación acordado en 1991 y cuya promesa sostiene el alto el fuego del Frente Polisario, aún vigente. El detonante de la expulsión han sido la reciente visita de Ban Ki-moon al campo de refugiados de Tinduf, en Argelia, y el sesgo pro-saharaui de sus últimos comentarios en público sobre el conflicto.
El portavoz del secretario general de la ONU Ban Ki-moon ha alertado este lunes de que la expulsión de los funcionarios de la Minurso puede poner en peligro el alto el fuego y reactivar la guerra en el antiguo Sáhara español, a apenas 60 kilómetros de Canarias. La alerta en la zona es máxima y el Frente Polisario ya contempla un regreso al conflicto armado, según su portavoz en España. Las primeras protestas de la población saharaui en El Aaiun por la salida de los 82 diplomáticos de la ONU fueron sofocadas este domingo violentamente por la Policía marroquí, que ahora, sin la presencia de testigos internacionales, tendrá las manos libres para reprimir el activismo saharaui en la antigua colonia española.
Hay otro factor explica el acercamiento de Marruecos a Rusia, representado en la reunión de Mohamed VI y Vladimir Putin en el Kremlin, hace unos días. Se trata de la cancelación del acuerdo comercial de la Unión Europea y Marruecos, como consecuencia de una sentencia del Tribunal de Luxemburgo que declara ilegales las importaciones de productos del antiguo Sáhara español. Marruecos busca en Rusia un nuevo socio militar y comercial, y a cambio, Rusia gana influencia en un país tradicionalmente bajo tutela de los Estados Unidos, un enclave entre el Mediterráneo y el Atlántico que es una pieza decisiva en la contención del yihadismo y los flujos de inmigración hacia Europa.
Todos los movimientos de Marruecos conviene interpretarlos bajo la perspectiva de sus dos intereses existenciales: por un lado, el Sáhara; por otro, la estabilidad de la Monarquía frente a las tensiones internas, por la presión del islam radical, y externas, por la enemistad con Argelia, en cuyo territorio se refugia la población saharahui que espera el momento de retornar a un país independiente.
El rearme de Marruecos, la nueva influencia de Rusia y la reactivación del conflicto en el Sahara son cambios sobre los que España, que sigue siendo formalmente la potencia administradora de la antigua colonia, debería tener un criterio. Marruecos y el Magreb son vitales para el interés español. Un Gobierno en funciones, una clase política ensimismada en el interminable serial electoralista, y una política exterior condicionada por un Parlamento intratable por su fragmentación no parecen las mejores credenciales para mediar en el Sahara y evitar una guerra a las puertas de casa.– V. Gago
[Con información de Meridian, ElDiario.es, El Mundo, LaInformacion.com, RTVE, Cadena SEr]
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