La semana pasada el Expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva fue detenido e interrogado por la policía brasileña por su supuesta participación en una enorme trama de corrupción. Este miércoles, la fiscalía lo acusó por lavado de dinero.
La redada en la residencia de Da Silva ha sido uno de los grandes sucesos de la crisis política y económica que azota a Brasil. Aquí unos datos para entender de qué se trata.
¿Qué está pasando en Brasil?
La economía en recesión y el descontento popular por la corrupción en Petrobras, la compañía estatal de petróleo, han afectado a todos los niveles del gobierno en Brasil.
La incertidumbre política ha aumentado, además, porque la Presidenta Dilma Rousseff enfrenta un proceso de destitución parlamentaria por el uso de fondos públicos para cubrir vacíos en el presupuesto.
¿Qué causó la actual crisis económica?
La economía del país lucha contra la desaceleración provocada por la caída de los precios del petróleo. La contracción de 3,8 por ciento del PIB en 2015 es la peor en 25 años. El desempleo va en aumento y una crisis en el sistema de pensiones ha causado estragos en las finanzas públicas. Las conquistas sociales surgidas tras el auge económico se han erosionado.
Las autoridades tratan de flexibilizar las políticas de manera gradual mientras una gigantesca red de bancos estatales y empresas públicas de energía promueven el crecimiento. Bajo los efectos de una profunda recesión, Brasil es actualmente uno de los países con peor desempeño económico en la región.
¿De qué se trata la red de corrupción que investigan las autoridades?
Los agentes de la policía han dicho que encontraron pruebas sobre la participación de políticos y ejecutivos en un esquema en el que se desviaron fondos de Petrobras, la compañía estatal de petróleo, para beneficiar a ciertos contratistas.
Lula da Silva fue presidente entre 2003 y 2010 pero aún es un poderoso líder político. Aunque no ha sido arrestado o acusado tras su interrogatorio, los fiscales investigan si dos importantes constructoras –OAS y Odebrecht– recibieron contratos del gobierno a cambio de la remodelación de propiedades de Da Silva y su familia.
Leo Pinheiro, exdirector general de OAS, fue condenado por su conexión a un caso de sobornos de Petrobras. El juez Sergio Moro, quien lidera las investigaciones del caso Petrobras, sentenció a Marcelo Odebrecht, magnate de la construcción y la infraestructura, a pasar 19 años y cuatro meses en prisión por cargos de corrupción, lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado.
El escándalo también ha salpicado a João Santana –un asesor de las campañas de Lula y Rousseff– y a su esposa, quienes fueron acusados por los fiscales federales de recibir pagos de alrededor de 7,5 millones de dólares en cuentas en el extranjero por parte de personas que participaron en la gran trama de corrupción.
Eduardo Cunha, líder conservador del Congreso de Brasil, también enfrenta un juicio en el Tribunal Supremo pues está acusado de recibir millones de dólares en sobornos del esquema de Petrobras.
André Esteves, un banquero multimillonario, y Delcídio do Amaral, senador del Partido de los Trabajadores y un importante aliado de Rousseff, también están siendo investigados.
¿Qué sigue en la investigación del caso Petrobras?
El futuro político de Rousseff está en entredicho tras meses de agitación por la investigación de Petrobras. Su popularidad ha disminuido drásticamente desde la última elección.
Además de la posibilidad de enfrentar un juicio político y tener que hacerle frente a la crisis económica, la mandataria tiene otro frente abierto: Do Amaral informó que negoció un acuerdo con la fiscalía en el que aceptaría que la presidenta maniobró para designar a un juez en un alto tribunal de Brasil en un intento por liberar a los ejecutivos encarcelados en el escándalo de Petrobras.
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