Masacre en Pakistán: Le lavaron el cerebro a una generación para que odie a no musulmanes
Paul Bhatti es hermano de Shahbaz Bhatti, católico, pakistaní, ministro de minorías y mártir, asesinado hace cinco años por oponerse a la ley de blasfemia con la que suelen perseguir a los cristianos en Pakistán. En una reciente entrevista explica que el atentado en Lahore perpetrado por terroristas islámicos tiene su origen en que toda una generación ha sido educada para odiar y matar a los no musulmanes.
En diálogo con el diario italiano Il Sussidiario, Paul Bhatti afirma que la situación de violencia anticristiana que se vive en Pakistán se origina “del hecho que una generación entera ha sido educada para estar lista a vivir, morir y matar en nombre de una ideología impuesta. Todo esto es el resultado de las escuelas coránicas, donde a los niños desde los cuatro o cinco años les lavan el cerebro”.
Lo que ha sucedido en Lahore en el Domingo de Resurrección, donde murieron más de 70 personas y unas 300 resultaron heridas, “es la consecuencia de esta educación. En muchas escuelas se enseña el odio hacia los no musulmanes”.
Para Bhatti, lasmanifestaciones de miles de radicales musulmanes que salieron a defender Mumtaz Qadri, el asesino del gobernador del Punjab, Salman Taseer –uno de los pocos que defendió públicamente a Asia Bibi en 2011– nacen “de una manipulación cerebral, al punto que estas personas están convencidas que al salir a la plaza pública en favor de un asesino en realidad están defendiendo su fe”.
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Bhatti explica además que los grupos terroristas musulmanes como Al Qaeda, el Estado Islámico (ISIS) o Boko Haram (que el pasado 30 de enero quemó a niños cristianos en Nigeria), son “rostros distintos de la misma mentalidad. Muchos de los militantes de ISIS, por ejemplo, provienen de Al Qaeda”.
El problema, prosigue, “no es solo la ideología, sino lo que hacen en las escuelas coránicas los grupos extremistas que son financiados por determinados estados que claramente así los mantienen vivos”.
“Detrás del atentado contra los cristianos en Pakistán o contra el Parlamento en Afganistán no hay cuatro delincuentes, sino el dinero de armas y el apoyo de inteligencia provisto por determinados Estados”, denuncia Bhatti.
En su opinión, “el mundo entonces debe unirse para hacer frente a esta influencia. Después de los atentados de París y Bruselas, hemos descubierto que hay terroristas infiltrados en todos los países occidentales”.
“Además todos pueden ver que la ideología extremista no se limita solo a Medio Oriente, sino que compromete a todo Occidente”, concluye.
ROMA, 29 Mar. 16 / 02:31 pm (ACI)
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