El síndrome yo no fui por José Domingo Blanco
Escuché la propaganda del gobierno. Una de las nuevas: esa en la que le echan la culpa de la pelazón que tenemos a los gringos, porque tuvieron el atrevimiento de encontrar formas de autoabastecerse, para no depender más de nuestro petróleo y, además, –supongo- tener la menor cantidad de negociaciones con el régimen que lo administra. La propaganda es una oda –por favor, agréguenle una jota adelante a la palabra anterior-; en la que, por supuesto, después de oírla, reflexionas: ¡¿habrá alguien tan iluso en nuestro país como para tragarse semejante cuento?! Porque es tremendo cuento de ciencia ficción el que se lanzaron con la campañita, de la que me permito ofrecérseles mi “traducción” del chavismo al español:
“El barril de petróleo se lo vendíamos a los gringos a ciento veintipicotes dólares. Esa es la verdadera moneda fuerte que tanto nos gusta. Los chavistas, estábamos buchones. Las arcas a reventar. Nosotros nos cogíamos esos reales como si fueran nuestros y no de toda la nación. Los despilfarramos, los regalamos, no metimos nada en el fondo de reserva –sino en nuestros “fondos de reservas” personales. Y mientras estábamos gozando con esa bonanza, dándonos vida de multimillonarios, los gringos se metieron de cabeza en sus laboratorios, tratando de inventar maneras de autobastecerse. Lo lograron, con un método, poco ecológico, por cierto, y nuestro barril de petróleo bajó. Ya no tenemos esos reales. Y los que nos cogimos, ni locos pensamos devolverlos. ¡Tan malucos esos gringos que ya no nos compran petróleo! Peor, aún, ahora nosotros le compramos a ellos”. Fin de mi traducción…
Me cuesta creer que, todavía, a estas alturas y en estas condiciones, haya venezolanos que piensen que la culpa es de Obama. Porque, tengo entendido que incluso, los gringos eran los mejores clientes de Venezuela. Pero, no se la calaron más. Buscaron opciones. Y dejaron de comprar. Y el precio del barril descendió. No, la culpa no es de Obama: es de Nicolás y sus secuaces -y antes, de Chávez- que no ahorraron y saquearon al país, como si la gallina de los huevos de oro fuera inmortal. ¿Qué hizo Noruega, el tercer país exportador de petróleo del mundo, cuando las vacas estaban gordas? ¡AHORRÓ! Y mucho. Tanto ahorró que hoy, cuando las vaquitas están raquíticas, tienen millones y millones y millones de dólares guardaditos, para seguir garantizándoles a los noruegos la calidad de vida a la que están acostumbrados. ¡Para eso son las épocas de bonanza! Para resguardar al país y a sus ciudadanos, si tu economía depende del petróleo y hay una caída en los precios. Y aunque no hablo ni leo noruego, dudo que esos señores tan serios, estén echándole la culpa en estos momentos a Obama.
Esta es una práctica habitual del régimen. Sufren del síndrome del “Yo No Fui”. Para todas sus metidas de pata, la culpa la tienen otros. Las evidencias sobran. ¿Por qué nos están racionando el agua? Según el régimen, por El Niño. ¿Cuál es la razón verdadera? ¡Que en los 17 años que llevan destruyendo al país, no construyeron ni un solo embalse adicional a los que había en la Cuarta y, por ende, en estos momentos en los que El Niño anda haciendo travesuras por el planeta, no tenemos ni botellones de agua de reserva para vaciarlos en La Mariposa! ¿Por qué? Porque los chavistas que tuvieron la responsabilidad de prever y construir y planificar -para cuando vinieran estos momentos de sequía provocados por fenómenos naturales- ¡se cogieron los reales!
¿Otra? Los apagones y racionamientos eléctricos. Según el gobierno ¿de quién es la culpa? De las iguanas. Pero, la verdadera causa de la oscurana es que no se construyeron nuevas plantas de generación, hubo falta de mantenimiento a las líneas de transmisión y distribución, los transformadores están obsoletos, no hay equipos para sustituir los viejos, y los reales que en algún momento esta Robolución destinó para esa materia… ¡se los cogieron!
¿Un ejemplo más? “La Guerra Económica”. Para Maduro y sus cómplices ¿quién es el culpable de la escasez? Aquí se han paseado por muchas opciones. Le han echado la culpa a Lorenzo Mendoza –uno de los que más produce. Han dicho que es el “gorgojo”, una plaga que ha nacido, crecido y florecido gracias a la Robolución. Han pretendido responsabilizar a los comerciantes acaparadores. Otros han ido más lejos, y han tenido el descaro de decir que no hay comida en los mercados porque ahora los venezolanos comemos más. Incluso Obama, Guyana y Colombia han salido a relucir como los causantes de la trifulca económica, las colas y la escasez… ¿Cuál es la verdad? Enumeren conmigo: las expropiaciones, el despilfarro, la corrupción, Pudreval …
… Mientras manejo, enciendo la radio. Es la hora del cuñero. Reconozco la voz del locutor y mi cara se retuerce con una mueca. El gobierno bolivariano se queja de los gringos malucos que tuvieron la osadía de autoabastecerse de petróleo… Pongo un CD, que saco sin ver de la guantera de mi carro. Es Pedro Infante quien arranca a cantar: “Si te vienen a contar cositas malas de mí. Manda a todos a volar, y diles que yo no fui…Yo te lo juro que yo no fui. Yo te aseguro que yo no fui. Son puros cuentos de por ahí. Tú me tienes que creer a mí. Yo te aseguro que yo no fui…” ¡Ahhhh, una buena canción que podría volverse el jingle de esta Robolución!
No hay comentarios:
Publicar un comentario