Anomia y anergia,
14/03/2016
por: AXEL
CAPRILES
El estallido de las furias que lleva a los
individuos a tomar la justicia por sus propias manos muestra el estado de
desamparo jurídico y la ausencia de instituciones capaces de dar garantías a
los ciudadanos.
Raras
palabras, ¿verdad? Con esos términos resumió y describió la situación del país
un amigo psiquiatra cuando le pregunté cómo veía la cosa. El aumento de los
linchamientos de delincuentes por los habitantes de las comunidades en las que
los malandros cometen el delito es una clara muestra de la anomia que vivimos y
experimentamos a diario los venezolanos.
Mucho de lo que llamamos civilización se
origina en la transformación de una justicia personal basada en la venganza en
una justicia a cargo de instituciones despersonalizadas. El estallido de las
furias que lleva a los individuos a tomar la justicia por sus propias manos
muestra el estado de desamparo jurídico y la ausencia de instituciones capaces
de dar garantías a los ciudadanos.
Pero más allá, la falta de normas como
propiedad de la estructura social y cultural no da cuenta del descalabro moral
que ha penetrado muy hondo en los habitantes de este feraz y una vez próspero
territorio. Por eso me remito al concepto ampliado y psicológico de anomia formulado
por MacIver, “el estado de ánimo del individuo cuyas raíces morales se han
roto, que ya no tiene normas, sino únicamente impulsos desconectados, que no
tiene ya ningún sentido de continuidad, de grupo, de obligación.
El individuo anómico se ha hecho espiritualmente
estéril, responsable sólo ante sí mismo, y ante nadie más”. Las mediciones de
anomia indican algunos renglones que nos preocupan sobremanera. La percepción
colectiva de que es muy poco lo que puede lograrse en una sociedad en caos, la
sensación de futilidad y el sentimiento de que los objetivos y metas por los
cuales vale la pena vivir la vida se alejan y desaparecen. Tan preocupante como
el descalabro del tejido social es la ausencia de recursos anímico para
oponernos a la destrucción institucional.
La anergia es un vocablo médico utilizado
para describir un estado del organismo cuando éste es incapaz de luchar contra
un agente infeccioso y no puede defenderse y reaccionar. Es un trastorno del
sistema inmunológico. Se refiere, específicamente, a una condición de los
linfocitos, un tipo de glóbulos blancos, por la cual estas células que nos
defienden de las enfermedades, a pesar de estar presentes, no funcionan, no
están activas.
Por alguna extraña disposición, faltan los
factores de activación del sistema autoinmune lo cual permite el avance de las
infecciones y las células tumorales. A un paciente anérgico no le da ni fiebre,
una reacción defensiva esencial ante las infecciones.
Creo que debemos utilizar
el concepto médico de manera casi literal, no metafórico.
La sociedad venezolana se haya en un
estado de anergia. La revolución bolivariana es el agente infeccioso. La
pasividad con que hemos aceptado la criminalidad, que ya ni aparece entre las
principales preocupaciones en las encuestas, la manera como nos hemos acomodado
a las colas, son todos indicadores de una muy peligrosa pérdida de nuestra
capacidad de reaccionar.
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