Venezuela, la de las colas y los planes
MARZO 18, 2016
Pero la realidad en el interior del país es aún peor: hombres y mujeres con
paraguas, con niños cargados, sin desayuno -pero haciendo fila interminable de
necesidades y esperanzas- antes que salgan los primeros rayos del sol…
Y es allí cuando cabe la pregunta: ¿en qué momento de la historia de
Venezuela todo se convirtió en un caos? ¿Acaso quienes se encuentran en el
gobierno de turno recordarán la imagen del trozo de carne que los venezolanos
comerían con la llegada la revolución? Amén de las promesas de no convertir al
país en una copia de Cuba.
Seguramente esta no es la Venezuela que muchos venezolanos soñaban para su
futuro y el de sus próximas generaciones. Se hace difícil en un país donde el
“No Hay” es irremediable: no hay leche, no hay pan, no hay carne, no hay
justicia, no hay tranquilidad, no hay seguridad y pare de contar.
Al venezolano de “a pie” ya no le quedan opciones para armar un plan de
sobrevivencia: solo le queda luchar por mantenerse con lo que tiene.
Pero en esta Venezuela de “desierto, selva, nieve y volcán”, lo que sobran
son ganas de luchar. Atrás quedan las dificultades que –poco a poco- son
transformadas en oportunidades para dar paso a los ciudadanos orgullosos de su
gente, de su tierra, de su país.
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