DESDE EL PUENTE
INVITACIÓN A REFLEXIONAR
por: Oswaldo Álvarez Paz
A pesar de que Venezuela se ha
convertido en un raro país, con aristas peligrosas condicionando la vida
ciudadana, invitamos a nuestros lectores a aprovechar el tiempo disponible de
la Semana Santa en la reflexión que cada uno debe hacer sobre su vida, la
suerte del entorno familiar y las perspectivas del presente y del futuro para
todos.
Sobre el país pensamos a diario. La
dureza de la vida es obligante. La lucha por la sobrevivencia ocupa buena parte
del tiempo útil. Todo está dicho y repetido hasta la saciedad. Los problemas
sobre diagnosticados sólo asoman la posibilidad de empeorar si todo sigue como
está. Es poco lo que podemos agregar.
Pero
este mensaje está destinado a fortalecer el sentido de responsabilidad
personal que cada uno tiene en esta crisis. Todo ciudadano está en la
obligación inaplazable de defender lo suyo, es decir, su vida, la salud, el
trabajo individual o colectivo y, por supuesto, aquí está incluida la defensa
de la familia como deber fundamental. Si cada quien defiende lo suyo, todos
juntos defenderemos mejor lo nuestro, la libertad, la democracia, la integridad
de la nación para sólo mencionar algunos aspectos.
La Semana Mayor ofrece la posibilidad
de dedicar buena parte del tiempo a esta tarea. Los voceros de la Conferencia
Episcopal Venezolana están dictando pautas a seguir. Sus consejos son de
extraordinaria utilidad para entender la magnitud de la responsabilidad que
tenemos en lo personal y familiar. La vida de Jesús, el sacrificio de su muerte
y una resurrección que marcó para siempre la certeza de que no morirá jamás. El
testimonio existencial de los Apóstoles, sin olvidar que entre ellos hubo un
Judas. Así como también los aportes existenciales de María y José nos dejan
lecciones que debemos asimilar y poner en práctica.
Se trata de hacer un balance de
nuestras obligaciones básicas para corregir lo necesario y reafirmar lo bien
hecho que tengamos en nuestro haber. En estos días, desde la entrada triunfante
de Jesús en Nazaret el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección,
encontraremos lo necesario para fortalecer la fe en un destino superior para
todos. La responsabilidad es básicamente personal. Nadie hará por uno lo que
cada quien está llamado a realizar por sí mismo.
Pensar en cambiar sin trabajar para
lograrlo es una necedad que pagamos todos. No hay tiempo que perder.
@osalpaz
Lunes, 21 de marzo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario