La Oposición ha convocado este sábado manifestaciones en Caracas y otras ciudades principales de Venezuela para pedir la renuncia del presidente Nicolás Maduro y unas elecciones presidenciales en este año. Las protestas son la primera estación de la llamada “hoja de ruta 2016” de la Mesa de Unidad Democrática –la plataforma que reúne a los principales partidos de la Oposición– para acelerar el fin del chavismo y la transición democrática. El presidente Maduro ha respondido en su línea caudillista: “De aquí no me saca nadie, caballero”, dijo en televisión, sobre el clamor que impulsa las movilizaciones de este sábado.
“Esto ya no se aguanta”, dice la MUD en el manifiesto de la hoja de ruta. La situación económica y social es desesperada. “Los venezolanos tienen miedo de estornudar y que sea el zika o el dengue, porque en los hospitales no hay medicinas”, resumió Jesús Torrealba, portavoz de la Mesa.
La masacre de 28 mineros de un yacimiento de oro en la localidad de Tumeremo, que el Gobierno ha tratado de ocultar desde los primeros rumores del pasado sábado, muestra una violencia desbocada y un Estado fallido, que hacen que Venezuela sea el país más peligroso del hemisferio americano, y uno de los más inseguros del mundo. La consultora Aon, especializada en gestión de riesgos, acaba de avisar a los inversores de que apostar por la deuda soberana de Venezuela ya es tan arriesgado como comprar bonos de Siria o Iraq. Las empresas extranjeras –entre ellas, españolas como Telefónica, BBVA, Mapfre o Repsol– tienen que reponer las pérdidas causadas por una errática política de devaluación del bolívar y la desesperada situación de los hogares.
La tensión es máxima, por el atrincheramiento del chavismo en un búnker al que le quedan tres pilares en pie: el Gobierno, un Tribunal Supremo dominado por magistrados militantes en el régimen y unos grupos paramilitares que sabotean y amedrentan, en una estrategia típica de un Estado totalitario que asume que sembrar el caos y la violencia es parte de su misión revolucionaria.
Washington acaba de renovar, durante otro año más, las sanciones económicas al país y la congelación de activos de altos funcionarios del régimen, reafirmando que Venezuela es “una grave amenaza para la seguridad nacional” de los Estados Unidos, por culpa de un régimen autoritario que viola derechos humanos, retiene a un centenar de presos políticos, practica la violencia contra su propio pueblo y saquea los recursos del país. Este jueves, Caracas respondió retirando a su agregado de Negocios de la Embajada venezolana en Washington, en un movimiento que se
El chavismo colapsó el pasado 6 de diciembre, con el triunfo de la opositora Mesa de Unidad Democrática en las elecciones legislativas.
Antes que aceptar su final y marcharse, el presidente Maduro ha preferido acentuar el perfil autoritario de su revolución bolivariana. Ha asumido poderes extraordinarios, con el pretexto de hacer frente a una situación financiera y económica desesperada que su propio régimen provocó tras diecisiete años de socialismo de inspiración cubana. Ha dividido el Estado en dos bloques de poderes –el Ejecutivo y el Judicial, por un lado; el Legislativo, por el otro–. Ha clausurado el Estado de Derecho, nombrando con toda la apariencia de ilegalidad a trece magistrados afines que le garantizan sentencias a la carta en el Tribunal Supremo. Maduro está llevando a Venezuela al borde de una confrontación civil.
La Oposición está insistiendo en las últimas horas, en un llamamiento a la población, para que las manifestaciones de este sábado sean pacíficas. No faltarán las provocaciones de los grupos paramilitares del chavismo, y Venezuela es estos momentos un bidón de gasolina al que solo le falta una chispa para explotar. España tiene demasiados lazos históricos, culturales y económicos con Venezuela, la patria de Andrés Bello y Francisco de Miranda, como para no hacer nuestro su sufrimiento. #VamosConTodo, Venezuela. – V. Gago
[Con información de El Nacional, BBC, El Mundo, Tal Cual, El País, El Comercio, El Runrún y Actuall; CNN, en inglés]
Pasa a la acción: La plataforma Democracia Venezuela ha activado una petición en CitizenGO.org, dirigida a la Organización de Estados Americanos, para que intervenga ante la situación de emergencia de Venezuela. En concreto, la petición propone a la OEA que invoque la aplicación del artículo 20 de la Carta Democrática que obliga a los Estados miembro a intervenir en caso de que alguno incumpla sus obligaciones democráticas y de respeto de los derechos humanos.
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