No podemos caer en una paz construida entre los hermanitos Santos con las Farc, con un “congreso” escogido a dedo, que significa sacar por la puerta de atrás al resto de parlamentarios, quienes seguramente no volverán a sus curules porque habrá nacido el “nuevo país”.
Y como acá quienes hablan claro son las Farc, basta escuchar a alias Marcos Calarcá para saber para dónde vamos y qué significa el proceso para este grupo narcoterrorista. Él dijo en NTN24 que no le temen a la CPI ni a la justicia internacional “porque el que nada debe, nada teme”. ¿Secuestrados por extorsión? “Es un tema a discutir”. También dijo que la “Jurisdicción Especial para la Paz” no es para juzgar a las Farc sino para “resolver las responsabilidades que tienen Raimundo y todo el mundo” y que ellos no tienen por qué reparar un beneficio que están recibiendo del Presidente. ¿Del Presidente? De todos los colombianos que ya estamos pagando impuestos de más del 75 %, sin contar el IVA.
Preguntado sobre nombres concretos de secuestrados que llevan hasta 17 años sin que sus familias sepan su suerte, contestó que hay casos que tendrán que resolverse pero que hay mucha mentira en toda el agua sucia que a ellos les tiran.
Y se refirió a la importancia de Enriquito Santos en La Habana para acelerar la búsqueda de la paz con patios especiales, especie de universidades, para los guerrilleros rasos que deban pagar cárcel, para definir las regiones específicas en que estarán. Creo que se refería a las Zonas de Reserva Campesina, estratégicamente distribuidas por toda Colombia, “caguancitos” las hemos llamado muchos, en donde ellos serán la autoridad y “dejarán” las armas. Recuerden que en artículo anterior hablé de su plan de “La República Independiente de Caquetania” que abarca prácticamente todo lo que antes eran los Territorios Nacionales y llega hasta las orejas de Bogotá.
Se refirió a un “cónclave” con Enriquito del que no saldrán hasta que tengan todos los puntos resueltos. Eso significaría que el hermano mayor de Juan Manuel o sigue en Cuba o va y viene. ¿Y de los negociadores oficiales qué? Convidados de piedra, deberían renunciar.
¿Y por qué es crítico el momento? Pues porque, como lo dije hace ocho días, el mundo dio un giro de 180 grados y Colombia también. Entonces no será fácil que Europa apoye con euros el proceso habanero cuando está luchando contra el terrorismo del Estado Islámico, EI, que quiere apoderarse del Viejo Continente y establecer un califato. Además, lo recuerdo, la agencia de la ONU que monitorea los narcocultivos dijo que Colombia ocupa otra vez el primer lugar no sólo en plantas sino en laboratorios de cocaína. Y así es. Y las Farc dicen con desparpajo que amarran minas antipersonal de las matas de coca para que les exploten a los erradicadores. ¿Creen ustedes que la DEA no actuará? Lo hará, porque nuestro país inunda otra vez con alucinógenos las calles norteamericanas. Y a esto agréguele la droga que sale por Venezuela para muchos destinos.
En resumen: el proceso habanero tambalea porque el mundo cambió. Ya estamos en la Tercera Guerra Mundial. Por eso, la presencia de Enriquito en Cuba y el afán de firmar pronto. Pero no será fácil. Creo que quizá no se pueda firmar nada y que el proceso se acabará. Hay quienes dicen que esto sucederá en febrero. Queremos la paz, pero no la de los hermanitos Santos. Seguiremos sembrando semillas para llegar a ella, pero en un marco de dignidad y ajustado a la Constitución Política de Colombia, un Estado Social de Derecho. No queremos un narcoestado.
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