ALFREDO CORONIL HARTMANN
Itaca 4 de diciembre de 2015.
ELÍAS PINO ITURRIETA:"FRANCO QUIJANO"
ME LLAMO LA ATENCION que Simón Alberto Consalvi, con tantas lecturas pendientes como tiene, estuviera ensimismado en la revisión de Los collares de Ofelia, un poemario escrito en sus años mozos por Juan Francisco Franco Quijano. Supuse que lo conminaba la nostalgia de Santa Cruz de Mora, en cuyos rincones conoció el bardo a la inspiradora de sus estrofas, pero ahora pienso que motivos menos lugareños provocaron la atención del lector.
Franco Quijano no importa a la memoria nacional como poeta, sino como alcahuete y realizador de una manipulación electoral que marcó en su momento la vida del país. Luego de trabajar en Colombia al servicio del Partido Conservador que celebraba la ascensión de López Pumarejo a la Presidencia de la República, se convirtió en el fichaje de lujo que hacía López Contreras para reforzar el juego que necesitaba ganar en Venezuela.
Fue de veras una importación estelar, pues organizó las Cívicas Bolivarianas y se ocupó de que arrasaran en las elecciones municipales de 1938. El triunfo obedeció a los artilugios del asesor: en nombre del Libertador puso a votar a los muertos, distribuyó dinero entre los vivos, ordenó la confección de una tinta que se podía manipular, seleccionó a los escrutadores para que contaran los sufragios según el interés del gobierno, fraguó las estadísticas de acuerdo con el antojo del patrón e instruyó personalmente a los gobernadores para que nada fallara en el trapiche de sus componendas.
Fue tan exitoso en su faena, que Medina Angarita lo contrató después como consejero del PDV.
Pero no fue un tramposo corriente. Mantenía una columna en la prensa de Maracaibo, escribió un libro sobre filosofía tomista y un volumen sobre la melancolía medieval. Cuando hablaba no decía, por ejemplo, estábanos y veníanos, sino vocablos de atildada dicción. Acaso sea esa desaparecida amalgama de vagabundería electoral y cultura literaria, la causa de la nostalgia del amigo que ahora relee unos olvidados sonetos.
La historia es un eterno retorno...
ResponderEliminarFue muy, pero MUY ilustrado y astuto. Amigo de Rafael Simón Urbina, de algún modo estuvo complicado en la muerte (accidental pues iba a ser un secuestro) de Delgado Chalbaud. Debería ahondarse en su vida. Las Cívicas Bolivarianas se valieron de sus métodos x tratarse de EVITAR q los comunistas y exaltados siguieran entorpeciendo la transición de Gómez a la democracia (hecha a través de la institucionalización y obra del gbrno. del Gral. López Contreras, lo cual sebería estudiarse a través de 1) el Programa de Febrero (21/2/36) y del libro biográfico de Simón Alberto Consalvi sobre Augusto Mijares, y también estudiando las memorias de los ministros de ese gobierno), como Manuel Egaña.
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