Carolina Herrera recuerda a «quienes luchan por una Venezuela libre»
Premiada durante una fiesta en el Teatro Real, brindó por sus paisanos venezolanos
Es el sumun de la elegancia y tiene gracia comprobar cómo se pasó por el forro de su impecable vestido de alta costura esos códigos del buen comportamiento donde los más cursis suelen repetir que, durante una fiesta, nunca hay que sacar sobre la mesa asuntos de política o de religión por aquello de que puedan crear situaciones incómodas entre los comensales. La diseñadora venezolana, Carolina Herrera, demostró que las reglas muchas veces están para saltárselas. Así, pues, Herrera sorprendió, y mucho, a los invitados de la ceremonia de los premios «Telva de Moda» al recibir su galardón y proclamar, desde el escenario del Teatro Real, que dedicaba su premio «a mis compatriotas que luchan por una Venezuela libre». Ver a la gran Carolina con su estatuilla en alto y pronunciando esas palabras fue casi tan impresionante como las escenas de la ópera «Rigoletto» de Verdi, que se interpretaron en versión reducida y que amansaron a todos los asistentes que desfilaron por la alfombra roja del Real.
Carolina se llevó su gran ovación. Otras venezolana populares e invitados al acto, como son Astrid Klisans, esposa del cantante Carlos Baute, o la mujer del torero Manuel Díaz «El Cordobés», Virginia Troconis, aplaudieron a rabiar esa frase de esperanza y preocupación que pronunció la diseñadora ante lo que pueda venir en los próximos días, una vez que se celebren las elecciones presidenciales en su país natal. Ellos mejor que nadie conocen de primer mano la situación en el país latinoamericano, pues sus familias les cuentan a diario lo que tienen que luchar por conseguir un litro de leche, unos pañales o cualquier otro producto de primera necesidad. Por ello, explican, les duele, les preocupa y se lamentan de que en España algunos escuchen loscantos de sirena de políticos cercanos al régimen venezolano.
Nacida en Caracas, en enero de 1939 y en el seno de una familia acomodada, hace tiempo que Carolina Herrera no pisa su país de origen. Reparte su vida entre Nueva York, donde fijó su residencia en 1981, y Madrid, ciudad en la que reside su hija Carolina Herrera Jr. junto a su marido, Miguel Báez «El Litri», y sus nietos. Todos ellos estuvieron en la cena de gala en la que también se premió la labor de la diseñadora francesa Isabel Marant, la mejor exponente del estilo «boho», así como al español Juan Vidal.
En cuanto a los invitados, la lista de caras conocidas fue de las que rellenan páginas del couché. Destacaron, como siempre, Eugenia Silvia y una delgadísima Nieves Álvarez. Nada que ver con las sensuales curvas deVicky Martín Berrocal, que acudió en compañía del cantante Arcángel, sin duda uno de los grandes del flamenco. Aunque está feliz con su mujer e hijos en su casa de Huelva, Arcángel quiere llevar su arte a todos los rincones y de ahí que viaje cada dos por tres a Madrid donde puede hacer toda la promoción que necesita.
Junto al grupo se encontraba uno de los hombres más elegantes de España según la encuesta que publicó el diaro ABC el pasado sábado, Alejandro Bataller, junto a su mujer y sus padres Graciela y Alfredo Bataller, propietarios del Sha Wellness Clinic. También estuvo Ana Rodríguez, exmujer de José Bono, quien, a propósito de su relación con el empresario mexicano Ernesto Manrique, comentó que «a mi edad y con todas las responsabilidades que tengo, llevo muy bien que pase temporadas en México». Nada como que corra el aire entre las parejas para echarse de menos.
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