"LAS
CARTAS ESTÁN ECHADAS"
por: Carlos
Canache Mata
A menos de un mes de las
elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, las encuestas lucen terminantes.
Los medios de comunicación han publicitado las mediciones de las intenciones de
voto de los electores realizadas por cinco firmas que, al promediarse, dan una
ventaja de 30 puntos a la oposición. A nadie sorprendió que Datanálisis, Consultores 21, Venebarómetro y More Consulting informaran el resultado que
se siente flotar en todo el espacio geográfico del país: la derrota holgada del
oficialismo está cantada. Lo que sí sorprendió es que Hinterlaces, cuya
relación con el gobierno es harta conocida, haya tenido que rendirse ante su
constatación, que no podía ocultar, de que el 63,44% asevera que votará por la
MUD y el 36,56% por el PSUV. Es decir, una diferencia de 27 puntos.
Esta fotografía de la
apuesta electoral por celebrarse nos indica que todas las maniobras,
ventajismos y triquiñuelas a que ha apelado la camarilla adueñada del poder han
sido inútiles. El fracaso de las políticas gubernamentales, en todos los
órdenes, es tan monumental y con el consecuencial daño para el presente y el
futuro de Venezuela (Noam Chomsky, profesor del MIT, que en un tiempo estuvo
cerca del régimen, declaró recientemente que “el modelo de Chávez ha sido
destructivo”), que ha tornado irreversible el inminente y rotundo castigo
comicial.
De nada han servido las
abusivas cadenas de radio y TV del señor Maduro en las que cree amedrentarnos
con sus torpes amenazas de que el 6D el régimen ganará “como sea”, ni la descarada
utilización de los recursos del Estado para hacer campaña (financiamiento con
los dineros públicos, reparto de canaimitas, neveras, televisores y
apartamentos o casas de la llamada Misión Vivienda), ni la manipulación del
registro y de los circuitos electorales, ni la argucia confusionista de rodear
la tarjeta de la MUD con tarjetas gobiernistas en las que se destaca la palabra
UNIDAD, ni haber decretado el estado de excepción en varios municipios
fronterizos, como tampoco atajará la derrota la negativa a la observación
internacional de la ONU, de la OEA y de la Unión Europea.
Ante la debacle electoral
¿qué va a hacer el gobierno? Maduro ha dicho que si pierde el control de la
Asamblea Nacional “gobernaría con el pueblo y con una alianza cívico-militar,
pero la revolución no será entregada jamás”. Quien hace tal afirmación es el
mismo que días antes había invitado, en comandita con el CNE, a firmar un pacto
de respeto a los resultados electorales. La contradicción es evidente, aparte
de que pretendería involucrar a la FAN en lo que, al desconocerse el Poder
Legislativo electo por la soberanía nacional, sería un golpe de Estado.
Las cartas están echadas.
Un gobierno asustado, en su hora crepuscular, está por despedirse.
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