EN EL NOMBRE DE ALLAH...
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Opinión
ND
Triste oficio el de terrorista en Europa… reclutados por fanáticos, resentidos, pequeños delincuentes que no lograron insertarse en la sociedad, por tener un vocabulario que no supera 300 palabras… un fracasado social, económica y culturalmente, que termina condenando a su familia con sus actos.
Así es el perfil de los responsables de los atentados en Paris, seres perdidos, influenciables, inadaptados sin un marco de referencia, que cumplieron las instrucciones de verdaderos monstruos… ¡los yihadistas! Formados en el arte de la manipulación, prometen a esos infelices “mártires” entrenados para matar: venganza, el cielo y 72 vírgenes a su disposición. Una recompensa por las “buenas acciones de su vida”, incluido matar inocentes.
En este momento me debato entre la indignación y la tristeza, la muerte a mí alrededor me disminuye como ser humano, como parte integrante del universo. Pienso en los que se fueron de manera injusta, a quienes les arrebataron su futuro, sé que debo evacuar, reflexionar, tomar la justa medida.
Pienso en sus familias, quisiere tenderles una mano, me imagino cerrándolos fuertemente entre mis brazos. Porque no podré decir nada ¿Cómo encontrar palabras para comprender lo inexcusable?
De niño aprendí que Dios era uno, el mismo… llamado con diferentes nombres según las creencias de cada quien. Aprendí también que cada quien con su Fe se salva… me enseñaron que el Dios del Antiguo Testamento, que era duro, punitivo, con la venida de Cristo se convirtió en un Dios que era Amor, con una capacidad infinita para el perdón.
Mal puedo aceptar la actuación de un terrorista, escondido para atacar por la espalda… un cobarde, una sabandija… supuestamente en el nombre de Allah ¿Quién los guía? ¿Con que objetivo?
Le toca a la comunidad musulmana responder para evitar la amalgama, la mayoría de los musulmanes en el mundo rechazan el radicalismo dentro de su religión, también son víctimas en los atentados. Son los primeros interesados, nosotros esperamos no solamente que se deslinden, sino que también actúen.
Los musulmanes generalmente no son fanáticos ni terroristas, viví en el Medio Oriente, tengo amigos, asimile su cultura, recibí una acogida fraternal, respete sus creencias y nunca me presionaron para que cambiara las mías. Que quede claro, hablo de la gente no de los gobiernos.
Entre Irán y el Líbano, sufrí la guerra Irán-Iraq, los misiles tierra–tierra, las armas químicas, los franco tiradores y un secuestro organizado por el terrorista Carlos. El terrorismo lo conozco de cerca, la persona que regresó de Damasco en Siria, no es la misma que se llevaron a la fuerza de Beirut en el Líbano, aquellos 8 hombres armados con metralletas.
El horror de la guerra en Paris, la ciudad de las luces, de la libertad, igualdad y Fraternidad como divisa… convertida en un campo de batalla, donde resuenan disparos de Kalachnikof y sirenas de ambulancia . El templo del arte y la creación sacudido por las balas de los que se autodenominan soldados del califato, alejados de un verdadero musulmán, que cuando invoca a Dios se refiere al “Misericordioso”, “Al Justo”, al que le procura serenidad y que cuando cita su nombre declara la paz para sí mismo y para aquellos que lo rodean.
Que sea en Beirut donde hace apenas dos semanas un atentado suicida costó la vida a 44 personas o el avión ruso destruido por una bomba en pleno vuelo, más las masacres cometidas en Paris, los actos demuestran que el conflicto ha desbordado las fronteras del Medio Oriente.
El ataque no es más que el principio de la tempestad, afirman los terroristas, en un comunicado en el que reivindican el atentado, 130 víctimas mortales y más de 300 heridos.
Europa no será la misma, es necesario aprender la lección, no más permisividad, ni excepciones ambiguas. Los reponsables religiosos del Islam tendrán que distinguir entre aquellos radicales que asesinan en nombre de un estado teocrático y los fieles que rezan al “Dulce’ al “Muy Clemente”, al “Noble”… será necesario algo más que discursos con buenas intenciones.
Esa conducta marcará la diferencia para la humanidad, tomar el camino de la convivencia en paz o el de la guerra de civilizaciones, que seguramente ganará el que cuente con más armas o las más terribles, a costa de la destrucción del mundo que conocemos.
El terrorismo es una negación, un crimen contra la humanidad, tiene tanto de teatro como de drama, un teatro del horror cubierto de lágrimas y sangre inocente.
Son actos concebidos para golpear la opinión pública, resulta terrible pensar en los inocentes, que han muerto, que terminaron mutilados o heridos… que ocasionan dramas familiares y psicológicos. Convierten la ciudad en escena del crimen y las víctimas en un pretexto, lo más bajo que el hombre puede reducir a otro ser humano.
En Paris se enfrenta la civilización contra la barbarie. El fundamentalismo islámico considera un delito la libertad occidental, nuestra música, nuestra vida nocturna, nuestra vestimenta, nuestra camaradería, nuestras bebidas y como hacemos el amor.
Frente a la realidad el Presidente Francés acaba de declarar la guerra… Oriana Fallaci en el 2002 lo advertía en su libro “La Rabia y el Orgullo”… “Una guerra que no mira a la conquista de nuestro territorio, quizás, pero que ciertamente mira a la conquista de nuestra libertad y de nuestra civilización. Al aniquilamiento de nuestra forma de vivir y de morir, de nuestra forma de rezar o de no rezar, de nuestra manera de comer, beber, vestirnos, divertirnos o informarnos...”
A través de la historia la humanidad ha conocido muchos tipos de terrorismo: políticos, ideológicos, confesionales y hasta mercenarios, todos abominables. Personajes como Bin Laden o Carlos, agrupaciones como Al Qaida, Hezbolá, Talibanes, Sendero Luminoso, la Banda de Baader, el Ejército Rojo Japonés, el Fatah, el Frente Popular por la Liberación de Palestina o la ETA dejaron tras de sí una estela de dolor y destrucción. Países tan distintos como Libia, Iraq, Unión Soviética, Cuba o Irán los han mantenido, protegido y fomentado. El tráfico de droga los ha financiado.
Desde hace tiempo he denunciado el peligro que con Chávez y ahora Maduro, los recursos del petróleo venezolano sirvieran para promover el terrorismo internacional. El régimen venezolano nunca ocultó su afinidad con sus “hermanos Sadam y Gadafi”, ni su interés por traer a Carlos de vuelta a Venezuela, en su proyecto dirigiría la milicia secreta castro-chavista… instalados en la triple frontera controlarían a sangre y fuego los países de la región.
Son innumerables las denuncias de como circulan terroristas con verdaderos falsos pasaportes venezolanos y de las redes terroristas ligadas al Hezbolá, que operan en la isla de Margarita.
Se ocupan de recolección de finanzas producto del blanqueo de capitales y el narcotráfico, cuentan con instituciones bancarias, puertos, bases, documentos, vuelos y armas. Facilitadas a los extremistas islámicos por parte de funcionarios del Estado Venezolano, bien identificados por sus orígenes familiares.
La tragedia también se cierne sobre mi país, la hora es también a la Unidad Nacional, necesaria para evitar el horror en nuestra Patria.
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
https://www.facebook.com/groups/181289191975263/
nelsoncastellano@hotmail.com
ND
Triste oficio el de terrorista en Europa… reclutados por fanáticos, resentidos, pequeños delincuentes que no lograron insertarse en la sociedad, por tener un vocabulario que no supera 300 palabras… un fracasado social, económica y culturalmente, que termina condenando a su familia con sus actos.
Así es el perfil de los responsables de los atentados en Paris, seres perdidos, influenciables, inadaptados sin un marco de referencia, que cumplieron las instrucciones de verdaderos monstruos… ¡los yihadistas! Formados en el arte de la manipulación, prometen a esos infelices “mártires” entrenados para matar: venganza, el cielo y 72 vírgenes a su disposición. Una recompensa por las “buenas acciones de su vida”, incluido matar inocentes.
En este momento me debato entre la indignación y la tristeza, la muerte a mí alrededor me disminuye como ser humano, como parte integrante del universo. Pienso en los que se fueron de manera injusta, a quienes les arrebataron su futuro, sé que debo evacuar, reflexionar, tomar la justa medida.
Pienso en sus familias, quisiere tenderles una mano, me imagino cerrándolos fuertemente entre mis brazos. Porque no podré decir nada ¿Cómo encontrar palabras para comprender lo inexcusable?
De niño aprendí que Dios era uno, el mismo… llamado con diferentes nombres según las creencias de cada quien. Aprendí también que cada quien con su Fe se salva… me enseñaron que el Dios del Antiguo Testamento, que era duro, punitivo, con la venida de Cristo se convirtió en un Dios que era Amor, con una capacidad infinita para el perdón.
Mal puedo aceptar la actuación de un terrorista, escondido para atacar por la espalda… un cobarde, una sabandija… supuestamente en el nombre de Allah ¿Quién los guía? ¿Con que objetivo?
Le toca a la comunidad musulmana responder para evitar la amalgama, la mayoría de los musulmanes en el mundo rechazan el radicalismo dentro de su religión, también son víctimas en los atentados. Son los primeros interesados, nosotros esperamos no solamente que se deslinden, sino que también actúen.
Los musulmanes generalmente no son fanáticos ni terroristas, viví en el Medio Oriente, tengo amigos, asimile su cultura, recibí una acogida fraternal, respete sus creencias y nunca me presionaron para que cambiara las mías. Que quede claro, hablo de la gente no de los gobiernos.
Entre Irán y el Líbano, sufrí la guerra Irán-Iraq, los misiles tierra–tierra, las armas químicas, los franco tiradores y un secuestro organizado por el terrorista Carlos. El terrorismo lo conozco de cerca, la persona que regresó de Damasco en Siria, no es la misma que se llevaron a la fuerza de Beirut en el Líbano, aquellos 8 hombres armados con metralletas.
El horror de la guerra en Paris, la ciudad de las luces, de la libertad, igualdad y Fraternidad como divisa… convertida en un campo de batalla, donde resuenan disparos de Kalachnikof y sirenas de ambulancia . El templo del arte y la creación sacudido por las balas de los que se autodenominan soldados del califato, alejados de un verdadero musulmán, que cuando invoca a Dios se refiere al “Misericordioso”, “Al Justo”, al que le procura serenidad y que cuando cita su nombre declara la paz para sí mismo y para aquellos que lo rodean.
Que sea en Beirut donde hace apenas dos semanas un atentado suicida costó la vida a 44 personas o el avión ruso destruido por una bomba en pleno vuelo, más las masacres cometidas en Paris, los actos demuestran que el conflicto ha desbordado las fronteras del Medio Oriente.
El ataque no es más que el principio de la tempestad, afirman los terroristas, en un comunicado en el que reivindican el atentado, 130 víctimas mortales y más de 300 heridos.
Europa no será la misma, es necesario aprender la lección, no más permisividad, ni excepciones ambiguas. Los reponsables religiosos del Islam tendrán que distinguir entre aquellos radicales que asesinan en nombre de un estado teocrático y los fieles que rezan al “Dulce’ al “Muy Clemente”, al “Noble”… será necesario algo más que discursos con buenas intenciones.
Esa conducta marcará la diferencia para la humanidad, tomar el camino de la convivencia en paz o el de la guerra de civilizaciones, que seguramente ganará el que cuente con más armas o las más terribles, a costa de la destrucción del mundo que conocemos.
El terrorismo es una negación, un crimen contra la humanidad, tiene tanto de teatro como de drama, un teatro del horror cubierto de lágrimas y sangre inocente.
Son actos concebidos para golpear la opinión pública, resulta terrible pensar en los inocentes, que han muerto, que terminaron mutilados o heridos… que ocasionan dramas familiares y psicológicos. Convierten la ciudad en escena del crimen y las víctimas en un pretexto, lo más bajo que el hombre puede reducir a otro ser humano.
En Paris se enfrenta la civilización contra la barbarie. El fundamentalismo islámico considera un delito la libertad occidental, nuestra música, nuestra vida nocturna, nuestra vestimenta, nuestra camaradería, nuestras bebidas y como hacemos el amor.
Frente a la realidad el Presidente Francés acaba de declarar la guerra… Oriana Fallaci en el 2002 lo advertía en su libro “La Rabia y el Orgullo”… “Una guerra que no mira a la conquista de nuestro territorio, quizás, pero que ciertamente mira a la conquista de nuestra libertad y de nuestra civilización. Al aniquilamiento de nuestra forma de vivir y de morir, de nuestra forma de rezar o de no rezar, de nuestra manera de comer, beber, vestirnos, divertirnos o informarnos...”
A través de la historia la humanidad ha conocido muchos tipos de terrorismo: políticos, ideológicos, confesionales y hasta mercenarios, todos abominables. Personajes como Bin Laden o Carlos, agrupaciones como Al Qaida, Hezbolá, Talibanes, Sendero Luminoso, la Banda de Baader, el Ejército Rojo Japonés, el Fatah, el Frente Popular por la Liberación de Palestina o la ETA dejaron tras de sí una estela de dolor y destrucción. Países tan distintos como Libia, Iraq, Unión Soviética, Cuba o Irán los han mantenido, protegido y fomentado. El tráfico de droga los ha financiado.
Desde hace tiempo he denunciado el peligro que con Chávez y ahora Maduro, los recursos del petróleo venezolano sirvieran para promover el terrorismo internacional. El régimen venezolano nunca ocultó su afinidad con sus “hermanos Sadam y Gadafi”, ni su interés por traer a Carlos de vuelta a Venezuela, en su proyecto dirigiría la milicia secreta castro-chavista… instalados en la triple frontera controlarían a sangre y fuego los países de la región.
Son innumerables las denuncias de como circulan terroristas con verdaderos falsos pasaportes venezolanos y de las redes terroristas ligadas al Hezbolá, que operan en la isla de Margarita.
Se ocupan de recolección de finanzas producto del blanqueo de capitales y el narcotráfico, cuentan con instituciones bancarias, puertos, bases, documentos, vuelos y armas. Facilitadas a los extremistas islámicos por parte de funcionarios del Estado Venezolano, bien identificados por sus orígenes familiares.
La tragedia también se cierne sobre mi país, la hora es también a la Unidad Nacional, necesaria para evitar el horror en nuestra Patria.
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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nelsoncastellano@hotmail.com
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Es inevitable preguntarse que tiene en común la forma sacramental: "en el nombre de Allah, el clemente, el misericordioso" con los asesinos yihadistas, esta excrecencia delictiva con los sabios jueces de Córdoba, sede del imperio Omeya, o con la poesía del persa Omar Khayyam o del andaluz Ben Xuhaid. ¡ NADA ! son el Armagedón que amenaza a la humanidad y es preciso detener...
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