8 de noviembre de 2015

MIRANDO MÁS ALLÁ DE DICIEMBRE, por Ruth de Krivoy & Tamara Herrera RESUMEN EJECUTIVO, SÍNTESIS FINANCIERA Apartado Postal 51840 Caracas 1050,


Mirando más allá de diciembre

porRuth de Krivoy & Tamara Herrera




 Octubre 2, 2015 RESUMEN EJECUTIVO

 Con más de la mitad de apoyo entre votantes probables, la oposición parece encaminada hacia una mayoría en la Asamblea Nacional (AN) el 6 de diciembre. Algunos incluso piensan que puede ganar la mayoría de dos tercios. Somos más cautelosos. Las condiciones electorales desfavorables para la oposición tendrán un mayor efecto conforme se acerquen las elecciones, y las importaciones de alimentos convenientemente planeadas con las cuales el gobierno se propone llenar los estantes en las próximas semanas. 
No creemos que el gobierno suspenderá las elecciones aunque una victoria opositora sea inminente. Las elecciones son una fuente crucial de legitimidad para el chavismo. El gobierno más bien parece enfocado en erosionar el apoyo hacia la oposición y prepararse para gobernar sin la AN. El estado de excepción en la frontera con Colombia ayuda a lograr ambas cosas al reprimir la actividad política y extender la intervención estatal. El estado de excepción terminará en algún momento, pero la presencia militar y las medidas de intervención podrían quedarse. Suponiendo que el PSUV pierde la mayoría legislativa, vemos tres escenarios de políticas:
 En uno, el gobierno sigue en el camino de negarse a corregir sus políticas, expandir la presencia militar en asuntos domésticos y reprimir la oposición. Pero este escenario requiere fuerte cohesión en el PSUV y en el gobierno, lo cual luce difícil. 
Bajo un segundo escenario, Maduro cede o le es arrebatado el poder. Esto lleva a cierta apertura política y reformas económicas. La élite gobernante se fractura. 
En nuestro tercer escenario, el gobierno lleva a cabo algunos de los ajustes necesarios pero recurre a la represión y a enemigos imaginados para evitar la responsabilidad por estas medidas. Si gana la mayoría legislativa, la oposición deberá encontrar la manera de responder a la fuerte demanda popular de “cambio”. Una vía podría ser organizando un referendo revocatorio cuando la posibilidad se abra a partir de abril 2016. La mayoría de la población e incluso una porción significativa de chavistas quiere que Nicolás Maduro abandone la presidencia antes de que termine su mandato. 2 Oposición probablemente ganará mayoría legislativa Las encuestas siguen indicando que la intención de voto por la oposición duplica la del oficialismo. La encuesta más reciente viene de Keller y Asociados, con mediciones hechas entre el 19 de agosto y el 5 de septiembre. Entre votantes seguros, reporta 53% para la oposición, 27% para PSUV, 11% de independientes y 9% que no responde. Otras encuestas pintan un panorama similar. La proporción de independientes no crece y quienes se deciden van tomando posición según la tendencia general. GRÁFICO 1 Intención de voto en las elecciones legislativas del 6 diciembre 2015 Fuente: Datanálisis, IVAD, Keller y Asociados, Síntesis Financiera. GRÁFICO 2 Intención de participación en las elecciones legislativas del 6 diciembre 2015 Fuente: Datanálisis, IVAD, Keller y Asociados, Síntesis Financiera. 51 58 53 28 19 27 8 11 13 23 9 0 20 40 60 80 100 120 Datanálisis 10-23 julio IVAD 8-16 de agosto KELLER 19 ago-5 sept Candidatos oposición Candidatos oficialistas Independientes ns/nc 78 89 82 52 53 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 Datanálisis 10-23 julio IVAD 8-16 de agosto KELLER 19 ago-5 sept Votará Votará con toda seguridad 3 Estas mediciones aún no recogen el efecto de la entrada en vigencia del estado de excepción en los 16 municipios fronterizos de los estados Zulia, Táchira y Appure– y pronto tal vez Amazonas, para así cubrir toda la frontera con Colombia. Esta medida puede incidir en el resultado de las elecciones y sienta las bases para gobernar después de las elecciones. GRÁFICO 3 Estados fronterizos sujetos a estado de excepción Fuente: El País, Síntesis Financiera. Debido a la amplia ventaja para la oposición que arrojan las encuestas, algunos analistas afirman que esta podría alcanzar la mayoría de dos tercios (111 diputados), lo cual le permitiría adelantar iniciativas tales como votos de censura y destitución a ministros y el vicepresidente, y la modificación de leyes orgánicas. Sin embargo, mantenemos nuestro pronóstico conservador de que la oposición obtendrá una mayoría modesta, pudiendo llegar a 90-95 escaños sobre un total de 167 (se requieren 84 para la mayoría). Con tal mayoría estaría en capacidad de aprobar leyes ordinarias, el presupuesto fiscal, la ley anual de endeudamiento, contratos de interés nacional y tratados internacionales; y transferir poderes a estados y municipios, entre otras. Además, pasaría a presidir la Asamblea Nacional (AN) y tendría la potestad para designar a los presidentes de todas las comisiones parlamentarias. Nuestra perspectiva toma en cuenta el riesgo de que las candidaturas independientes dividan el voto opositor en algunos circuitos y las cada vez más desfavorables condiciones en las que debe competir la oposición. También que la ventaja para la oposición podría disminuir como consecuencia de las importaciones masivas que está haciendo el gobierno para distribuir productos subsidiados (principalmente alimentos) a través de sus grandes cadenas de supermercados y hacerlos llegar a las zonas populares. 4 Postergación o suspensión de elecciones es improbable Hay quienes piensan que el gobierno podría suspender las elecciones como recurso de última instancia en caso de que una victoria de la oposición fuese inminente. Asignamos muy baja probabilidad a esta decisión. Erosionaría seriamente la legitimidad del gobierno e iría directamente en contra de un factor tradicional de legitimidad del chavismo: el voto popular. Además, la suspensión de las elecciones podría acelerar la fractura del chavismo entre “maduristas” y “chavistas”, estos últimos muy críticos de la gestión del Presidente Maduro. Finalmente, el gobierno parece estar enfocado en prepararse para conservar el poder sin importar los resultados electorales. Gobierno se prepara para mantener el poder En el corto plazo, el gobierno actúa para maximizar el número de diputados y sentar las bases para poder gobernar después del 6 de diciembre sin el control de la AN. La declaración de estado de excepción está ayudando a cumplir esos objetivos. El estado de excepción es un mecanismo del régimen legal venezolano destinado a enfrentar amenazas extraordinarias a la seguridad de la nación. El gobierno ha justificado el cierre de la frontera con Colombia y la declaración de estado de excepción como una respuesta al contrabando y a la violencia del “paramilitarismo”, problemas que difícilmente califican como extraordinarios en la frontera de Venezuela con Colombia. El resultado ha sido oneroso: una crisis humanitaria con colombianos desplazados de sus hogares en Venezuela, una crisis diplomática de alta intensidad y una crisis del comercio y tránsito de personas que afecta la economía de los cuatro estados fronterizos. Uno de esos estados, Zulia, tiene la mayor población electoral del país (22% del total) y elige 15 diputados, y otro, Táchira, una región tradicionalmente opositora. El gobierno ha militarizado todas las actividades en los estados fronterizos, especialmente las económicas. Las acciones militares están a cargo del comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral respectiva y la coordinación civil corresponde al gobernador de cada estado, todos ellos del PSUV. Los objetivos de corto plazo del estado de excepción son: 1. Obstaculizar la campaña electoral de la oposición y la participación electoral. El decreto de estado de excepción prohíbe expresamente reuniones y manifestaciones públicas que no hayan sido previamente autorizadas. También permite la “inspección y revisión” de domicilios sin previa orden judicial. No están explícitamente prohibidas las actividades políticas, pero está claro que en esas condiciones es imposible desarrollarlas normalmente. Podrían verse afectadas las campañas de 30 escaños que se disputan en los cuatro estados sujetos a estado de excepción. 2. Crear la ilusión de abastecimiento al reprimir el contrabando de productos hacia Colombia. 3. Desencadenar una ola nacionalista al atribuir culpas a Colombia. 4. Optimizar la asignación del subsidio a los alimentos, al combustible y a los servicios provistos por el estado venezolano. El gobierno aspira a que estos subsidios lleguen a sus votantes, pero están siendo “exportados” a Colombia debido a las distorsiones de la economía venezolana. El régimen de estado de excepción demuestra que el gobierno no tiene la intención de cambiar su visión económica ni sus distorsionantes políticas. Al contrario, a través de las fuerzas armadas 5 extiende sus tentáculos en la economía. Los dispositivos de intervención van en camino a tornarse permanentes aun cuando se suspenda formalmente el estado de excepción. Se sostienen en la tesis de que la escasez proviene de un “exceso” de demanda y de un sistema de comercialización viciado que puede y debe ser controlado. El gobierno está enviando la señal de que enfrenta una significativa crisis de ingresos y debe imponer correctivos. La preocupación que expresa públicamente Maduro por los bajos precios petroleros y la esterilidad de la “diplomacia petrolera” apuntan a que el gobierno parece estar aceptando que los ingresos no se recuperarán por un buen tiempo y prepara el terreno para justificar medidas de ajuste (en otras palabras, recorte) de la demanda. Tres escenarios de políticas Asumiendo que el PSUV pierde la mayoría en la AN, formulamos tres escenarios de políticas públicas: a) Un escenario de mayor represión y abuso constitucional por parte del ejecutivo, desconociendo o saboteando a la acional y profundizando el racionamiento en vez de reformando la política económica. Sería el escenario “periodo especial” a la cubana, en el cual el gobierno se niega a negociar sus políticas y pasa a un modo de supervivencia con mayor protagonismo militar, confiando en la focalización de los escasos recursos para recuperar apoyo popular y transitar el año 2016 rumbo a las elecciones de gobernadores. Esta es una virtual extensión del 2015. Implica desdén del gobierno por su imagen internacional y profundiza el aislamiento. Este escenario exige un alto grado de cohesión en el PSUV y el propio gobierno. b) Un escenario de adaptación o cohabitación con la oposición que podría significar una disminución del poder de Nicolás Maduro o incluso su sustitución, bien sea por iniciativa del propio partido de gobierno o por acuerdo de fracciones de éste con la oposición. Se trataría de un escenario que abre las puertas a una apertura política y algún tipo de transición de régimen en el mediano plazo, y la posibilidad de algunas reformas económicas. Este escenario deriva de una fractura interna del chavismo. c) Dos pasos adelante y uno atrás: mayor represión para manejar los costos políticos y sociales de ajustes económicos que se perciben como necesarios (aunque ideológicamente incompatibles) para la recuperación del gobierno y del proyecto chavista en general. Esto podría significar, por ejemplo, la toma y confiscación de ciertos canales de distribución de bienes y servicios, acompañada de un aumento en el precio de la gasolina y de impuestos, o un sistema de ajuste progresivo del tipo de cambio con extensión del control y fiscalización de precios. Esta opción es consistente con el gradualismo táctico que ha caracterizado al chavismo desde sus inicios, y está en línea con el estilo gerencial de Maduro de no asumir directamente la responsabilidad de las decisiones, sino hacerlas aparecer como inevitables por el “bien de la revolución”. Aun tomando las medidas de ajuste económico universalmente recomendadas, el gobierno no cede en su “línea revolucionaria” ni está dispuesto a negociar su antagonismo con un poder legislativo de mayoría opositora. El antagonismo es lo que le permite asignar las culpas por el costo político de las medidas. Cambio político bajo una Asamblea controlada por la oposición Con una ventaja sólida en las encuestas, la oposición requiere de dos cosas. En el camino hacia el 6 de diciembre, organización propia y misiones de observación electoral independientes para garantizar elecciones y escrutinios limpios. Y después de las elecciones, una estrategia unitaria 6 para recuperar el balance de poderes y atender la fuerte, pero indefinida, demanda de cambio político de la sociedad. Keller y Asociados reporta que el 59% de la población (y 20% de los chavistas) afirma que Maduro debe abandonar la presidencia antes de culminar su mandato, mientras que 35% de la población (y 20% de los opositores) prefiere que lo termine. Un 65% cree que las políticas socialistas deben ser cambiadas, mientras 22% prefiere mantenerlas. Y la primera razón para votar, con 35% de respuestas, es “lograr un cambio en la situación económica y política del país”. Estas cifras, a nuestro juicio, no necesariamente señalan un apoyo popular suficientemente firme para catalizar cambios políticos y reformas institucionales y económicas duraderas. En cualquier caso, la oposición debe ofrecer un mapa de ruta constitucional para satisfacer esa demanda de cambio y hacer entender a la población que el inmediatismo comporta un serio riesgo de retroceso. La posibilidad de un referendo revocatorio al Presidente de la República se abre a partir del tercer año de mandato, es decir, abril de 2016, pero las condiciones que debe satisfacer la petición son sumamente arduas. Para revocar al presidente, se debe hacer una solicitud apoyada por el 20% del padrón electoral. Eso hoy significaría más de 3 millones de firmas. Para lograr la revocación, los votos a favor de esta deben superar los votos que obtuvo el presidente en la última elección presidencial (7,6 millones de votos). Esto podría ser factible, dado que el margen de victoria de Maduro en 2013 fue estrecho. Si la revocación ocurre antes de cumplirse el cuarto año del mandato presidencial, deben llevarse a cabo elecciones en el lapso de 30 días. Si la revocación ocurriera después de esa fecha, no se convoca a elecciones y el vicepresidente se encarga de terminar el periodo constitucional. Otras posibilidades constitucionales para acelerar la salida de Maduro, tales como una enmienda constitucional para el recorte del mandato, requerirían consensos políticos más complejos para poder cumplir el procedimiento pautado en la constitución.


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