23 de noviembre de 2015

PREFACIO FORZADO AL ARTÍCULO DE MANUEL MALAVER SOBRE EL ESEQUIBO QUE LO PRECEDE., 23 de noviembre de 2015

PREFACIO FORZADO AL ARTÍCULO DE MANUEL MALAVER SOBRE EL ESEQUIBO QUE LO PRECEDE.


Comentarios mios, utilizando como apoyo el artículo de Manuel Malaver de el mes de julio próximo pasado, al que  antecede, en esta versión del 23 de noviembre de 2015, del blog: pararescatarelporvenir.blogspot.com, que considero pertinentes en cuanto ayudan a entender y procesar, conductas políticas, objetivamente inaceptables, de gobernantes o dirigentes de formación y creencias marxistas-leninistas.


El falaz dogma que nos interesa es el denominado "internacionalismo proletario" que nunca fue aplicado por la URSS, ni por la Rusia actual, pero que bien les sirve a la hora de exigir a sus seguidores asumir posiciones perjudiciales a sus propios países, en nombre de "un bien mayor" la solidaridad de clases, que no conoce, ni le duelen fronteras, como no sean las de "la madresita Rusia".


La descripción pormenorizada que hace Malaver, de la actitud de Chávez ante el diferendo limítrofe del Esequibo, su desprecio absoluto por los derechos de Venezuela, atropellados ayer por el imperialismo británico de John Bull y hoy por la conchupancia, el contubernio de las compañías petroleras de China y Estados Unidos, por un tío Sam de piel oscura y un inefable y canalla Raúl Castro y la sombra de su hermano -vivo o muerto- Fidel. 


Estoy consciente que -como decia Arturo Uslar Pietri- la ignorancia de Chávez era enciclopédica, no obstante el manido internacionalismo proletario, le permitía justificarse a si mismo, el entregar enormes recursos del pueblo venezolano a cambio de votos en la OEA, para mantenerse en el poder y continuar su catastrófica revolución.


Algunos políticos, troquelados en el dogma -consciente o inconscientemente- actúan igual, recuerdo la mala impresión que me produjeron unas declaraciones de Teodoro Petkof, dadas a las puertas de Miraflores, al comienzo del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, en las que criticó acremente la política exterior de Jaime Lusinchi -la menos criticable de su gestión- a raíz del asunto de la corbeta "Caldas" y la tensa situación vivida con Colombia. Al escucharlo no identifiqué en él al lúcido crítico de la invasión rusa a Chekoeslovaquia, me molestó su indiferencia hostil, ante la viril defensa de los derechos de Venezuela en el Golfo que lleva su nombre, hasta que pude ver, en forma transparente la justificación teórica de su contradictoria actitud: el internacionalismo proletario.



ALFREDO CORONIL HARTMANN

Itaca 23 de noviembre de 2015

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