8 de abril de 2016

Revocar el miedo: palabras de Alberto Arteaga en el evento cívico #YoRevoco, PRODAVINCI / pararescatarelporvenir.blogspot.com 8 de abril de 2016

Revocar el miedo: palabras de Alberto Arteaga en el evento cívico #YoRevoco


Un abogado que presume de formar parte del sistema de justicia, según lo dispone nuestra sabia e ignorada Constitución, pareciera que no tiene mucho que decir en un momento en el cual, sencillamente, junto a todo género de carencias, no hay justicia y las leyes y el derecho se tuercen según la voluntad del poder para torcer así a los hombres.
En Venezuela, en este oscuro periodo, la legalidad se ha convertido en un simple artificio y, en particular, sistemáticamente, en el campo que me es más cercano, la ley penal se utiliza como el más primitivo y contundente mazo para aterrorizar a la sociedad, para amedrentarla y para disuadirla en el ejercicio pleno de sus derechos ciudadanos, contando con un tribunal que ni es supremo ni es de justicia, “guardián del derecho de Estado” pero no del “Estado de Derecho”.
Este tribunal y todo el aparato desgastado marginado, politizado y arrodillado ante el Gobierno debe constituirse en la idea fija que siembre por fin en nuestra crucificada patria la necesidad de sentar las bases de un verdadero poder judicial, imperiosa necesidad que se impone con el cambio que el pueblo anhela cuando exige justicia y no retaliación, respeto a la ley y a la vida y no al ojo por ojo y diente por diente, condena  a la más descarnada y cruel práctica que se expresa en los abominables linchamientos que surgen hoy como la más primitiva regresión a la venganza privada.
Pero, en este momento que nos ha tocado vivir, presentes y aferrados a nuestra tierra, en medio de la tragedia del desastre económico, de la corrupción generalizada, de la violencia desatada y de la impunidad reinante, no hay lugar para el desaliento ni para  la desesperanza que pugnan por doblegarnos.
A pesar de las dificultadas del camino empinado y  difícil de la legalidad en tiempos de arbitrariedad, en el escenario de una Asamblea legítima que se esmera por responder a la confianza ciudadana para propiciar un cambio, los esfuerzos hasta ahora llevados a cabo se ven obstaculizados por oscuras decisiones manipuladas por el Ejecutivo y revestidas de una perversa y terrible apariencia de legalidad que le da sustento a un auténtico “autoritarismo a toga armada”.
Ante esta realidad, reafirmando la decisión inequívoca del 6 de Diciembre, todo parece indicar que se hace necesario activar el mecanismo constitucional que coloca en manos del pueblo la decisión de revocar, anular o dejar sin efecto el mandato otorgado a quien gobierna, transcurrida la mitad del periodo, atendiendo al principio establecido en el artículo que rige la materia, en el cual se establece que “todos los cargos y magistraturas de decisión popular son revocables” (Art. 72).
Corresponde al pueblo sufriente, víctima de los atropellos del poder demostrar su fuerza y voluntad y a los dirigentes políticos de la MUD activar el mecanismo en los 30 días que ya están corriendo, a los fines de que el referéndum pueda llevarse a cabo en el presente año.
Hasta ahora todos los esfuerzos de la Asamblea, batalladora, perseverante y consecuente se han estrellado contra el muro de la Sala Constitucional, apéndice político del Gobierno, produciendo en 90 días 9 sentencias contra la voluntad popular.
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Alberto Arteaga, abogado, retratado por Roberto Mata (©2016) el miércoles 06/04/2016 en el Centro Cultural Chacao, en el marco del evento cívico #YoRevoco
Ha llegado la hora, no del desánimo, ni de la entrega, ni de la reiterada pregunta y ¿ahora qué hacemos?; Ha llegado la hora de la definición y del trazado claro de una línea de acción que hace responsable a cada ciudadano de la decisión del cambio de rumbo y de conductor.
El referéndum revocatorio nos convoca a todos y, en esta mañana, representantes de diversas corrientes de pensamiento y de diversos mundos, cada uno en su estilo, viviendo con intensidad su drama existencial en esta Venezuela postrada, pero no entregada, nos hemos querido unir en la secuencia de un camino participativo que nos compromete a todos y que aspira a que hagamos causa común con la consigna de revocar o invalidar la desesperanza, revocar la desunión y los personalismos, revocar la indiferencia y la apatía y, sobre todo, revocar el miedo que ha  pretendido hacerse parte de la vida del venezolano amenazado permanentemente en su libertad y en sus ideas. El fantasma de una lista traicionera utilizada por “patriotas cooperantes” debe convertirse en fuerza y aliciente para firmar sin temor alguno.
El referéndum revocatorio del Presidente es un reto ciudadano que no podemos rehuir convencidos como está toda la población de la responsabilidad del Ejecutivo en la grave crisis que vivimos, admitida para exigir mayores sacrificios en un sistema de vida en el que no nos reconocemos como venezolanos y negada para rechazar la ayuda humanitaria que se hace imprescindible en la situación de miseria y en las carencias de salud  que nos agobian.
Del pasado arrastramos el peso de un obstinado pesimismo que se convierte en dura carga para afrontar nuevos desafíos. Pero las experiencias vividas, producto de 17 años de promesas incumplidas, etapa en la que hemos resistido, deberían ya convencernos de  que con la fuerza de la unión hemos podido obtener logros indiscutibles en los que muchos no creían.
Al igual que mis compañeros en este panel, no venimos a defender posiciones partidistas ni entrar en un debate estéril sobre las fórmulas más convenientes para el cambio. Puestos en trance de cambiar,  creemos que se impone revocar a quien gobierna  afincados, movidos y hechos uno con el pueblo que el 6 D expresó la decisión que invocamos nuevamente apelando a la voluntad soberana para ratificar lo expresado hace 4 meses.
El pueblo hoy se ve necesitado de una voz de esperanza, de aliento, de fuerza, de entusiasmo por ver cimentada la experiencia democrática traicionada por los que nos vendieron las baratijas del engaño populista, despilfarrador y traicionero, bajo el mito del “orden militar”.
Arranquemos hoy en firme con el revocatorio; que esta iniciativa se convierta en una acción decidida por el cambio político; y que tenga la fuerza para arrastrar a todos los que profesamos la democracia en un proyecto que sea el inicio de un rumbo distinto que no puede esperar más en Venezuela, la Venezuela que aspira a la afirmación de la justicia exige la activación del revocatorio, unidos todos por el los mismos ideales y valores.
Revoquemos el escepticismo y el desconcierto que la consigna oficial nos quiere imponer y abramos el camino a la esperanza y a la confianza en un pueblo noble que no está dispuesto a entregar su futuro.

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