¿Qué sucederá con Dilma Rousseff tras aprobarse el juicio político en su contra?; por Verónica Egui
Por Verónica Egui | 13 de abril, 2016
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El El juicio político contra Dilma Rousseff fue aprobado por el Comité de Juicio Político de la Cámara de Diputados con 38 votos a favor y 27 en contra, siendo el segundo que se lleva a cabo en la política contemporánea de Brasil. Fernando Collor de Mello fue el primer presidente destituido, en 1992.
Luego de la votación del informe, en la Cámara Baja se presentará oficialmente el documento sobre la propuesta de impeachment. Luego se iniciará la votación en plenaria el 15 de abril, que podría extenderse hasta por tres días.
Los expertos vaticinan que el resultado final se conocerá el domingo 17 de abril. Para entonces la oposición necesitará de dos tercios de los 513 diputados para destituirla: 342 diputados deben votar en su contra.
Si prospera la votación, la medida se llevaría al Senado, en donde se conformaría una comisión con 21 miembros, que por un lapso máximo de diez días, tendría que determinar la admisibilidad del juicio, cuyo proceso terminaría el 2 de mayo. La Cámara Alta tendría dos días para llevar a cabo dicha votación que, de lograr el apoyo de la mayoría simple —42 senadores— Rousseff sería destituida. Entonces asumiría la presidencia de la República el vicepresidente y líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), Michel Temer, quien también estaría presuntamente implicado en el tráfico de influencias y la corrupción pasiva y activa.
De cumplirse todos estos procedimientos, la mandataria sería enjuiciada dentro de los próximos 180 días por el Tribunal Supremo —presidido por Ricardo Lewandowski— e inhabilitada por ochos años.
¿La oposición tiene quórum para la destitución?
Desde hace dos semanas los políticos brasileños han estado en continua negociación para determinar las opciones, y luego de la aprobación del juicio tienen hasta el 15 de abril para definir su postura.
Además de las negociaciones que se están fraguando, el modelo de votación en la Cámara aún por definir es uno de los factores que no permite aún conocer cuál será la decisión de los diputados indecisos. Hace 25 años, cuando la Cámara Baja aprobó el impeachment contra Collor de Mello, la votación fue abierta, en transmisión en vivo y por orden alfabético. Aún Eduardo Cunha, del PMDB, y presidente de la Cámara de Diputados no ha definido cómo será ésta.
La más reciente encuesta de Datafolha, realizada entre el 21 de marzo y el 7 de abril, muestra que 60% de los 513 diputados está a favor del impeachment, pero la cifra de 308 diputados no es suficiente para lograrlo: restan 34 indecisos. El oficialismo salvaría a Rousseff con un tercio de los diputados. Sólo necesitan que 172 voten en contra, se abstengan o no asistan a la votación para que el juicio no prospere.
De hecho, si la Cámara Baja rechaza el enjuiciamiento del delito responsabilidad de Rousseff, el proceso se daría por terminado. “La presidente no podría volver a ser acusado por los mismos delitos, en cuyo caso sería necesario encontrar pruebas de otros delitos para admitir un nuevo juicio político”, explica Rafael Mafei, profesor de derecho de la Universidad de São Paulo.
Sobre esto, Mafei explica que ya existe otro proceso en curso en el Tribunal Superior Electoral (TSE), que alega que para la victoria de su fórmula presidencial —Dilma Rousseff y Michel Temer—incurrieron en abuso de poder económico mediante el uso de recursos ilegales en la campaña electoral.
Porcentualmente, la oposición requeriría el respaldo del 67% de los legisladores, aunque dentro de los 34 faltantes están incluidos los 36 congresistas del Partido Progresista (PP), que negociaban un ministerio a cambio de votos la semana pasada. Esta negociación no prosperó, el PP hoy informó a la colectividad, al igual que el Partido Republicano Brasileño (PRB), con 21 legisladores, que rompieron filas con el Gobierno y darán su voto a favor del impeachment. Adicionalmente, el Partido Social Democratico (PSD) con 37 diputados mantiene una reunión a puertas cerradas para definir su postura al respecto.
Con este escenario de los seis aliados que la llevaron a la presidencia, contaría solo con dos. Hasta el momento tendría los 34 votos del Partido de la República, (PR) y los 10 del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) si votan en bloque, logrando junto a los 77 legisladores del oficialista PT al menos 121 votos, de los 172 que requiere para evitar su destitución.
¿Cómo ha sido el proceso legislativo?
Todo comenzó el 2 de diciembre de 2015, cuando la Cámara de Diputados liderada por Eduardo Cunha aceptó un pedido de impeachment contra Rousseff por presuntamente haber manipulado las cifras de las cuentas públicas.
Tres meses después, tras superar una serie de conflictos procesales que retrasaron el pedido, el Supremo Tribunal Federal apruebó el 16 de marzo su liberación. Acto seguido, el 17 de marzo la Cámara forma una Comisión Especial conformada por 65 legisladores para determinar si existen razones para realizar el juicio político. Ese mismo día, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva fue nombrado ministro de Casa Real, cuyo nombramiento fue suspendido.
El ministro de Justicia, y abogado del Gobierno, José Eduardo Cardoso asegura que el juicio político carece de legalidad, y denuncia que se estaría fraguando un golpe de Estado. El 6 de abril, el relator de la comisión Jovair Arantes aseguraba que sí existía validez en el pedido delimpeachment.
¿Qué vendría después del juicio político?
Hay dos vertientes de opinión esenciales sobre el impeachment del 2016: aquellos que consideran que la destitución de Rousseff ayudaría a reducir la presión, a tal punto que la investigación sobre la operación Lava Jato y demás casos de corrupción perderían fuerza. Otros consideran que Michel Temer y los demás políticos en orden jerárquico para llegar a la presidencia en caso de destitución de Rousseff (Eduardo Cunha, y Ricardo Lewandowski) no serán capaces de gobernar, lo que desencadenaría un escenario de inestabilidad similar al de Argentina en 2001, explican periodistas de la fuente política que prefieren opinar off the record.
De hecho, la similitud con 1992 no sólo se relaciona con la destitución presidencial, pues va más allá de lo político. Temer sería incapaz de recuperar la economía, que se contraerá este año 3,77%, y con una inflación de 7,14%. Ya en 2015 la economía del gigante latinoamericano se contrajo 3,8%, siendo el peor resultado en los últimos 25 años.
“Brasil llegó a un punto sin retorno cuando sectores importantes del PMDB iniciaron su distanciamiento con el Gobierno, Temer comprendió que la presión sería incontrolable, como pasó con Itamar Franco en 1992, quien sucedió a Collor de Mello. Aunque el escenario es negativo, ningún líder del PMDB renunciaría voluntariamente a la fuente de recursos públicos”, estima un periodista de Folha de Sao Paulo consultado, que prefiere permanecer anónimo.
Lo que sucedería después de la destitución de Rousseff es difícil de calcular, todo dependerá de cuánto tiempo se tarde el Tribunal Supremo Federal (STF, por sus siglas en portugués) en determinar la culpabilidad de Cunha en su presunta participaron en la contratación de dos navíos-sonda de la empresa Samsung Industries, que lo habría beneficiado con 40 millones de dólares en comisiones. El 2 de marzo fue abierto un juicio en su contra.
Si Cunha es detenido por los casos de corrupción en su contra, entonces el presidente del STF, Ricardo Lewandowski, asumiría la presidencia y se convocarían nuevas elecciones.
Pero en caso de que alguno de ellos deba asumir la presidencia sería de manera temporal, para convocar a elecciones. La convocatoria se daría en una fecha límite de 90 días. Si esto sucede durante el 2016, las elecciones serían directas, a través del voto de la población, pero si sucede a partir de 2017, sería un proceso electoral indirecto: el nuevo presidente sería elegido en votación por el Congreso Nacional (votación de la Cámara de Diputados y el Senado), explica el profesor Mafei.
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