10 de abril de 2016

El decreto sirve para todo, por Luis D. Álvarez V. , El Columnero / pararescatarelporvenir.blogspot.com 10 de abril de 2016

LUIS D. ÁLVAREZ V.
El decreto sirve para todo
por LUIS D. ÁLVAREZ V. - Abr 10, 2016

Decía José Tadeo Monagas, como elemento para sustentar cualquier acción que cimentara su transitar hacia la perpetuidad en el poder, que la Constitución servía para todo. Empleando ese argumento hizo y deshizo hasta que un acuerdo entre los grupos políticos lo obligó a salir del gobierno dejando una estela de autoritarismo, miedo, desolación y corrupción.
Aunque mucho ha transcurrido desde la fatídica experiencia del monagato, cuyo balance es sustancialmente negativo (salvo episodios como la abolición de la esclavitud durante la administración de José Gregorio Monagas), pareciera que algunos patrones de conducta del líder están presentes en diversos momentos de la historia y se emplean, matizados muchas veces en brumosas y tergiversadas páginas de la legalidad, con el mismo propósito de perpetuarse en el mando.
A diferencia de lo ocurrido el fatídico 24 de enero de 1848, el gobierno no busca tomar el parlamento empleando turbas violentas (aunque las bandas de choque amedrentan a quienes trabajan en la Asamblea Nacional y se acercan al legislativo), sino que de una forma más refinada optan por el uso de sentencias manipuladas que menoscaban el ejercicio del legislativo, queriendo convertirlo solamente en un centro de redacción de comunicados y acuerdos.
El otro legado de Monagas es la aplicación de la frase de que la Constitución da para todo, aunque en este caso no debe remitirse a la carta magna, violada de manera sistemática y flagrante, sino al Decreto de Emergencia Económica. El absurdo, improvisado, ineficiente y fuera de lugar decreto que establece como no laborables los días viernes mientras dure el Fenómeno El Niño (es decir que no puede saberse con precisión hasta cuándo durará el fin de semana largo), se sustenta en la emergencia económica que se ha erigido como el argumento que justifica todas las acciones del gobierno, más allá de haber sido negado por la Asamblea Nacional y aprobado, a través del Tribunal Supremo de Justicia que ha asumido labores legislativas que no le corresponden.
En el fondo al igual que con Monagas, lo que claramente se evidencia es una tendencia por mantener el poder a cualquier precio con sutiles diferencias. Después de los sucesos de 1848, el Congreso se volvió sumiso a los designios del dictador y salvo honrosas excepciones como la de Fermín Toro, los parlamentarios regresaron con la cabeza baja a aplaudir a Monagas. 168 años después hay una Asamblea Nacional que de manera gallarda sigue con su tarea sin importar que los restantes cuatro poderes del Estado intenten desarticularla.
Finalmente observando que no contaba con apoyo de ningún tipo y tal vez en un ejercicio de sensatez, Monagas renunció y se asiló, mientras que gran parte de la población, incluidos dirigentes que anteriormente lo defendían e integraban su gabinete, lo tildaban de ladrón y corrupto.

Luis D. Álvarez V.  –  @luisdalvarezva


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