23 de marzo de 2016

EL TREN PASA UNA SOLA VEZ , por Carlos José Sarmiento Sosa, REFLEXIONES A ULTIMOS DE MARZO 2016, / pararescatarelporvenir.blogspot.com 23 de marzo de 2016


Al doctor Vicente J. Puppio, reconocido abogado y profesor de derecho procesal en la UCAB. In memoriam.


 EL TREN PASA UNA SOLA VEZ 

por: Carlos J. Sarmiento Sosa


Se dice que el tren sólo pasa una vez en la vida, y que si no lo tomas, jamás volverá para reclamarte. Otras dicen que pasa varias veces, y que lo que debe hacerse es escoger el vagón adecuado; y para otros, nunca pasa. 

Y viene a colación el refrán en su primera interpretación –el tren pasa una sola vez- que este escribidor desea explicar al amable lector. El 6 de diciembre de 2015 el pueblo venezolano votó mayoritariamente por la integración opositora dándole una holgada ventaja sobre el grupo oficialista y, a partir de la instalación de la Asamblea Nacional el 5 de enero de 2016, las esperanzas de esa multitud abrumadora se volcó sobre el cuerpo legislativo, especialmente desde el momento en que el recién electo Presidente de la AN pronunció su discurso de toma de posesión, esperanzas que se multiplicaron luego de la intervención del mismo líder del Poder Legislativo cuando encendidamente respondió al Presidente de la República. 

Como era de esperarse, el Ejecutivo Nacional, en combinación inconstitucional y descarada con las Sala Electoral y la Sala Constitucional, se las ingenió para cercar al Poder Legislativo, primero eliminando a tres diputados electos, y posteriormente cortando las manos de los diputados en cuanto a la remoción de magistrados del TSJ, así como la limitación en las labores de interpelación de los funcionarios públicos. 

No obstante, la sitiada AN ha continuado sus labores y se ha dedicado afanosamente a presentar proyectos de leyes indispensables y necesarias para recuperar la democracia y el Estado de Derecho, tales como la Ley de Amnistia, de Referenda (o Referendums), de Propiedad de las Vivendas, y otros más que por no nombrarlas tienen importancia, como es el caso de la declaratorias de emergencia relativos a alimentos y productos farmacéuticos.

En paralelo, la vida cotidiana del ciudadano normal transcurre entre la inseguridad personal, la escasez de alimentos y medicinas y las largas colas para adquirir esos productos y, para colmo, con el racionamiento de agua y de energía eléctrica, sin que los votantes y los no votantes vean resultados que impliquen una reducción de los males que les afectan, limitándose a quedar como convidados de piedra en el fuego cruzado entre el Poder Legislativo por un lado, y por el otro el Poder Ejecutivo y sus sumisos soldados, el Poder Judicial, el Moral y el Electoral. 

Pero el tiempo pasa y no se ven los resultados esperados ni se acude hasta el lugar más remoto, donde hay al menos un votante, para decirle cuál es el trabajo que se está haciendo y las metas que se persiguen. Las informaciones de los medios, las declaraciones de los líderes oposicionistas no llegan a su destino, no permea hasta los más bajos estratos de la escala social, sino que se quedan en las laptops y tabletas de inquietos y preocupados ciudadanos con vocación de servicio. 

Todo ello está originando un malestar en aquel inmenso caudal de votantes del pasado 6 de diciembre, una desilusión que puede hacer que, en cualquier momento, esa euforia que nació alrededor del triunfo de la oposición, ese deseo de cambiar las cosas, desaparezca y quede en el sentimiento mayoritario una frustración de graves consecuencias para los mismos ciudadanos y para el país. 

La que este escribidor expresa no es una voz que clama en el desierto porque otros están manifestando sentimientos similares. Así, Alberto Medina Méndez (@amedinamendez) ha dicho: “Los que fueron elegidos tienen ahora que responder a la confianza de los votantes. La sociedad espera efectividad. No los juzgará solo por sus modos personales, ni por sus gestos. Eso solo será parte del anecdotario que jugará a favor, si todo resulta bien, y en contra si todo termina mal [..] .Si hacen las cosas adecuadamente y consiguen lo prometido, al menos parcialmente, el acompañamiento electoral estará presente inexorablemente. Si sus planes no se cumplen, si las expectativas no se ven reflejadas, no habrá ardid táctico que les evite futuras derrotas”.

 El tren pasa una vez, llegó el 6 de diciembre y desde el 5 de enero está detenido en la estación esperando a que los pasajeros suban para dirigirse a su destino. Se dejará pasar la oportunidad de subirse a él? 

1 comentario:

  1. Foto de perfil de Alfredo Coronil Hartmann
    Alfredo Coronil Hartmann
    Público
    1 min
    Este llamado, no por ponderado menos angustiado, que hace Carlos Sarmiento Sosa, a la lujosa mayoría que el pueblo venezolano instaló en la Asamblea Nacional, el 6 de diciembre pasado, lo compartimos todos los venezolanos ansiosos de libertad y democracia. Este tren fue el último, del descreimiento y la frustración no sale sino el cáos. Y el cáos vendrá ¡O corren o se encaraman!

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