EN POLÍTICA INTERNACIONAL LA IMPREVISIÓN NO ES EXCUSA.
por: Alfredo Coronil Hartmann
Los Jefes de Estado -aún siendo en muchos casos abogados de profesión- son primero políticos y, por hacer carantoñas a la galería, tienden a olvidar que los tratados internacionales y las leyes en general, no pueden ser casuisticas y deben prever situaciones y en consecuencia facilitar eventuales soluciones. Que no lleguen a utilizarse, no es un mal mayor, pero están allí.
Voy a citar dos casos de lo que afirmo, cuando en 1947, se firmó en Rio de Janeiro, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca -TIAR- se previó la posibilidad de intervenciones multilaterales de los Estados signatarios, en determinados supuestos de violación del Estado de Derecho. En la década del setenta, el Licenciado Luis Echeverría Álvarez, presidente de México y Carlos Andrés Pérez, en su primer período, inventaron eliminar el artículo que lo permitía, una de las razones para hacerlo fue que nunca había sido utilizado y que era una puerta abierta a las intervenciones imperialistas ( una intervención a lo Teodoro Roosevelt no requiere aprobación de nadie, la norma mas bien la frenaba). Podríamos responderles que las situaciones cambian con el día ¿ No sería útil tener esa instancia abierta ? Hasta como fuerza disuasiva, ante los despropósitos de hoy...
El otro ejemplo, nada teórico, cuando se discutió la nacionalización petrolera en Venezuela, el clima de pirotecnia verbal y los éxtasis nacionalistas estuvieron a la orden del día, y se cuestionaba la existencia del Artículo 5º del proyecto de Ley, que preveía la posibilidad de que el Estado venezolano pudiese hacer alianzas estratégicas, inversiones conjuntas, las llamadas "empresas mixtas", si -lease bien- estas llegaban a considerarse necesarias. Afortunadamente, entre tantos políticos, HABIA UN ESTADISTA, UNO SOLO, se llamaba Rómulo Betancourt, desempolvó su toga de Senador Vitalicio, y me hizo el honor de invitarme a acompañarlo al hemiciclo, allí defendió la necesidad de dejar abierta esa puerta a las imprevisibles circunstancias por venir. Ese discurso fue posteriormente recogido en un libro:" El Petroleo de Venezuela" que editó Seix Barral en 1978, dentro de la Colección de sus Obras Escogidas.
Así hoy, cuando el mundo ve, con incredulidad y asombro, las payasadas que el régimen de Caracas ofrece como vaudeville de feria de pueblo, desde cosas ridículas, pero inofensivas, como llevar como "regalo de Estado" a la China, una foto de Chávez Frías, famélico y con unas orejas de planeador, hasta la suma irresponsabilidad de jugar a la guerra con Colombia y Guyana "ambas las dos inclusive" diría algún intelectual del PSUV. Una OEA neutralizada por nuestra petropolítica exterior, niega el justo petitorio de Colombia...
Debo confesar que este "artículo" surgió de una nota que pensaba acompañara al artículo de Luis Daniel Álvarez V, "Pobre OEA" y me fui extendiendo mas de lo conveniente. Salud
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