14 de septiembre de 2015

CON EL PRETEXTO DEL 74 ANIVERSARIO. Por: Alfredo Coronil Hartmann, pararescatarelporvenir.blogspot.com 13/14 de septiembre de 2015

No sin vencer un hondo dolor, ante el panorama de la AD de hoy, me dispuse a hilvanar unas ideas sobre los orígenes y el devenir del partido. Quienes hemos practicado consistentemente el periodismo vamos desarrollando, con los largos años de práctica -en mi caso más de cincuenta- la tendencia automática a escribir la cuartilla y media que se nos pedía, el tema y las experiencias acumuladas no me permitieron que me autolimitara, decidí, y así se los iré entregando, ir trajinando el tema y publicarlo por partes. Salud

ACH

Itaca 13 y 14 de septiembre de 2015.
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CON EL PRETEXTO DEL 74 ANIVERSARIO.

Por: Alfredo Coronil Hartmann.

Hoy, es trece de septiembre, para los militantes y exmilitantes de Acción Democrática –que son muchos más- tal día como hoy se fundó “el partido del pueblo” en el año de 1941. Para quienes nos adentramos en su historia, la verdadera fecha de su fundación debería ser el 14 de febrero de 1937, en la cual se constituyó, en la clandestinidad,  el Partido Democrático Nacional –PDN- génesis programática y organizativa de un movimiento político, que después de complicadas y azarosas separaciones y deslindes, bastante complicadas y a ratos dolorosas, condujo la lucha clandestina contra el régimen del General en Jefe, Eleazar López Contreras, cuyo jefe de policía en Caracas, era un oriental, nacido en Guiria, que alcanzaría una siniestra celebridad durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se llamaba Pedro Estrada.
El PDN surgió en pleno auge de lo que los politólogos llamamos coloquialmente el “frentepopularismo” era la tendencia universal para esos tiempos, crear movimientos plurales de las fuerzas de izquierdas o progresistas. En China el Dr.Sun Yat Sen había creado el Kuomingtan, España y Francia vivieron las victorias electorales de sus “Frentes Populares”, en el subcontinente latinoamericano vimos la creación del Frente Popular Chileno, que llevó a tres dirigentes del Partido Radical, apoyados por comunistas y socialistas, a la presidencia de la República: Pedro Aguirre Cerda, Antonio Rios y el pintoresco Gabito –Gabriel Gonzalez Videla- quien reventó la piñata, ilegalizó el Partido Comunista y decreto la moratoria de la deuda externa. Colombia continuaba con su bipartidismo liberal/conservador y México en la interminable hegemonía de un partido de nombre irreconciliable: Partido Revolucionario Institucional, hoy regresado al poder.
En ese contexto y disuelta por orden ejecutiva “Organización Venezolana”, los líderes de ORVE aliados con los comunistas, crearon el PDN, su primer Secretario General fue Jóvito Villalba y el Secretario de Organización Rómulo Betancourt. La presencia comunista aunque minoritaria era importante, pero era imposible conciliar las exigencias de una lucha clandestina, cuando uno de los elementos de sustentación estaba limitado por las directrices de Moscú, así el pacto Ribbentrop-Molotov terminó por sellar la ruptura, los comunistas se aliaron al gobierno del General Medina Angarita y el PDN continuó en la clandestinidad.
  Medina creó, por una circular del ministerio del Interior, su propio partido, el -PDV- en el confluyeron intelectuales y figuras destacadas de los sectores más conservadores, tanto que se hablaba de “el ala dorada del PDV”, viejos gomecistas de todos los niveles y aquel empresariado primario, casi pulperil, que apenas empezaba –igual que el país todo- a abrir los ojos al mundo, en lo personal Medina, no obstante su pasta de buena condición humana, tuvo una marcada admiración por el “Duce” y hasta copió atuendos y gestos de Mussolini, sin ser en absoluto represivo, en ese estira y encoje de la política internacional, entre la política del buen vecino de Franklin Delano Roosevelt y sus nostalgias de los manerismos del Palazzo Venecia, se fue, muy lentamente, abriendo paso la posibilidad de la legalización del PDN.
El Gobernador del Distrito Federal, Dr. Luis Gerónimo Pietri, hizo pasar por las más rigurosas horcas caudinas al partido, hasta los hizo cambiar el nombre de la organización, así, fue un impulso súbito de Ricardo Montilla, el que propuso “Acción Democrática” en lugar del ya asentado y reconocido Partido Democrático Nacional.
Los años de lucha política legal, aun constreñidos a una legislación electoral excluyente y amañada, fueron ricos en realizaciones, en debates, en propuestas. La Ley Petrolera de 1943, entre ellos, el “Voto Salvado” de la minoría parlamentaria, presentado en la cámara, por el joven abogado tributarista, Juan Pablo Pérez Alfonzo, quien hacía sus primeras armas en el campo del oro negro, con las correcciones de puño y letra de Rómulo Betancort, hicieron historia.
Luego el 18 de octubre de 1945, donde agarramos por los cachos al toro de la Historia y convertimos un golpe de Estado en una revolución. Pero no una empresa de loquitos inspirados, AD llegó al poder con un esquema de país y lo adelantó exitosamente, tanto que después de la caída de Gallegos (fue mas una caída que un derrocamiento) y mientras Carlos Delgado Chalbaud presidió la Junta Militar, mal que bien se continuaron en buena medida, aún Pérez Jiménez no pretendió revertir totalmente políticas diseñadas e implementadas en el trienio.
Pero, como lo que se conmemora hoy es el 74 aniversario del partido, ocupémonos de él. ¿De dónde salió? Quienes lo integraron, Venezuela era para 1936 o 1937 un país agrícola y ganadero fundamentalmente, los núcleos obreros, muy incipientes, estaban geográficamente muy distantes unos de otros. Se comprenderá que el dogma marxista de la “clase obrera” no pasaba de ser un slogan y el policlasismo, además de acertado y conveniente, una necesidad.
La formación de los cuadros dirigentes, fue una preocupación permanente de los fundadores, que se atendía aún en plena clandestinidad, aún en la clandestinidad a la dictadura cerril y despiadada de Marcos Pérez Jiménez (1950-58) durante la cual la orden expresa y conocida era asesinar a la dirigencia adeca, por eso los resistentes llamaban a los dos años de Carlos Delgado Chalbaud (1948-50) la dictablanda, para diferenciarlos de la dictadura plena, sin frenos ni contemplaciones. Pero, en esa larga marcha, hasta el 23 de enero de 1958 se fueron quedando grandes baluartes intelectuales y políticos, Válmore Rodríguez muere en el exilio en Chile, Luis Troconis Guerrero en Centro América, Andrés Eloy Blanco en un absurdo accidente en México, la Seguridad Nacional dirigida por el psicópata Pedro Estrada liquidó virtualmente a la llamada generación de 1936, “los muchachos” como con paternal ternura los llamaba Betancourt, los había preparado para el relevo, eran el relevo…
El “estratega virgen” como llamaba Rómulo –en burlona alusión al océano de condecoraciones y entorchados que usaba- a MPJ, dejó el país muy deteriorado, una deuda interna enorme y una infraestructura casi sin tocar, la prioridad era lo que se viera y retratara para publicidad, las obras se inauguraban cada 2 de diciembre, estuviesen o no terminadas, la metáfora que utilizo para retratar al país a su regreso del exilio fue exacta: “Venezuela en un país con pumpá (chistera) y descalzo”.
El retorno al poder, en esas condiciones, dejaba poco campo de acción para la labor organizativa e ideológica, fue necesario purgar los cuadros juveniles que en la lucha clandestina se habían confundido con las ideas y prédicas marxistas, su separación del partido produjo el fortalecimiento de dirigentes y tendencias de corte puramente pragmático, sin el menor aliento ni preocupación doctrinaria, de ellos surgió la segunda división del partido. Del 49.3% que había obtenido Betancourt, con mayoría en ambas cámaras, el Dr. Raúl Leoni ganó su presidencia con 32 ó 33%.
Mientras tanto la organización se burocratizaba y tendía cada vez más a la desviación clientelar. Esa desviación burocrática, esa “maquinaria” sin alma ni emoción logró engatusar a uno de los más queridos y brillantes dirigentes de AD, el hombre que codo a codo con Betancourt había ido fundando el partido en los más apartados rincones del país, Luis Beltrán Prieto Figueroa, casi un santón, un “San Francisco de Asís laico” lo llamaba mi mamá. Desgraciadamente en lo personal, afortunadamente en lo político, la dura lección de Rómulo Gallegos, había sido asimilada, Prieto carecía de la mínima ductilidad sin la cual es imposible gobernar. Allí la división fue vertical, no hubo un estamento del cuerpo partidista que no pagara su cuota de afecto al gran compañero. Ya no era la ortodoxia enfrentada al desviacionismo, era el desviacionismo escudado tras la fachada de uno de los más conspicuos jefes de la ortodoxia
Fue necesario el peso de Betancourt, la gran influencia de Leoni en el sector sindical, la maquinaria betancurista liderada por Carlos Andrés Pérez, para ganar “por una nariz”, en la seccional Cumaná, la candidatura presidencial, todo ello para un hombre brillante, culto, esplendido parlamentario, conocedor de los vericuetos de la política internacional pero incapaz de despertar emociones y lealtades, afectivamente frio. No obstante todas esas desventajas de su carácter, apenas perdió las elecciones por algo más de treinta mil votos…



2 comentarios:

  1. Rómulo Betancourt, me insistía, con esa constancia de la cual el solo era capaz, en que yo debía escribir la Historia de Acción Democrática, en mi fuero interno nunca estuve convencido de ello, me resistía y me resisto aún, por muchísimas razones. Hoy, que ya es casi un tema arqueológico, no lo descarto del todo. Será como una Historia de la Adlantida, habrá que decir aquí hubo un continente y de Venezuela, aquí existió un país. Dios no lo permita...

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  2. Creo que escribir la Historia de Acción Democrática, es un compromiso moral con Rómulo Betancourt y con la historia política. Las generaciones posteriores a las del 28, que vivimos y nos formamos en el país moderno, no podemos perder y desconocer esos acontecimientos que formaron nuestra Venezuela y que se encuentran en el ADN de cada uno de nosotros...

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