INTERNACIONAL
La oposición teme un gran baño de sangre en Venezuela
HERMANN TERTSCH / ENVIADO ESPECIAL A CARACAS
Día 19/09/2015 - 16.57h
Llama a la población a que se vuelque en la gran manifestación de protesta por la condena a Leopoldo López
La dirigente opositora María Corina Machado llamó ayer a la participación en la marcha de hoy en Caracas a favor de la liberación de Leopoldo López. Y advirtió a la sociedad venezolana y a la comunidad internacional de que el régimen chavista prepara una batería de trampas y engaños para manipular o suspender parcial o totalmente las elecciones y en caso necesario recurrir a a la violencia. «Esto es una dictadura militarista y mafiosa dispuesta a todo por preservar el poder».
Coincide así Machado con diversas fuentes políticas y diplomáticas en Caracas que excluyen una transición pacífica en Venezuela después de estas elecciones fijadas para el 6 de diciembre. «No habrá elecciones si la gente de Maduro ve que las pierden por un margen que no puedan eliminar por fraude». También prepara la posibilidad de suspenderlas parcialmente en determinadas regiones con un fuerte arraigo de la oposición. «Esta es una fórmula preparada por los cubanos», asegura María Corina. Nadie excluye a estas alturas un serio derramamiento de sangre en un país que ya es uno de los más violentos del mundo, con 25.000 asesinatos al año. Según Machado, hay hoy una mayoría amplísima a favor del cambio en Venezuela, pero este tendrá que enfrentar a una cúpula del régimen que, acusada de estar implicada en muy serios crímenes, en particular en el narcotráfico, tiene un dificilísimo porvenir fuera del poder.
Machado no solo pide mayor atención a la comunidad internacional. También aplaude los últimos gestos europeos, especialmente los de los españoles Mariano Rajoy y Felipe González, a favor de Leopoldo López, sino que demanda el definitivo fin a quince años de condescendencia de las democracias hacia el régimen chavista. Una actitud que se mantiene en Latinoamérica, como mostró la débil reacción de rechazo por la condena al líder opositor encarcelado. Ella subrayó que los venezolanos luchan solos contra la peor fuerza de un movimiento internacional enemigo de la democracia, que es el llamado «socialismo del siglo XXI». Y que sufre toda Latinoamérica, pero ahora también España conPodemos. «La comunidad internacional ha sido muy benevolente con este régimen que es un peligro para todos», según Machado. También Marcel Granier, el propietario de Radio Caracas Televisión, silenciada y expropiada por Chávez, está convencido de que Maduro solo dejará celebrar las elecciones si le bastan sus manipulaciones para ganarlas. «Una salida pacífica es muy difícil. Este régimen forajido se radicaliza cada vez más. Y la comunidad internacional debe prestar mucha atención a lo que está pasando porque aquí hay una tragedia anunciada. Puede ser inmensa y puede ser que ahora que están todos pendientes de los refugiados en Europa no vean que aquí puede haber otra gran crisis de desplazados no menor. Fuera de aquí no parecen ser muy conscientes de la tragedia que se está anunciando aquí».
María Corina, la diputada más votada de Venezuela, se halla en una situación de libertad precaria, con prohibición de viajar al extranjero y una inhabilitación como diputada decretada personalmente por el presidente de la Asamblea y «número dos» del régimen Diosdado Cabello. La dirigente de la oposición fue expulsada a golpes del Parlamento y resultó seriamente contusionada. Ahora está volcada en recorrer todo el país para pedir el voto para la lista unida de la oposición, que por primera vez en quince años aparece como victoriosa por amplio margen en todas las encuestas electorales.
«Juicio farsa»
López fue condenado a casi 14 años de prisión por su supuesta implicación en la muerte de 43 manifestantes durante las revueltas contra el Gobierno de Nicolás Maduro en lo que ha sido calificado internacionalmente como un juicio farsa. Machado manifestó que «va a ser la ciudadanía venezolana la que libere a López».
Granier, por su parte, ha cosechado una gran victoria en la Corte Interamericana de derechos Humanos, órgano judicial de laOrganización de Estados Americanos (OEA), que le dio la razón en su denuncia al Estado venezolano por la expropiación y cierre de Radio Caracas Televisión en 2007. El golpe contra el grupo de Granier fue el más duro y decisivo en la campaña chavista por acabar con las voces críticas con el régimen de relevancia. Con sus generosos regalos a los medios próximos y su acoso económico y político a los críticos, el chavismo logró crear un panorama mediático en el que las denuncias al régimen apenas tienen eco en la sociedad. Granier ha cosechado una victoria de momento solo moral. Pero lleva muchos años luchando en la vanguardia contra el sueño chavista de un mundo periodístico uniforme y controlado. Ayer decía a ABC que el régimen ha demostrado que, lejos de mostrar disposición a la enmienda, se ha radicalizado y está decidido a aplastar al discrepante. «Tenían una gran oportunidad de acatar la sentencia. Pues no. En 24 horas, el presidente de la Asamblea, Cabello, ya había anunciado que no la respetarían. Y 24 horas después el Tribunal Superior de Justicia decía lo mismo».
Granier advierte sobre el «vertiginoso deterioro de la situación en la economía, en la seguridad y en todo. En un país donde ya se está viendo que mujeres van sin ropa interior a las colas para hacer las necesidades con más facilidad». Este es el dramático retrato de la situación de este detractor del chavismo.
El otro alarmante frente abierto es la crisis fronteriza con Colombia. «En un país en el que no sabemos cuántos colombianos hay, si cuatro o cinco millones, estamos provocándolos y marginándolos», denuncia este empresario, que cree que el pulso a Bogotá «es una locura» que «puede ser origen de un desastre». Fuentes diplomáticas también se muestran muy alarmadas por la estrategia temeraria de Maduro. «La irresponsabilidad con los aviones de combate demuestran que aquí puede producirse cualquier disparate». Pero hay más. Ahora se ha reabierto un conflicto fronterizo con Guyana que revela las ganas de agitar la demagogia populista patriótica, pero sobre todo las ganas de distraer. Durante años se había olvidado el conflicto porque Guyana ayudaba a conseguir votos de pequeños estados caribeños en la OEA. La situación se agrava por el hecho de que el régimen está desesperado pero además ciego. No solo se han dejado de publicar datos estadísticos es que ya ni se elaboran. Y el propio régimen desconoce la información de lo que dispone. «Sin datos no pueden tomar ninguna decisión correcta», concluyen las mismas fuentes.
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