PARA MIS
AMIGOS
A propósito de la sentencia
POR: Joaquin
Chaffardet
La condena de Leopoldo López me ha producido, como a cualquier demócrata,
una profunda indignación y sensación de impotencia. Curiosamente, lo primero
que me vino a la mente fue la llamada que recibí de un gran amigo, quien
sorpresivamente me reprochó haberme ido del país y no someterme al juicio
militar, que se me abrió en Abril de 2007, sin razón ni prueba alguna, por
órdenes del ahora “líder” democrático, Raúl Isaías Baduel entonces Ministro de
la Defensa.
Someterse a la “justicia” de la dictadura chavista es suicida: en las
dictaduras no hay justicia, si hubiese justicia no serían dictaduras.
Por mi experiencia profesional en numerosos enfrentamientos con el régimen
en los “tribunales” venezolanos y por mi convicción, desde de que la jauría
chavista llegó al poder, de que enfrentábamos a una dictadura, me hizo tomar la
decisión de salir del país y no someterme a la “justicia” chavista y menos aún
la servil “justicia castrense-chavista”.
Hoy más que nunca creo que tomé la decisión correcta para mi familia y para
mí. Decisión que ha significado la pérdida del modestísimo patrimonio familiar
producto de muchos años de trabajo. Pero, evidentemente, es mejor la pérdida
patrimonial que la pérdida de la libertad y el sometimiento de mi familia a las
humillaciones del régimen. Por otra parte, nunca le daría a la jauría chavista
la satisfacción de tenerme entre rejas y, literalmente, arrojarme mierda como
les han hecho a Leopoldo López, a Ceballos y a otros presos políticos.
De allí que la decisión de Leopoldo López, a quien respeto y admiro por su
tesón y valentía, de entregarse a la “justicia” chavista me sorprendió. Nunca
pasó por mi mente que Leopoldo recuperaría su libertad. Sabía que su reclusión
terminará el día en que el régimen forajido sea desplazado del poder, lo que
todavía tiene fecha incierta, pero tan segura como que el sol sale cada día. La
decisión de entregarse fue una decisión muy personal de Leopoldo y él tendría
sus razones para correr tamaño riesgo y las decisiones personales, en la medida
que no afecten a los demás, debemos respetarlas.
Algunos dirigentes opositores tienen sobre sus conciencias parte de
responsabilidad sobre la suerte de López. En efecto, sus absurdas discrepancias
con López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, porque asumieron la
responsabilidad de enfrentar a la dictadura en la calle, los llevaron a dar
argumentos y a proferir insidiosas críticas que luego utilizaría el régimen
para justificar su encarcelamiento y condena y de paso ahogar el movimiento
libertario de los estudiantes con su presencia en el “diálogo” de Miraflores.
El régimen supo que tenía mano libre.
La lucha de calle es un método de lucha legítimo e indispensable para
desplazar la dictadura del poder por cualquier vía, incluida por supuesto la vía
electoral. Nada mejor para lograr una votación masiva que incorporar a la
población a la lucha callejera contra la dictadura. Nada mejor para ponerles
los puntos sobre la íes a las “madamas” del CNE que el pueblo en la calle. Es
lo que la subversión llama “gimnasia revolucionaria”.
Así como creo que es una locura o cuando menos una ingenuidad someterse a
juicio en un tribunal del chavismo, creo firmemente que hay que votar,
preferiblemente tras un ardoroso período de “gimnasia revolucionaria” en las
calles. El voto es la única arma que tenemos los civiles hasta ahora
desarmados. Las condiciones están dadas: escasez, colas, hambre, humillaciones,
represión, etc. Lo que hace falta como diría Mao Tse Tung, es la “chispa
encienda la pradera”. Sería la mejor respuesta de los venezolanos a la
sentencia contra Leopoldo y advertencia al régimen forajido en caso de
pretender alterar y desconocer el resultado de las próximas elecciones.
Para ello, se necesita comenzar a “llamar al pan, pan y al vino, vino”, y
referirse al régimen chavista como lo que es: una DICTADURA vulgar y silvestre.
Es una obligación ciudadana, y si se quiere constitucional, denunciarla y
llamar a la población a enfrentarla desde ya y en todos los terrenos y con
verdadero ánimo de derrotarla. Y en caso de que finalmente se produzcan las
elecciones parlamentarias, un compromiso y un llamado de la oposición a
defender los votos en la calle. Los votos no se defienden con música de salsa y
cumbias a todo volumen, se defienden en los centros y mesas de votación y
particularmente en la calle. Cierto que es riesgosa la defensa del voto en la
calle, pero más riesgosa para los venezolanos es la dictadura de los
delincuentes e incapaces entronizada en Miraflores.
La desconfianza de millones de venezolanos en CNE y la convicción de que el
régimen tratará de escamotear la victoria opositora en las próximas elecciones
parlamentarias debe convertirse en un acicate para llamar a los venezolanos a
votar y derrotar el fraude y la dictadura. Seguir con la política de no
denunciar y enfrentar públicamente las trapacerías del CNE es contraproducente,
pues hace aparecer a la oposición como cómplice del régimen.
JOAQUIN F.
CHAFFARDET
@jchaffardet
Alfredo Coronil Hartmann
ResponderEliminarCompartido públicamente. - 22:30
La atrocidad ilegal de la sentencia, contra el Dr.Leopoldo López Mendoza, ha indignado al país nacional y dejado mudo a un "país político" fofo y poltrón, comprensiblemente sospechoso de tos los desmanes.