NO SOLO EL PREMIO DE LA FAO ES MENTIRA.
por: Thays Peñalver
Rómulo Betancourt a diferencia de los chavistas, soportó atentados
verdaderos y mejoró el consumo de carne, sin
maquillar estadísticas.
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No hay nada más idiota que repetir como loros lo que escuchan o leen los chavistas en sus propios titulares. ¡Gracias a Chávez ahora comemos carne los venezolanos! Y ¡Gracias al chavismo ahora ocupamos el puesto que ocupaba Japón en Educación porque hay millones (y millonas) de estudiantes universitarios, aprendiendo un montón de los millones de “libros y libras” que publica la revolución!. Todo esto, como el asunto lo de la pobreza y el analfabetismo, no es otra cosa que cifras infladas en las estadísticas para tratar de vender una realidad distinta en Venezuela.
Fue Rómulo Betancourt un verdadero hombre contra quien se cometieron atentados reales y Rómulo jamás chilló como cochino cuando salvajes y reales ejércitos armados le hacían oposición y lo querían tumbar éste se ocupaba de gobernar y además escribía: “El boletín económico para América Latina editado por la CEPAL (1956) aportó cifras y conclusiones que constituían crítica implícita a la ausencia de interés oficial (…) porque aparece con un consumo per cápita de carne de apenas 28,4 kg por año” (CEPAL pág. 50 cuadro 1)
Después de Betancourt vendría Leoni quien logró gracias a las políticas de prohibición de exportaciones a las Antillas y una política agroindustrial coherente aumentar el consumo a 29,1 Kg (CEPAL 1966, pág. 18) siendo “atendido por la producción doméstica en un 92,5%” y continuó, de acuerdo a la CEPAL hasta al menos el período 1978-80 “en un consumo per cápita de 26 kg (promedio), con el problema que “aumentó la dependencia del comercio exterior para suplir el consumo (85,8% producción nacional)” (CIAT 1982, CEPAL 1980-82).
Para 1996, luego de 5 años de los peores indicadores de consumo gracias a la infame recesión de proporciones históricas en muy buena parte causada por el proto-chavismo, con un barril que promedió quince dólares durante ocho años seguidos, luego de caracazos, dos golpes de estado, amenazas de guerra con Colombia, la remoción de un Presidente y la inestabilidad institucional; las cifras de la FAO daban cuenta que la producción de carne volvió sobre los veinte kilos entre los años de 1997 hasta 1999. Así que la primera mentira del chavismo fue decir que el venezolano comía nueve kilos de carne al año cuando en realidad comía veinte kilos, que era además la media de consumo de la Unión Europea para la fecha. (La agricultura de la Unión Europea. Datos estadísticos y económicos (1990-2003).
Más allá de la idiotez decimonónica de que comer carne traerá el desarrollo y no la leche materna, una dieta balanceada y bastante educación pero de la buena, hay un axioma importante y es que de acuerdo a las cifras chavistas revolucionarias, tanto en la FAO, como en el INE y en el INN, si el venezolano comió perrarina en los años noventa entonces tuvo a juro que comer perrarina durante los primeros diez años del chavismo, porque sencillamente comía lo mismo que en 1999. Solo cuando estalló el boom petrolero y el barril llegó a 150 dólares fue cuando el chavismo importó la carne y ahora se ufanan por que comemos esa proteína animal. Pero como bien lo dice la FAO, y esa es la estadística que oculta el chavismo, la producción venezolana de carne ha caído desde los veintitrés kilos año por habitante, a nada menos que a catorce kg/año. Así que de los treinta kilos con los que se ufana el chavismo, dieciséis son importados.
De tal modo que es cierto, el venezolano come carne en el chavismo, el 40% es venezolana y el 60% es argentina, uruguaya, brasileña y diecinueve mil toneladas de carne son nicaragüenses, para mayor vergüenza de la insistente estupidez revolucionaria. Y hoy, cuando necesitamos hasta el último dólar, la pregunta es: ¿Podrá el chavismo comerse, sus propias mentiras? Porque carne venezolana, ya no hay.
este es un artículo para divulgar la verdad histórica, gústenos o no.
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