ORA Y LABORA
opinión
Alerta: El colaboracionismo tampoco paga
10 Agosto, 2015
Porque al igual que el crimen y la traición, el colaboracionismo siempre termina “castigando” a sus “cómplices”, permanentes o eventuales. Una elemental lección política que el común de los partidos demócratas criollos integrantes de la oposición colaboracionista nacional se niegan a aceptar, aun padeciendo en “carne viva” el alto costo político de sostener esa práctica non sancta.
Veamos. A partir del fraude electoral socialista de 2004 en ocasión del Referendo Revocatorio Presidencial, el colaboracionismo y la traición del común de los partidos políticos demócratas criollos se hizo evidente a través de un discurso político de cohabitación con la dictadura socialista en gobierno, ya oficializada con la masacre del 11 de abril de 2002. Dicho discurso de colaboracionista y traidor, siempre apoyando el disfraz democrático del régimen, viene acompañado de un accionar electoralista caracterizado por la obsecuencia ante las violaciones constitucionales de naturaleza comicial, emblemáticas de toda elección bajo gobierno socialista.
Es en ese escenario de claudicación y complicidad donde no faltaban las acciones jurídicamente formales para que el Tribunal Supremo de Justicia, -órgano judicial al servicio del socialismo y su dictadura- interviniera en las disputas internas de los partidos demócratas, en la idea absurda de un fallo favorable.
Sentencias que ciertamente podían beneficiar coyunturalmente al demandante, pero que en lo políticamente trascendente solo servían para allanar el camino a la actual tragedia de esa oposición colaboracionista nacional, cuando el Poder Judicial del régimen se ha dedicado a intervenir las directivas de partidos políticos demócratas en vísperas de una campaña electoral que se vislumbraba contraria al socialismo y su dictadura.
Así entonces la lección luce evidente: más allá de la moraleja bíblica sobre la perenne negación a buscar como juez al reconocido enemigo, en tiempos de dictadura la condena discursiva y un accionar consecuente, frente a todos los órganos públicos dependientes de un régimen inconstitucional, debe ser parte esencial del credo opositor para quien se considere tal, lo contrario es exponerse a lo presente en Venezuela: Una colosal mayoría político-electoral en repudio al régimen gobernante, que sin embargo tiene en su dirigencia política al gran obstáculo para consolidar el cambio por vía constitucional.
Es necesario contar con un liderazgo demócrata en capacidad de llamar las cosas por su nombre, que mediante un discurso valiente y auténtico haga sentir vergüenza a todo aquel venezolano que en modo alguno siga siendo capaz de apoyar la continuidad del socialismo y su dictadura, pues la realidad lo describe como el cómplice de un crimen: nos están matando de hambre, enfermedad y a manos del hampa.
De continuar con el guion del martirio y la aceptación silente por parte del liderazgo demócrata actual, frente a la criminalidad del socialismo y su dictadura, la desconfianza y la incredulidad ganarán terreno en medio de nuestras filas, diezmando la confianza en nuestra propia fuerza política como mayoría popular para el momento de enfrentar los venideros intentos de fraude y dominación, típicos de esta ideología esclavista. Fuera Nicolás Maduro, y venga la observación electoral de la ONU y la Unión Europea. Ora y labora.
Etiquetas: Ronny Padrón
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