16 de agosto de 2015

"Los Fondos Buitres comen socialistas". Por: Thays Peñalver, NOTIMINUTO 16 de agosto de 2015 / pararescatarelporvenir.blogspot.com


"Los Fondos Buitres comen 


socialistas".

Uslar Pietri tuvo razón: Venezuela tiene cultura de campamento y el 
chavismo gastando más de lo que entra encaja en esta definición
Publicado en: Opinión
 Por: Thays Peñalver

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Debe ser poético verle la cara a Giordani hoy, con los resultados de los 600 millardos “invertidos en el pueblo” que hace colas masivas para comprar un pollo. ¿Qué productividad fluyó de semejante inversión social?, ¿Cuál fue el desarrollo alcanzado con “la mayor inversión social de la historia de América Latina”?. Hoy cuando los “mayores logros” de la revolución están, ya no siendo objetados, sino que “La verdad, ¡ya somos casi el hazme reír de América Latina!” (Giordani dixit) vale la pena decir que todos los logros supuestamente alcanzados fueron una mentira, no porque en su momento no fueran alcanzados, sino porque simplemente eran insostenibles en el tiempo. Porque con un barril a 150 dólares, alcanzar las metas del milenio a realazos fue simple, pero con uno a 30 dólares volvimos a ser lo mismo de siempre, unos pobretones con ínfulas de grandeza.
 Los mismitos de toda la vida. Maturineses, zulianos o caraqueños que, una vez cada 20 años, cuando aumentan los precios del barril artificialmente, nos creemos texanos. Una historia que se nos repite constantemente y la repetimos no porque la olvidamos, sino porque siempre nos ha venido a gobernar, independientemente de su ideología, quien nunca aprendió de la historia, porque no podía aprender. Por eso y como dijo Cabrujas: “Venezuela toda es un campamento y además tiene una cultura de campamento”. 
 Si nos ponemos a ver, desde 1939 hasta 1973 el barril -ajustado a la inflación- había promediado toda la vida unos 2 dólares. De hecho, cuando Carlos Andrés Pérez fue electo el 9 de diciembre del 73 el barril estaba en $4,26 ($25 de hoy). De pronto y como por arte de magia alcanzó los 44$ en apenas 8 meses y también de pronto y mucho más mágico aun, todo el mundo en Venezuela, se volvió adeco y compañerito.  Cuando Luis Herrera Campins fue electo en 1978, el barril había promediado unos 50 dólares (14 de la época) y nada más entrar alcanzó la locura de los 107 dólares entregándose todos a la locura extrema. 
 Pocos fueron los venezolanos que alzaron sus voces contra la chifladura y él despilfarro ocurrido, como bien lo explicaba Uslar Pietri: “Las pocas voces que se alzaron ante aquella loca carrera al desastre no tuvieron casi eco. Era demasiado grande la tentación de la vida regalada y del consumismo estéril”. La verdad es que poco se podía hacer, porque como bien lo continuó explicando, los partidos políticos: “no actuaron solos y a espaldas de la colectividad nacional. Los venezolanos, en su inmensa mayoría, participamos en una u otra forma, en ese trágico carnaval. La burocracia parásita, los empresarios que encontraron lucrativo y fácil vivir de favores del Estado, los que contrataban con el sector público, todos los que, en una u otra forma, se beneficiaron de ayudas, dádivas, préstamos sin base, subsidios de toda índole y de la varita mágica del dólar barato”. Pero un día, tal y como llego la bonanza, desapareció.
 Quince años, muertos de hambre y desesperación le costaron a Venezuela aprender de sus errores y en la Constitución de 1999 subieron todas las leyes creadas para proteger a Venezuela en el hipotético caso de que volviera a ocurrir una bonanza. Y de allí, todas las leyes orgánicas creadas frente a la hambruna quedaron plasmadas en el estupendo 321 de la Constitución, en el caso de que nos volviera a ocurrir,  tendríamos un “fondo de estabilización macroeconómica destinado a garantizar la estabilidad de los gastos del Estado, ante las fluctuaciones de los ingresos ordinarios”. 
 Así que cuando un revolucionario te diga que el problema es que bajaron los precios del petróleo y que la crisis se debe a eso, debe saber que es la 178ava violación constitucional. Pues la constitución los obligaba a que a partir del precio del barril establecido en el presupuesto, el excedente debía a ir a ese fondo de contingencia para cuando bajara el barril, más claro que eso imposible. Si en el presupuesto estaba establecido un barril a 40 dólares y el barril costaba 100, pues al menos sesenta dólares debían ir al Fondo para garantizar el futuro de los venezolanos.
 ¿Qué cuanto dinero debía estar hoy en ese fondo, ordenado por la Constitución y de obligatorio cumplimiento? Nada menos que 428 millardos de dólares. Hoy, con el presupuesto a 60 dólares y el barril a 40, pues simplemente bastaría con apelar a unos pocos dólares de ese Fondo, como están haciendo todos los países petroleros civilizados. Pero: Venezuela toda es un campamento y además tiene una cultura de campamento” y pronto, si no se toman las medidas adecuadas, Venezuela conocerá a su peor enemigo, el fondo buitre. Aquel que le importa un comino de cual ideología se trate, porque come de todo y en especial, le encanta el sabor de los socialistas

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