DESDE EL INTERIOR
por: Bernardo Conde
Este artículo de prensa lleva la impronta de una crónica de viaje recién salida del fogón. La cruda óptica del peregrino actual en una Venezuela desgarrada de punta a punta. Desde el Centro a la Periferia. Desde la superficie hasta lo más profundo del alma.
Aún, a pesar de todas las dificultades, todavía Caracas es la consentida del régimen por ser la Capital, asiento del Poder, pero en el INTERIOR hay desespero. Muchas carencias. Sentimiento de haber sido abandonados a su suerte, por unos y por otros. Y eso es muy peligroso. La gran masa sin liderazgo es presa fácil del pánico y capaz de grandes arrebatos…
Además de la inseguridad que es endémica y de alcance nacional con un pico en el Municipio Libertador, la falta de comida es notoria y hasta dramática. Colas por todas partes, gentíos arremolinados alrededor de los centros de éxpendio para luego salir, después de horas de vigilia, con una bolsita en la mano conteniendo algo de jabón en polvo, un paquetico de alguna otra cosa y mucha desazón. Caras largas donde se expresa el cansancio, la burla y la frustración. Transpira la rabia. La gente haciendo colas desde la madrugada, los trabajadores y empleados pidiendo días libres al patrón para salir a comprar alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad. Se acabaron los días de descanso para el esparcimiento y el disfrute familiar. Estos son dedicados a proteger el abastecimiento del núcleo y la seguridad de la prole.
Las familias de Caracas tratan de ayudar a los suyos en el Interior, enviando desde encomiendas hasta cargamentos completos rellenando valijas, morrales y maletas para dizque disimular…Luego se pondrán de acuerdo para transferirlos en algún punto intermedio del camino y salir huyendo sin siquiera pararse a comer un bocado, no vaya a ser que la Guardia les decomise la comida que con tanto esfuerzo consiguieron y entregaron.
Ya las lineas de autobuses tomaron medidas restrictivas. Tal es el caso de Aeroexpresos Ejecutivos que limita la cantidad de productos básicos de alimentación e higiene en equipajes de los pasajeros (http://bit.ly/1hXdREB pic.twitter.com/uifl3Fh0iZ). La Guardia Nacional ha establecido alcabalas móviles para inspeccionar los vehículos, particulares y buses, para evitar que transporten alimentos e insumos de primera necesidad de un punto a otro de la geografía nacional. Los decomisan. ¿Libre tránsito constitucional de mercancías lícitas? Parece mas bien la arbitraria decisión de una autoridad malpuesta o la avidez por hacerse con algo de lo que también carecen. ¿Habrán impuesto cuotas mínimas de captura para beneficio de la “superioridad” y sus familiares a costa del hambre y la necesidad del pueblo? Presenciamos el registro exhaustivo bajo la excusa de la búsqueda de droga hasta en los cauchos, pero a una humilde familia le estaban desmantelando su carro, a la vista de todos, incluyendo la revisión de los parales de la carrocería.
Disminuimos la marcha ante las cerradas curvas y la cola de vehículos que se estaba formando. Allí, a la vera del camino, yacía un camión que desbocado fue a dar mas allá de la cuneta. Ya se había concentrado la poblada en posiciones estratégicas y poses listas para la rapiña. Llegó un contingente de unos 30 componentes del Ejercito, al estilo de “Los Cazadores”, con sus sombreritos de selva, blandiendo sus rifles automáticos, desplegados y listos para contener a los saqueadores de carretera. Por hoy “la pesca milagrosa” había sido abortada, pero el peligro en las curvas sigue latente. Basta un sorpresivo obstáculo para descarrilar al mas experto chófer.
NO HAY es la expresión más escuchada en todas partes. La ciudadania está arrecha. NO HAY tampoco autoridad ni Ley. La población se toma la Justicia por sus manos. Los linchamientos a delincuentes se han registrado en varias partes del país. Los descuartizamientos también. Nueva modalidad criminal. Algo satánico. Retrocedemos aceleradamente a la barbarie, a la Ley del Oeste, o peor. Al imperio del “Pranato”, a “los ghettos africanos”. La disolución del Estado y de la Nación. Las mujeres también se quejan del altísimo costo de la vida y las carencias. Se sienten indefensas y sin avizorar quien ponga orden y contenga la anarquía imperante y el caos amenazante. Algunas se van del país, porque aquí, dicen, hombres NO HAY.
El comercio está parado. No hay ventas. Y además el personal tiene que pedir permiso una vez a la semana para buscar comida para su familia. La quiebra. Desempleo. Ruina.
Con estos mermados ingresos en bolívares devaluados y ventas dolarizadas a no se sabe qué paridad cambiaria…NO HAY economía doméstica que resista. ¡¡Esto es infactible!! Desesperante. Por todas partes dicen que esto tiene que estallar. No lo aguanta nadie. En los mercados se oye una sola expresión coloquial: “se va a formar un peo”. Como un retumbante eco se escucha por todos lados: Saqueos y robos en Bolívar, Monagas, Carabobo, Aragua, Lara, Zulia y tantos otros estados vulnerables. Hay hambre. ¿Tsunamazo en ciernes?. Puede ser muy violento y generalizado, si no lo contienen antes. Late por todas partes. Bomba de tiempo. Tic tac…
Y así, después de muchas horas, con el cansancio a cuestas y la angustia en el rostro llegamos a la zona fronteriza. ¡Oh sorpresa que no es tal!: se desató la lucha por el dominio gangsteril. El lucro de las mafias es grande por estas tierras de Venezuela. La pelea es a muerte. Propicia la ocasión para la distracción del adverso panorama electoral y la zozobra cotidiana. ¿Combatirlas con más zozobra? ¿Ganar tiempo?. Tic tac, tic tac… El “Estado de Excepción” prohibe las manifestaciones y permite allanamientos sin orden judicial. Son varios los municipios afectados en el Estado Táchira. Deportados cientos de colombianos, con sus niños y sus ancianos. Incertidumbre. Casas marcadas. Prácticas fascistas sin fórmula de juicio. Ultimátum de 72 horas para abandonar sus hogares. Gentes resignadas vadeando el río, arrastrándose por las trochas. La frontera está cerrada. Además del flagrante atropello, ¿perderán todos sus enseres y propiedades? Una tragedia humanitaria. Son recibidos como refugiados en Cúcuta. Mala reputación internacional para el gobierno venezolano. Guerra entre mafias narcotraficantes y contrabandistas de alto tenor oficialista por el dominio de los espacios fronterizos desencadenó la barbarie. O tal vez así parece. ¿Un signo del régimen? A Maduro le fallaron las tácticas distraccionistas con el Esequibo. Intenta ahora con otra frontera. Hay mucho malestar, frustración y cólera contenida. Todo tiende a complicarse enormemente. Hay mucho descontento en toda la Nación… y en grado superlativo. Desde el Interior parece que esto no puede continuar. Hay fronteras, hay límites. ¿Hasta cuándo? Los artículos 328, 333 y 350 constitucionales lo pautan. Nada mas acertada que la siguiente sentencia del excelente columnista Gustavo Coronel: “Cuando un país se anarquiza y su régimen es un guiñapo inmoral, está mas que maduro para ser intervenido”.
Aún, a pesar de todas las dificultades, todavía Caracas es la consentida del régimen por ser la Capital, asiento del Poder, pero en el INTERIOR hay desespero. Muchas carencias. Sentimiento de haber sido abandonados a su suerte, por unos y por otros. Y eso es muy peligroso. La gran masa sin liderazgo es presa fácil del pánico y capaz de grandes arrebatos…
Además de la inseguridad que es endémica y de alcance nacional con un pico en el Municipio Libertador, la falta de comida es notoria y hasta dramática. Colas por todas partes, gentíos arremolinados alrededor de los centros de éxpendio para luego salir, después de horas de vigilia, con una bolsita en la mano conteniendo algo de jabón en polvo, un paquetico de alguna otra cosa y mucha desazón. Caras largas donde se expresa el cansancio, la burla y la frustración. Transpira la rabia. La gente haciendo colas desde la madrugada, los trabajadores y empleados pidiendo días libres al patrón para salir a comprar alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad. Se acabaron los días de descanso para el esparcimiento y el disfrute familiar. Estos son dedicados a proteger el abastecimiento del núcleo y la seguridad de la prole.
Las familias de Caracas tratan de ayudar a los suyos en el Interior, enviando desde encomiendas hasta cargamentos completos rellenando valijas, morrales y maletas para dizque disimular…Luego se pondrán de acuerdo para transferirlos en algún punto intermedio del camino y salir huyendo sin siquiera pararse a comer un bocado, no vaya a ser que la Guardia les decomise la comida que con tanto esfuerzo consiguieron y entregaron.
Ya las lineas de autobuses tomaron medidas restrictivas. Tal es el caso de Aeroexpresos Ejecutivos que limita la cantidad de productos básicos de alimentación e higiene en equipajes de los pasajeros (http://bit.ly/1hXdREB pic.twitter.com/uifl3Fh0iZ). La Guardia Nacional ha establecido alcabalas móviles para inspeccionar los vehículos, particulares y buses, para evitar que transporten alimentos e insumos de primera necesidad de un punto a otro de la geografía nacional. Los decomisan. ¿Libre tránsito constitucional de mercancías lícitas? Parece mas bien la arbitraria decisión de una autoridad malpuesta o la avidez por hacerse con algo de lo que también carecen. ¿Habrán impuesto cuotas mínimas de captura para beneficio de la “superioridad” y sus familiares a costa del hambre y la necesidad del pueblo? Presenciamos el registro exhaustivo bajo la excusa de la búsqueda de droga hasta en los cauchos, pero a una humilde familia le estaban desmantelando su carro, a la vista de todos, incluyendo la revisión de los parales de la carrocería.
Disminuimos la marcha ante las cerradas curvas y la cola de vehículos que se estaba formando. Allí, a la vera del camino, yacía un camión que desbocado fue a dar mas allá de la cuneta. Ya se había concentrado la poblada en posiciones estratégicas y poses listas para la rapiña. Llegó un contingente de unos 30 componentes del Ejercito, al estilo de “Los Cazadores”, con sus sombreritos de selva, blandiendo sus rifles automáticos, desplegados y listos para contener a los saqueadores de carretera. Por hoy “la pesca milagrosa” había sido abortada, pero el peligro en las curvas sigue latente. Basta un sorpresivo obstáculo para descarrilar al mas experto chófer.
NO HAY es la expresión más escuchada en todas partes. La ciudadania está arrecha. NO HAY tampoco autoridad ni Ley. La población se toma la Justicia por sus manos. Los linchamientos a delincuentes se han registrado en varias partes del país. Los descuartizamientos también. Nueva modalidad criminal. Algo satánico. Retrocedemos aceleradamente a la barbarie, a la Ley del Oeste, o peor. Al imperio del “Pranato”, a “los ghettos africanos”. La disolución del Estado y de la Nación. Las mujeres también se quejan del altísimo costo de la vida y las carencias. Se sienten indefensas y sin avizorar quien ponga orden y contenga la anarquía imperante y el caos amenazante. Algunas se van del país, porque aquí, dicen, hombres NO HAY.
El comercio está parado. No hay ventas. Y además el personal tiene que pedir permiso una vez a la semana para buscar comida para su familia. La quiebra. Desempleo. Ruina.
Con estos mermados ingresos en bolívares devaluados y ventas dolarizadas a no se sabe qué paridad cambiaria…NO HAY economía doméstica que resista. ¡¡Esto es infactible!! Desesperante. Por todas partes dicen que esto tiene que estallar. No lo aguanta nadie. En los mercados se oye una sola expresión coloquial: “se va a formar un peo”. Como un retumbante eco se escucha por todos lados: Saqueos y robos en Bolívar, Monagas, Carabobo, Aragua, Lara, Zulia y tantos otros estados vulnerables. Hay hambre. ¿Tsunamazo en ciernes?. Puede ser muy violento y generalizado, si no lo contienen antes. Late por todas partes. Bomba de tiempo. Tic tac…
Y así, después de muchas horas, con el cansancio a cuestas y la angustia en el rostro llegamos a la zona fronteriza. ¡Oh sorpresa que no es tal!: se desató la lucha por el dominio gangsteril. El lucro de las mafias es grande por estas tierras de Venezuela. La pelea es a muerte. Propicia la ocasión para la distracción del adverso panorama electoral y la zozobra cotidiana. ¿Combatirlas con más zozobra? ¿Ganar tiempo?. Tic tac, tic tac… El “Estado de Excepción” prohibe las manifestaciones y permite allanamientos sin orden judicial. Son varios los municipios afectados en el Estado Táchira. Deportados cientos de colombianos, con sus niños y sus ancianos. Incertidumbre. Casas marcadas. Prácticas fascistas sin fórmula de juicio. Ultimátum de 72 horas para abandonar sus hogares. Gentes resignadas vadeando el río, arrastrándose por las trochas. La frontera está cerrada. Además del flagrante atropello, ¿perderán todos sus enseres y propiedades? Una tragedia humanitaria. Son recibidos como refugiados en Cúcuta. Mala reputación internacional para el gobierno venezolano. Guerra entre mafias narcotraficantes y contrabandistas de alto tenor oficialista por el dominio de los espacios fronterizos desencadenó la barbarie. O tal vez así parece. ¿Un signo del régimen? A Maduro le fallaron las tácticas distraccionistas con el Esequibo. Intenta ahora con otra frontera. Hay mucho malestar, frustración y cólera contenida. Todo tiende a complicarse enormemente. Hay mucho descontento en toda la Nación… y en grado superlativo. Desde el Interior parece que esto no puede continuar. Hay fronteras, hay límites. ¿Hasta cuándo? Los artículos 328, 333 y 350 constitucionales lo pautan. Nada mas acertada que la siguiente sentencia del excelente columnista Gustavo Coronel: “Cuando un país se anarquiza y su régimen es un guiñapo inmoral, está mas que maduro para ser intervenido”.
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