8 de agosto de 2015

Elogio del ¿hasta cuándo...? por: Rafael Muci-Mendoza , EL UNI-PERSONAL, Año 1, Nº 56 / pararescatarelporvenir.blogspot.com, 8 de agosto de 2015

Elogio del ¿hasta cuándo...?
por: Rafael Muci-Mendoza



He denominado La Entrega a la que considero la sexta etapa de la historia de
la medicina nacional: un declive hacia la ignominia...



El pasado domingo 2 de agosto, la Cota Mil -como siempre y por tantos años-
me había ofrecido de gratis su frescura y la limpieza de su brisa, la
montaña desperezándose de la niebla que cohabitando con ella coronaba sus
cumbres, el verdor imprimido al pasto por las recientes lluvias, el límpido
cielo que invitaba a soñar en un país mejor, el trote suave, la respiración
fácil, las endorfinas enchumbando de bienestar mi humanidad, el ir y venir
de pelotones de ciclistas y su conversatorio monótono donde se reitera y no
falta el ¨güevón¨ y el ¨marico¨, aislados o en comandita, los dos al mismo
tiempo, la forma despectiva como se tratan hoy día los jóvenes para
referirse a ellos mismos, comportándose como niños y hablándonos de la
pérdida de la urbanidad y del buen hablar, menosprecio por sí mismos y
atraso, de otros tiempos de incultura y fealdad... Mi regreso a casa
eufórico, con el sudor empapando la ligereza de mi atuendo deportivo, la
fibra muscular aún tensa y fatigada, y mi inmenso agradecimiento por el
privilegio de usar esa senda donde a diario la furia de la máquina, la
transformación del hombre en bestia y la contaminación imperan; todo ello
pudo haber sido el corolario de una mañana feliz, pero no...

Me apresté a leer el periódico y me atrajo el nombre del Editorial del
Diario El Nacional, ¨Angelitos en el cielo¨, un recuento descarnado de dolor
y sufrimiento en un país que durante las últimas seis semanas entre el 23 de
enero y el 27 de febrero, exportó a EE UU en promedio, 723 mil barriles de
petróleo diarios lo que representa 31 millones 812 mil dólares diarios y
donde se le regatea al máximo el bienestar a un país arrodillado y
particularmente a sus niños y a la comunidad de la tercera edad... En el
siguiente enlace puede leerse en el editorial de marras:

http://www.el-nacional.com/opinion/editorial/Angelitos-cielo_19_676322362.ht
ml

«Un bebé de 20 meses que apenas pesaba 5 kilos porque su madre solo le podía
dar de comer una vez por día. Un niño de mes y medio de nacido con una
patología de tratamiento quirúrgico que murió por una complicación. Otro con
problemas congénitos y fallo renal que se infectó estando en el hospital. Un
bebito que llegó con sepsis severa, neumonía y meningitis, además de
desnutrición. Así enumeraron los terribles casos los médicos del área de
Hidratación de Emergencia del Hospital Pediátrico Jorge Lizarraga, ubicado
en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera de Valencia».


He denominado La Entrega a la que considero la sexta etapa de la historia de
la medicina nacional: un declive hacia la ignominia, hacia la nada, hacia la
destrucción de su fibra, esencia y trayectoria. En 1999, con la llamada
Tragedia de Vargas más de tres lustros atrás, en momentos cuando los
venezolanos nos aprestábamos a votar en un referéndum para la aprobación de
una nueva Constitución -lo que ocurriría al siguiente día-, las
precipitaciones en el Litoral Central se sucedían y continuaban sin amainar
determinando que el cuerpo de bomberos local sugiriera decretar un Estado de
Emergencia en la zona, advertencia que el Gobierno Nacional, en actitud de
desprecio y en acto homicida no escuchó. Esa voz desoída por mezquinos
intereses condujo a la desinformación de la población litoraleña y a la
muerte de cerca de cincuenta mil conciudadanos. ¡Qué les importó, qué les
importa, que les importará...! En ese infausto momento, el gobierno
venezolano permite el ingreso de 500 ¨médicos¨ cubanos a la costa varguense.
Y a aquellos médicos venezolanos que nos desplazamos a brindar ayuda en las
áreas de necesidad, se nos fue negado el acceso. No me quedan dudas de que
había un plan, un plan perverso, macabro, concebido en Cuba y puesto a
punto, para que en caso de alguna circunstancia imprevista se procediera al
acceso masivo de una tropa de ¨cooperantes¨. Y así fue como el deslave de
Vargas brindó oportunidad para comenzar a vender la patria al peor postor.
Medio millar de médicos cubanos que nunca se devolverían sino que crecerían
en número hasta alcanzar los cuarenta mil trayendo una medicina atrasada y
profundamente politizada. Esta vergonzosa entrega aupada por muchos de
nuestros colegas en colegios médicos que aceptaron el ejercicio de esos
sujetos, especialmente el Colegio de Médicos Metropolitano, significó la
vulneración de las leyes de la República y la pérdida de la soberanía de la
salud que ahora está en manos extrañas: La Misión Médica Cubana. Difícil de
comprender cómo se involucraron médicos venezolanos, algunos exqueridos
amigos y otros conocidos en esta venta infamante, en esta traición a la
medicina venezolana. Se permitió el ejercicio ilegal de la medicina por
extranjeros sin haber cumplido los extremos de la ley a la cual nosotros y
las generaciones posteriores estamos obligados por la Constitución de la
República y la Ley del Ejercicio de la Medicina. 

"Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y
totalmente libres." Rosa de Luxemburgo.


Los venezolanos poseídos de inmenso desinterés y cobardía, hemos mirado a
otro lado mientras ha ocurrido una invasión silenciosa del país por una
nación ajena a nuestro gentilicio, sin oponer resistencia alguna, sin que se
disparara un solo tiro, un duelo todavía no elaborado donde no se ha echado
una sola lágrima... Es bien conocida la existencia de un ministerio cubano
en la sombra, paralelo al Ministerio de Salud y Desarrollo Social amparado
por quienes han pisoteado los principios éticos y morales de nuestro oficio
y ante la indiferencia del conglomerado médico. Desde el 2000 se puso en
marcha guiado tal vez por una torcida intención la Misión Barrio Adentro,
que trae médicos desde la nación antillana a trabajar en las zonas
populares, más bien lobos con piel de cordero, un plan político e ideológico
presentado como misión humanitaria, entregado a la Misión Médica Cubana pero
que en sus normas, regulaciones y administración no funciona integrado al
Ministerio de Salud de Venezuela, desconociendo las leyes de la república y
las ideas y propuestas del Maestro José Ignacio Baldó (1898-1972). Todo ello
puso de manifiesto la debilidad de la Federación Médica Venezolana y los
Colegios de Médicos y otros organismos de la sociedad civil para enfrentar
con inteligencia y decisión, mediante una lucha frontal contra los
invasores. De estos médicos esclavos del régimen cubano se sabe que muchos
han desertado porque su interés no era Venezuela.

En estos 10 años, en el perímetro de estas tierras han trabajado 40 mil
médicos cubanos, cada uno a un coste de 135 mil 800 dólares anuales por lo
que este programa social le ha costado a Venezuela alrededor de ¡13 mil 500
millones de dólares!, cifra exorbitante que además, obliga a reflexionar
sobre el estado de la salud venezolana en general pues la estatal venezolana
Pdvsa, cancela por cada médico aproximadamente entre "1.500 y hasta 4.000
dólares mensuales. Los esclavos apenas reciben unos $100 o menos y el resto
se lo queda el Gobierno de Cuba". 

Los cubanos, sin ninguna otra calificación como no fuera la política,
devinieron además en profesores de medicina, siempre a la sombra, nunca
dando la cara, viviendo en una Venezuela mediocre construida para ellos, sin
ninguna vigilancia ni supervisión ni rendición de cuentas de sus resultados;
los congresos médicos venezolanos les han sido extraños, nadie les negó
acceso pero ellos comprenden que no tienen nada que ofrecer ni bases sólidas
para aprender más, solo han dejado toneladas de propaganda, seguidilla de
fracasos y miren... luego de dos lustros donde nada se les regateó, solo
pueden mostrar su incapacidad para el control de las mujeres embarazadas,
para la administración de vacunas, para la educación sanitaria al colectivo,
ni una historia clínica conservada, suerte de ¨pseudomedicina¨ hecha a los
realazos, «high-TECH», que esencialmente puentea la anamnesis y examen
físico y únicamente con base en la queja principal del paciente, van
directamente a una serie de pruebas que suelen incluir imágenes de
resonancia magnética o tomografía computarizada o ambos, realizados sin meta
ni concierto, sin seguimiento de los pacientes, administrando medicamentos
sin registro sanitario salidos de oscuras negociaciones y retorcidas
alquimias, cuentas de vidrio trocadas por dólares para el venezolano
pobre... El pobre ministro de educación, un tal Rodríguez, lo justifica
diciendo que nosotros, los graduados en universidades autónomas somos
¨faltos de experiencia, experticia y de capacidad técnica¨ -el vocablo
experticia muy mal empleado por cierto, pues según el diccionario de la RAE
significa: «f. Ven. Prueba pericial»-.  

Debemos preguntarnos los médicos venezolanos de buena voluntad, ¿Cambió la
medicina venezolana? ¿Cambió para bien u ocurrió un abismal retroceso en su
ejercicio, en sus bases éticas y morales y en su enseñanza? ¿En concierto
con la sociedad civil cómo pudimos permitirlo y tolerarlo? ¿Hasta cuándo la
tolerancia con 40 mil parásitos...? ¿No es ya tiempo de que los cubanos
vuelvan a su patria o terminen de irse a los Estados Unidos ahora que Fidel
y Raúl, aquellos del lema ¨ revolución, patria o muerte¨, como cabras
malucas se bajaron los pantalones o se abrieron de piernas para darse el
gran gustazo?

<mailto:rafael@muci.comrafael@muci.comrafaelmuci@gmail.com



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1 comentario:

  1. "He denominado La Entrega a la que considero la sexta etapa de la historia de
    la medicina nacional: un declive hacia la ignominia..." Estas palabras del maestro Rafael Muci-Mendoza, eminente pìonero de la neuro-oftalmología venezolana, rpofesor, ex-presidente de la Academia Nacional de Medicina, tienen poco que se les pueda añadir, salvo que -lamentablemente- el declive hacia la ignominia, es el del país todo o lo que queda de él. ¡ Ah rigor ! ...

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