Volvamos a los esenciales…
Los venezolanos, todos aquellos que en realidad lo somos, vivimos momentos de terrible angustia y desazón, nuestros país se cae a pedazos, nuestras familias viven una diáspora dolorosa y antihistórica, nuestros dirigentes parecieran haber perdido la brújula y todo resquicio de sentido común.
Los que tenemos la dicha de ser creyentes, nos apoyamos en nuestra fe -cualquiera que esta sea- para buscar y encontrar cierta paz y sosiego. En los restos de la que fuese un día una organizada biblioteca, relativamente bien nutrida, me dediqué a buscar esta oración del gran pensador, teólogo, paleontólogo, filósofo y hombre de ciencia, que fuese el Sacerdote Jesuita Pierre Teilhard de Chardin. Por décadas mantuve una copia en mi cartera y espiritualmente no me ha dejado de acompañar, hoy se las ofrezco a los lectores de este blog con humildad, respeto y amor, quizá les transmita la fuerza que yo siempre he encontrado en ella. Salud.
Alfredo Coronil Hartmann
Itaca, 30 de mayo de 2015
¡ OH CRISTO CADA VEZ MAYOR ¡
“Tengo una absoluta confianza en Aquel a quien procuro engrandecer tanto como puedo”
(Nouvelles lettres de Voyage p.143)
Cuanto más años pasan, Señor, más creo reconocer que, en mí y alrededor de mí, la preocupación grande y secreta del Hombre moderno es mucho menos la de disputarse la posesión del Mundo que la de encontrar el medio de evadirse de él. Es la angustia de sentirse encerrado dentro de la Burbuja cósmica, no tanto espacialmente Como ontológicamente. La búsqueda angustiosa de una salida, o mejor dicho, de un medio para la Evolución. He aquí, como pago de una reflexión planetaria que se agiganta, la pena que pesa tanto sobre el alma de los cristianos como de los gentiles, en el mundo de nuestros días.
De hoy en adelante y de forma insoslayable’ la Humanidad que ha llegado a ser consciente del movimiento que entraña, tiene Cada vez más necesidad de un Sentido y de una Solución a la que pueda entregarse plenamente.
Pues bien, este Dios, no sólo el del viejo Cosmos, sino el de la Cosmogénesis moderna (en la medida misma en que el efecto de un trabajo místico dos veces milenario hace aparecer en Ti, en el Niño de Belén y en el Crucificado, el Principio y el Núcleo colector del Mundo mismo), este Dios tan esperado por nuestra generación, ¿no eres Tú, Jesús, quien nos lo representa a la perfección, y quien nos lo ofrece?
Señor de la Consistencia y de la Unión, Tú, cuyo sello característico y cuya esencia son el poder crecer indefinidamente, sin deformación ni ruptura, a la medida de la Misteriosa Materia, el Corazón de la cual está ocupado por Ti y cuyos movimientos Tú controlas en última instancia — Señor de mi infancia y de mi senectud —, Dios perfectamente acabado para sí y que, sin embargo, para nosotros jamás deja de re-nacer — Dios que, para presentarte a nuestra adoración como «evolutor y evolutivo», eres el único capaz de satisfacernos, arranca por fin todos los velos que todavía Te esconden de nosotros, tanto los prejuicios hostiles como las falsas creencias.
Y que, Diáfana y Encendida a la vez, brote tu universal Presencia. ¡Oh Cristo cada vez mayor!
Pierre Teilhard de Chardin
“Le coeur de la Matière”(1950)
NOTA BIOGRÁFICA SOBRE EL AUTOR:
Este sobrino-nieto de Voltaire, quien no fue “volteriano” sino hombre de acendrada fe, vivió bajo un signo polémico, sus inquietudes científicas no siempre encontraron la necesaria comprención de sus superiores y ello trajo como consecuencia dificultades para la difusión de so obra, nació en Auvernia, Francia el 1º de mayo de 1881 y fallece en Nueva York el 10 de abril de 1955. participó en la Gran Guerra, como camillero y recibió la Medalla al Mérito Militar y la Legión de Honor.
De 1922 a 1926, obtiene en La Sorbona tres licenciaturas de ciencias naturales: Geología, Botánica y Zoología, y alcanza el doctorado con su tesis ”Mamíferos del Eoceno inferior francés y sus yacimientos”.
En 1923 realiza su primer viaje a China por encargo del Museo de París. Otra vez en París, imparte clases como profesor en el Instituto Católico. Un artículo suyo sobre el pecado original es la causa de sus primeros enfrentamientos con la Ciudad del Vaticano. Se ve obligado a abandonar la enseñanza.
Regresa a China donde en Zhoukoudian participa, junto a Henri Breuil, en el descubrimiento del Sinanthropus u hombre de Pekín —actualmente Homo erectus pekinensis—, el pariente más cercano del Pithecanthropus u Hombre de Java —actualmente Homo erectus erectus—. Breuil y Teilhard descubrieron que el hombre de Pekín era un fabricante de herramientas de piedra y que manipulaba el fuego.
En 1931 participa en el Crucero amarillo recorriendo el Asia Central, una peligrosa aventura científico-deportiva organizada por André Citroën para promocionar sus vehículos. Hasta 1951, que se establece en Nueva York, prosigue una intensa actividad científica, marcada por numerosos viajes de estudios: Etiopía (1928), los Estados Unidos (1930), la India (1935), Java (1936), Birmania (1937), Pekín (1939 a 1946), Sudáfrica (1951 y 195 3), así como varias provincias chinas (Shanxi en 1932, Henan en 1934 y Shandong en 1936). Teilhard contribuyó fuertemente a la constitución de una red internacional de investigación en paleontología humana.
En 1951 ingresa en la Academia de las Ciencias de Francia.
Muere en Nueva York, el 10 de abril de 1955, el día de Pascua. Un año antes, durante una cena en el consulado de Francia de esa misma ciudad, confió a sus amigos: “Mi deseo sería morir el Día de La Resurrección”.
ShareThis Copy and Paste
- See more at: http://reportecatolicolaico.com/2015/06/volvamos-a-los-esenciales/#sthash.LDp6Z9Pj.dpuf
Papa Benedicto XVI, en sus Principios de Teología Católica admitió que uno de los principales documentos del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes fue permeado por el pensamiento del jesuita francés. Benedicto XVI afirmó también que Teilhard tuvo una gran visión, que culmina en una verdadera liturgia cósmica, en la cual el cosmos se convertirá en una hostia viviente.
Obras principales[editar]
- El Fenómeno Humano (1955)
- La Aparición del Hombre (1956)
- Cartas de un viajero (1956)
- El grupo zoológico humano (1956)
- La Visión del Pasado (1957)
- El Medio Divino (1957)
- El Futuro del Hombre (1959)
- La Energía Humana (1962)
- La Activación de la Energía (1963)
- El Lugar del Hombre en la Naturaleza (1965)
- Ciencia y Cristo (1965)
- Cómo yo creo (1969)
- Las Direcciones del Futuro (1973)
- Escritos del Tiempo de la Guerra (1975)
- El Corazón de la Materia (1976)
Epistolario[editar]
- Génesis de un pensamiento (Cartas 1914-1919), Correspondencia con su prima Marguerite Teillard. (Taurus, 1963)
- Cartas de Egipto (Taurus, 1967)
- Cartas de Hastings y de París (Taurus, 1968)
ShareThis Copy and Paste
- See more at: http://reportecatolicolaico.com/2015/06/volvamos-a-los-esenciales/#sthash.LDp6Z9Pj.dpuf
La couer de la Matìere, muy buena la disertación, como corresponde a un estudioso científico , filosofo y teólogo, con sus aciertos y errores como corresponde al genero.
ResponderEliminar