El 9 de mayo de 2015, 12:06, Jorge Ramos Guerra <ardive@gmail.com> escribió:
Conversaciones con Rómulo…
Tratados, pactos y consensos
por: Jorge Ramos Guerra
Los precedentes calificativos son sinónimos de “convivencia”, válidos para enfrentar determinadas situaciones que pongan en peligro los intereses políticos, económicos, sociales y culturales de un Estado o de alguna “elite” de delincuentes, defínanse, como narcotraficante o corruptos, porque de lo que se trata, es de preservar lo que pueda perderse, auto protegerse, en el caso de los hampones y los antecedente son de origen bíblico. ¿Acaso no fue un pacto el de Dios y Noé, para la preservación de la vida en la tierra, cuando le ordenara construir el Arca? ¿O el fortalecimiento de los doce Apóstoles Templarios, Masones, Clérigos y Apostatas? pero aterricemos en la Venezuela republicana y la entrega de Miranda a Monteverde en nombre de su capitulación, para la sobrevivencia de otros, como génesis de lo que se es capaz en las cuestiones políticas, donde al parecer la ética no tiene cabida, sino intereses y remitámonos al fraudulento “Tratado de Coche” de 1863, suscrito entre el General José Antonio Páez y el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, para poner fin, a la mal llamada guerra Federal, en las personas de Pedro José Rojas y Antonio Guzmán Blanco que concluiría depravadamente, repartiéndose entre estos último, el remanente de un empréstito entre Venezuela y la banca inglesa, para que el pueblo terminara defraudado del esfuerzo humano, material, político y ético, que ofrecía la bandera del federalismo, por una autocracia nepótica y corrupta de un caudillaje depredador del patrimonio público que sobreviria hasta 1935, con la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, quien si bien, había derrotado a ese caudillismo militarista sin charreteras, más no a la autocracia ya definida, que sería combatida por los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela de 1928, con un blindaje de unidad política y ética, vista por el historiador Manuel Caballero, “como novedosa de esta generación de ruptura histórica” que “reivindican el “nosotros” contra el “yo”, lo que le da un carácter colectivo del movimiento, como una oposición al tradicional personalismo de los caudillos” llamándose entonces, “generación de 1928”. Nacería entonces el primer pacto político para instaurar un sistema democrático en el marco de una pluralidad de organizaciones políticas, sindicales, gremialistas, culturales (Ateneos) y económicos (Fedecámaras) e individualidades, sin coartar el legítimo derecho al disenso. Hubo base política y ética con apoyo del pueblo, después de tantos enfrentamientos innecesarios a partir de 1830 y que fuese interrumpido, por la resurrección de otra autocracia militarista y corrupta de Marcos Pérez Jiménez, rescatada diez años después, el 23 de enero de 1958, con el mal interpretado “Pacto de Punto Fijo”, suscrito por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba y Wolfgang Larrazábal, fundamental, para derrotar al militarismo de la derecha y del castro-comunismo, hasta la puñalada constitucional, a la misma constitución de 1999, por un nuevo militarismo que además de su simbología corruptora hoy es narcotraficante.Del pacto de la generación de 1928, como necesidad y estrategia para la transición entre los generales López y Medina, hasta el “Pacto de Punto Fijo” fue actor Rómulo Betancourt. En cuanto al lopecismo-medinismo, fue ocurrente una expresión suya para el dialogo...”Con un pañuelo en la nariz" porque su partido Acción Democrática prefería a un gomecista adecentado, diplomático e intelectual en la persona del embajador Diógenes Escalante, al civilista-militarista de Ángel Biaggini. Y en cuanto al "Pacto de Punto Fijo" (1958) serían las mismas razones, además de las experiencias históricas y las asechanzas militaristas amenazantes para la suscripción del mismo.Consolidada la democracia en la década de los sesenta del siglo XX, las corrupciones, descontento, la falta de credibilidad en el sistema, mayores necesidades y realidades económicas le llevaron a proponer un "gobierno de concertacion nacional" que de haber sido escuchado, no se habría presentado el mesianismo populista, corrupto y narcotraficante del chavismo. La paradoja del asunto es que, ahora una oposición tripartita (AD, UNT y Primero Justicia) lo demás no cuenta, -- individualidades frustradas -- disfrazados de partiduchos o franquicias políticas, en nombre e irrespeto del pueblo, le pide dialogo al gobierno y este les denuncia, como negociantes de prebendas y luego imponen un "Consenso" para las elecciones parlamentarias, donde al mejor estilo del "Tratado de Coche" de 1863, a unos diputados, que respondan a sus intereses como ayer, a Páez y Falcón ... ¿Qué tal?Jorge Ramos Guerra@pikpedrero
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