24 de febrero de 2015

"CUANDO 2019 NOS ALCANCE" por Thays Peñalver, El Nacional 24 de febrero de 2015



Cuando 2019 nos alcance

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24 DE FEBRERO 2015 - 00:01
El escenario es como el de una Guerra Civil, cientos de miles de familias desarraigadas. Un millón de chamos, 90% profesionales que se han marchado. Un millón de abuelos no verán crecer a sus nietos y a un millón de padres nos ha desgarrado esa despedida en un aeropuerto. En las plazas de los rectorados la alegría del abrazo se funde con la del desconsuelo de las despedidas porque a la mitad, cuando poco, no los espera una fiesta por su logro, sino un avión para iniciar su vida en otro país. El problema no son solo los que se fueron, sino los que se van. Se estima que el 60% de los jóvenes venezolanos especializados se marche antes de 2019. Ellos ya no estarán.
Es la misma cara de mis colegas profesores, que aún resisten, porque al menos un tercio abandonó ya la práctica como titulares y cada vez son más las jubilaciones. El gremio médico que fue el primero en oponerse a la estupidez revolucionaria ya afirma, luego del último censo, que se han marchado 14.700 médicos del país. Una cifra escandalosa cuando la Cepal en 2008 contabilizaba apenas unos 35.000. Se ha marchado pues 41% de nuestros médicos, se estima en 20.000 el número de especialistas que se marcharán antes de 2019. Frente a semejante drama social, los estudiantes de medicina, es decir los llamados a reemplazar a los que se marchan para curar a los futuros enfermos de cáncer, “no se registraron para la especialidad de cardiología, medicina oncológica, medicina nuclear, radioterapia, cirugía pediátrica y anestesiología” es decir que 40% del presente se ha marchado y 40% de los cupos y especialidades del futuro se encuentran sin estudiantes. Ellos tampoco estarán en 2019.
El ticket de la fritanga revolucionaria lo tienen también la mayoría de las clínicas privadas que ya no pueden esperar a 2019. Mientras eso pasa, 269 doctores en Ciencias se han marchado en apenas un par de años, en un país donde, como bien explica el honorable rector de la Universidad Metropolitana Benjamín Scharifker, tiene la menor producción de doctores en ciencias en Latinoamérica. Al éxodo de científicos venezolanos se suman cerca de mil doctores e investigadores universitarios, que para el final de 2015, se habrán marchado. ¡Carrizo! se han marchado más de la mitad de nuestros doctores en Ciencias, son otros mil docentes especializados mas en la UCV y en el Zulia ya hay 1.300 vacantes para profesores especializados. Se marchan porque el gobierno, como Nerón les explica que serán sustituidos por “científicos del barrio”. Para 2019, retumbarán en toda Venezuela las palabras del sabio José María Vargas hace cien años: ¿De qué servirán las medras intelectuales de un corto número, en medio de una masa ineducada?”
De los 48 bancos e instituciones financieras privadas que había en 2005, solo quedan diecisiete. El resto simplemente está en manos de la revolución junto a 33% de las sucursales bancarias y las captaciones de la banca pública supera nada menos que las de catorce bancos medianos y pequeños sumados, mientras el sector bursátil ha sido diezmado, perseguido y encarcelado. La Bolsa simplemente ha desaparecido y se dedica a vender dólares y se estima que para 2019 la revolución ostente 70% del sector. Los que tienen el ticket y viven aterrados por encontrar a su carcelero en la puerta del edificio o casa, no pueden esperar a 2019.
El maravilloso discurso de Lorenzo Mendoza -detrás de las harinas de la competencia- sugiere una segunda lectura: la frase “Polar solo produce” demuestra que ya ha sido expropiada 60% de la arepa, 80% del arroz y absolutamente toda la cadena de distribución agroalimentaria nos confirma que ya es socialista. Toda la cadena de producción local de las transnacionales fue reducida en su mínima expresión y sustituidas por el modelo importador mientras que los exportadores fueron eliminados en 90%. Si mañana no existiera el petróleo en nuestras vidas, el sector exportador privado ha sido prácticamente aniquilado, exportará lo mismo que el de Ruanda. Lo que queda, tampoco puede esperar a 2019.
Fedecámaras hasta 2014 nos explicó hasta el cansancio que habían cerrado 200.000 empleadores y según los gremios de comercio, en 2014 quebraron 77.939 empresas mientras que se asume una cifra similar antes de mayo de este año cuando deban, en medio de la peor crisis económica de Venezuela, asumir el costo de los tercerizados. Si eso ocurrió en 2014 con una inflación de 68%, con una de tres dígitos y la ley de precios justos, quebrarán el doble. Mientras tanto la cadena de distribución al detal no está siendo expropiada, simplemente la están ocupando a la fuerza de manera “temporal” y sus dueños están siendo encarcelados, con esta amenaza se estima que para 2019 no quedarán distribuidores medios con capacidad para organizar más de dos tiendas. Ninguno de ellos puede esperar a 2019.
Bajo el eufemismo revolucionario de que “la empresa privada tiene 949 medios de comunicación” se esconde la realidad de que en menos de dos docenas la oposición es invitada. De las 341 radios libres que había en Venezuela para 1998 a 240 se les revocó licencia, y hoy apenas quedan un par de decenas que se atreven a hablar de la oposición. De las 45 televisoras que había en 2009, solo quedan 27 y solo 3 han escapado de la expropiación, compra por simpatizantes o transformación a “canal familiar o cultural”. Solo tres aún se atreven a pasar alguna noticia de la oposición. Se estima que en 2015 una de estas será comprada finalmente por simpatizantes y quedarán otras dos amenazadas diariamente por el gobierno y acosadas por multas impagables. De los más de diez grandes medios impresos quedan apenas tres reducidos a un tiraje famélico y al gueto de Internet, en un país en el que solo 30% tiene Internet en su casa (Censo) y se estima que para 2019 ya no quede absolutamente ninguno en manos de la prensa libre. Los pocos que tienen su ticket, ya no pueden esperar siquiera al fin de este año.
Es evidente, que los únicos que pueden esperar en Venezuela a 2019 son algunos políticos que se niegan a revisar los mecanismos constitucionales que existen para proponerlos, exponerlos, estudiarlos o analizarlos. La pregunta es si quedará alguno de ellos libre para gobernar en Venezuela. 

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